— No le pongas atención a eso amiga, él te envía obsequios cada día, eso es tener realmente buenas intenciones, además estás prometida con él, ¿qué mas puedes pedir?
Pero Angela había notado un cambio en su prometido días después de la última visita a los padres de este.
— ¿Y dime, ya hablaste con tus padres Angy?
Pero Angela no había tenido la oportunidad de hacerlo, sus padres había hecho un viaje inesperado por negocios de Fausto, ya que era un hombre realmente ocupado con muchas actividades, algo que Angela agradecía por el momento, tenía una buena excusa para no presentarlos oficialmente a los padres de Graham.
— No, mis padres aún están de viaje, ya sabes, visitando familiares.
Nadie en esa compañía sabia sobre la vida de Angela, quizá la habrían visto en alguna portada de los periódicos, pero al no ponerle atención no sabrían que era ella, tenía una forma de vestir como una persona normal, y no como lo que realmente era, una chica con muchos millones de herencia que sus padres le dejarían algún día, tal y como Fausto se lo decían, ella seria la heredera del imperio de los Fiore, su única hija y la mayor posesión que tenían tan orgullosos padres.
— No te preocupes amiga, sinceramente no creo que Graham sea como ese tipo de su amigo, la verdad es que si yo fuera tú, me aferraría a él, es rico, guapo, ¿qué mas puede pedir una mujer?
Pero Angela sentía que algo había cambiado de pronto, había decidido hablar con él, era lo mejor dejar de tener dudas, al final él le había hecho una propuesta importante, y si no estaba seguro de lo que sentía prefería dejar las cosas claras.
Ese día Angela tuvo mucho trabajo, fue inconsciente de la hora de pronto hasta que Simoneta le dio un enorme susto, solo su luz estaba encendida en una oficina donde ya no había nadie mas que ella.
— ¡Buuu!
Angy dio un gran salto y comenzaron ambas a reír sin parar.
— Me diste un gran susto, ¡Dios! ¿Qué hora es?
Simy le mostró el móvil a Angela, eran casi las 8 de la noche, Simoneta se había quedado en el piso de abajo con unos amigos esperando a su amiga, pero al ver que el ascensor no bajaba decidió ir a buscarle.
— Amiga mía, ¿qué sucede? ¿Tienes tanto trabajo? Debes ir a casa.
Angela comenzó a guardar sus cosas, suponía que ya Graham no estaría en su despacho, así que ni siquiera hizo nada por ir a verle, no tenía llamadas suyas, mensajes de texto, decidió ir a casa con algo de tristeza, pero al tener tanto trabajo también pensaba que quizá él estaría igual de liado con tantas obligaciones.
Angela y Simoneta llegaron al piso de Angy, bebieron una copa de vino y comieron algunos dulces, esa noche Simy le hizo compañía a su amiga al verla con ese aro de tristeza en sus ojos, Simy tenía algo de envidia, Angy tenía un prometido muy apuesto, rico, y sobre todo detallista.
Pero Angela sentía un dolor en el pecho, como nervios, como si algo malo sucedería, pero entre risas con su amiga poco a poco esa sensación desaparecía, quizá solo exageraba, al menos eso se decía a sí misma.
Por la mañana Angela y su amiga salieron rumbo a la compañía, al llegar a los estacionamientos Simoneta vio a un tipo tan apuesto que la hizo detenerse de golpe, un apuesto tipo de cabellos rubios, un cuerpo de adonis, su caminar elegante dejaba a cualquier mujer boquiabierta con solo verlo pasar.
— ¿Pero quién es ese bombón amiga mía?
Angela observo al tipo caminar algo lejos de ellas, en realidad jamás lo había visto en la compañía, suponía que al estar en crecimiento habría mas clientes y asociados.
— La verdad jamás lo había visto por aquí, no lo sé, estamos en crecimiento Simy, quizá algún nuevo cliente, no lo sé, pero guarda la compostura amiga.
Las chicas caminaban, pero notaron que el tipo tomo una llamada sin prestar atención a su alrededor, las dos llegaron a los ascensores y oprimieron el botón para subir, cuando la puerta estaba por cerrarse una mano grande detuvo el proceso, las puertas se abrieron y el tipo rubio y apuesto ingreso dentro, de pronto el ascensor se sentía tan pequeño, el espacio se reducía con su sola presencia, algo en él le parecía familiar a Angela, pero por mas que meditaba no lo recordaba.
Él no dejaba de hablar por el móvil, parecía muy importante, estaba escuchando con completa seriedad en su mirada, Angela podía verlo frente a ella por los metales del ascensor que parecían espejos, incluso su mirada se cruzó con la suya por unos segundos, pero ella enseguida la aparto, sintió algo de vergüenza, pues el tipo hizo media sonrisa al darse cuenta de que ella lo observaba, pero en realidad con quien cruzo sonrisas, mas de una, fue con Simoneta, que no perdía la oportunidad de coquetear con él, no podían hablar, pues el aún seguía en una llamada.
— Deja que termine aquí y voy para allá, terminaremos ese envío hoy mismo, sabes que no quiero retrasar por ningún momento el pedido de Samuel, debe llegar a tiempo o antes.
Esa voz, una tan profunda y masculina, esa que te deja un cosquilleo en los oídos, además de ese aroma que era imposible no percibir en sus fosas nasales, ese tipo se daba cuenta de que al menos Simoneta estaba interesada en él, pues ella no solía guardarse nada, siempre era sincera.
Ellas bajaron dos pisos abajo de hacia donde se dirigía el apuesto caballero, Angela supo que iba hacia el piso de Graham, así que supuso tenía asuntos importantes que tratar.
Cuando salieron del ascensor Simoneta no dudo en decirle adiós con una de sus manos, él solo asintió con una media sonrisa, pero sin dejar de ver hacia Angela, que no pudo sostener la mirada de él.
— No tienes remedio, ¿por qué le dices adiós? Ni siquiera lo conoces, ¿qué sucede contigo?
Pero Simoneta sonreía feliz y emocionada.
— Creo que me quedaré aquí para esperar a ese bombón, amiga, no perderé la oportunidad de tener a alguien como él junto a mí, esta tan guapo, muero por un tipo así Angy.
Angela dejo a su amiga en su lugar y fue a por unas carpetas para ir a su lugar.
Ese día estuvo trabajando por la mañana con tanto que tenía que hacer, pero algo no la dejaba descansar ni concentrarse, creía que era hora de buscar una respuesta por los días pasados, pues no sabía sobre Graham, deseaba saber si había hecho algo malo quizá, no lo sabía pero ese pensamiento venía a su mente.
Cuando se dieron las 6 y era hora de salir, le había enviado un texto a Simoneta, diciéndole que se quedaría un poco mas, ella tenía planes con unos compañeros, y Angela decidió rechazar la oferta, no tenía humor para ir a bailar ni beber, lo mejor era afrontar a Graham de una buena vez y saber que era lo que estaba sucediendo, si en realidad había un problema o solo era imaginación suya.
Subió al ascensor, llego al piso de Graham y no estaba ya la asistente de él, Rinara, una chica pelirroja muy bonita.
La puerta estaba entreabierta, ella caminó para abrir y ver si su prometido aún estaba en ella, pero sus ojos se cruzaron con unos color miel que la veían con una sonrisa que parecía tan complacida.
Rinara estaba sobre el escritorio, y tras ella con la camisa desabotonada y penetrándola, estaba él, Graham tenía sexo con su asistente, Angela sentía como las fuerzas de pronto se le iban, sus piernas flaqueaban, Graham no se había dado cuenta de nada hasta que escucho la puerta cerrarse.
Él se incorporó y cerro sus pantalones, Rinara se acomodaba el vestido, pero ella no parecía arrepentida de haber sido descubierta, por el contrario se colocaba al lado de Graham, que veía a Angela con lo que parecía desprecio.
— Bien, creo que ha llegado la hora de hablar con la verdad Angela, tenemos que terminar con esto ahora mismo, ya no necesito de ti.
Esas palabras tan frías hacían que un escalofrío recorriera el cuerpo de Angela, esa mirada, esa forma de hablarle era algo que no conocía de él, ¿por qué le decía esas palabras que la hacían sentir tan inferior, tan dolida?
Esas palabras eran el inicio de un momento que le provocaría a Angela un gran dolor......
Waiting for the first comment……
Please log in to leave a comment.