¡Perfecta!

Angela sentía como las manos de Andrew recorrían su cuerpo, estaba aún vestida, pero esas grandes manos la hacían arder, tenía deseo, como jamás lo había experimentado, deseaba algo más aun que con su poca experiencia s****l, por no decir nula también un sentimiento de miedo se apoderaba de ella.

Ambos estaban unidos en un largo beso tan apasionado que hacía que Angela se quedara sin respiración.

Andrew la besaba con tanto deseo, el calor en su cuerpo comenzó a expresarse en su m*****o que se endurecía acariciando la entrepierna de Angy que al sentirlo dio un pequeño salto.

Se preguntaba si era su hombría despertando, se preguntaba como algo como eso entraba dentro de una mujer sin provocar dolor, por su amiga supo que la primera vez es horrible, llena de dolor para una mujer, pero que solo tienes que soportar una vez para disfrutar las demás, Simy no se guardaba nada, pero la palabra dolor hacía que Angy tuviese nervios de continuar.

Lamentablemente no era consciente de que no conocía a Andrew, quizá estar íntimamente con el era un error, pero su cuerpo pedía lo que su cabeza meditaba.

Pasión, deseo, lujuria, todas esas sensaciones que ahora se apoderaban de Angela la hacían cegarse ante el hombre tan apuesto y perfecto que ahora estaba sobre ella.

— ¡Te deseo!

Le repetía una y otra vez a Angela al oído porque era lo que sentía en realidad, la deseaba como jamás lo había echo con alguna otra mujer, ella era distinta, necesitaba hacerla suya sin poder evitarlo, algo en ella parecía hechizarlo sin que pudiese hacer nada más.

Angela lo vio a los ojos, algo tenía que haber visto en aquella azul mirada que de pronto le susurro.

— ¡Hazme tuya!

Eso para Andrew fue lo que necesitaba, tenía ahora el permiso de Angela para hacerle el amor, la deseaba con tanta intensidad que solo se dedicó a besarle para hacerla suya.

Los besos, las caricias los llenaban aquella noche, no sabían lo que sucedería a la mañana siguiente, solo se concentraban en ese momento tan maravilloso que la vida les ofrecía.

Andrew lentamente comenzó a despojarla de su ropa, así como ella lo hacía con él, quitándole y desabotonando la camisa, acariciaba su perfecto y fuerte cuerpo, esos músculos de Andrew que solo la hacían sentir más deseo por él.

Andrew termino despojándose frente a la mirada atenta de Angela de su ropa interior, quedando ante ella completamente desnudo como ya ella no estaba.

Andrew disfrutaba esa perfecta mujer sobre su cama, su erección estaba ya presente, su m*****o endurecido y ansioso por penetrar con deseo a Angela.

— Eres hermosa.

Decía mientras se acercaba a ella, ambos cuerpos comenzaron a acariciarse, Andrew la besaba sin detenerse mientras ahora sus manos comenzaban a acariciar sus pezones endurecidos por el deseo que sentía por él.

Angela de pronto comenzó a dejar salir pequeños gemidos por las sensaciones que se apoderaban de ella, su cuerpo comenzaba a contraerse contra el de Andrew, se pegaba cada vez más a él, así como él aceptaba y abrazaba con fuerza esa hermosa piel que lo hacía enloquecer.

Andrew se detuvo de pronto dando un beso en el hombro de Angela para decirle con esa mirada seductora y llena de pasión.

— ¿Estas lista?

Pregunto él con esa voz que a ella le hacía estremecer, tenía nervios, miedo, pero al mismo tiempo estaba convencida de que aquel hombre tendría su virginidad, prefería entregarse a él, que sufrir en el desengaño de otro hombre como Graham, así quizá si le sucedía no le dolería y sufriría como lo hacía Simoneta en cada ocasión que se entregaba a hombres sin escrúpulos.

Angela asintió, temblaba, pero los besos de Andrew la calmaban, el beso aquella noche cada rincón de su cuerpo, dejando marcados sus besos en ella, Angela estaba cegada por aquellas cosas que su estómago sentía, escucho miles de veces decir sobre las mariposas en el estómago, pero ahora confirmaba que aquello era real, era tan similar.

Cuando Andrew se comenzó a abrir paso entre sus piernas noto de inmediato que Angy parecía más nerviosa de lo que supuso sería una chica que ha tenido experiencias sexuales, y en medio de aquella borrachera, comprendió algo importante que no había tomado en cuenta.

¿Angela era virgen aun?

Se detuvo por unos segundos y no pudo evitar hacer la pregunta a la chica que lo observo con algo de miedo ante lo que sucedía.

— ¿Jamás has estado íntimamente con nadie?

Angela se sintió avergonzada, pues supuso que quizá solo hacia el ridículo, que quizá no estaba haciendo las cosas bien, y como hacerlo, jamás había estado desnuda ante un hombre, era su primera vez experimentando algo así.

Andrew noto que la pregunta la había incomodado, así que decidió solo dejar las cosas como estaban, era increíble, una mujer que jamás había tenido un hombre en su cama, ahora el momento cambiaba, ella era más especial de lo que él había supuesto, pura, dulce, gentil, sin maldad en su corazón, ahora comprendía por qué Graham la eligió para burlarse de ella, vio lo que ahora Andrew, su nobleza.

El tomo el rostro de Angela y lo levanto hacia el, para cruzar con su mirada.

— Si no quieres seguir yo lo comprendo, pero si de verdad sientes lo que yo en estos momentos te prometo que lo haré muy despacio, y si no estas cómoda me detendré, te lo prometo, es maravilloso que aun conserves algo tan especial.

Aquellas palabras la hicieron sentir mejor, él era un hombre dulce, parecía preocupado por ella, Andrew se inclinó y comenzó nuevamente a besarle, ella aceptaba sus caricias nuevamente.

Cuando él sintió el cuerpo relajarse de Angela intento nuevamente abrirse paso entre sus preciosas y tonificadas piernas, aquel cuerpo frente al suyo era perfecto, una creación perfecta de la cual estaba feliz de tener a su lado.

Con lentitud en medio de los besos llenos de pasión, las manos de Andrew haciéndole el amor al cuerpo de Angela comenzó a penetrarla con su m*****o endurecido con tanta lentitud como podía, era difícil, Andrew había estado con mujeres muchas veces, pero esta ocasión era especial, se colocó un preservativo, no deseaba lastimar a Angela dejándola preñada, esa era una decisión que debía tomar ella misma, y ahora mismo no era muy consciente de aquellas cosas que podían suceder, ni el mismo, tal vez lo que hacía estaba mal, pero no podía evitarlo, aquella hermosa rubia lo hacía enloquecer.

— Al principio Angela se quejaba, enseguida él se detenía, ella nerviosa preguntaba que si ya había entrado, pero aún no estaba ni la mitad de su m*****o dentro de ella, era doloroso, pero en medio de los besos Angy poco a poco sentía como su feminidad se amoldaba a él.

Lentamente, sin prisa alguna Andrew por fin penetro a Angela que comenzó a gemir sin poder evitarlo por el placer provocado por aquella forma de hacerla suya que Andrew tenía.

Él sentía como ella estaba tan estrecha, su m*****o deseaba más y más, poco a poco Angela disfrutaba de aquel placer que también la dejaba sin aliento, no sabía lo que era un orgasmo hasta aquella noche que acaricio el cielo en más de una ocasión, Andrew le hizo el amor una ocasión en donde ambos estallaron sintiendo esa explosión que les hacía saber que habían llegado al punto más alto del placer, pero aquello era solo el principio, él no la dejaría ir hasta estar satisfecho, fueron 2, 3, 4 ocasiones en las que él la hizo suya, y cada una era mucho mejor que la anterior, Angela termino rendida entre sus brazos, acurrucándose sintiendo la seguridad que aquel hombre le entregaba, era increíble todo lo que había sucedido, pero la pobre termino rendida quedándose dormida sabiendo que había sido un momento maravilloso.

Quizá mañana solo se alejarían, eso jamás volvería a suceder, no sabían que era lo que les deparaba la vida, pero ahora al sentirse tan deseada por Andrew comprendió que no merecía lo que le había sucedido, estaba decidida a hacer pagar a Graham por lo que le había hecho, pero no seria en ese momento, pues no tenía fuerzas ni siquiera para ponerse de pie, Andrew la abrazo con fuerza contra su pecho, y Angy se quedó tan profundamente dormida, no deseaba por ningún motivo moverse de aquel lugar donde se había sentido de una manera tan increíble.

Solo pudo verle por unos segundos mientras él con ese rostro cálido le dedico una sonrisa y unas palabras.

— Descansa, todo estará bien preciosa....