— Aún no sé cómo mi padre hizo negocios con un tipo como él, la situación aquí es que ahora yo tengo que lidiar con alguien que no conoce los mas mínimos detalles de una compañía que le ha sido heredada en vida, creo que su padre ha cometido un error, Graham Basco podría llevar a la quiebra un lugar como este sin problema.
Andrew estaba inconforme con la actitud tan tomada a la ligera que Graham tenía respecto a las negociaciones, simplemente era tan claro que no tenía la mas mínima idea de como manejar un acuerdo, tenía cifras tan erradas, que Andrew tuvo que irse y regresar horas mas tarde.
Cuando bajo del ascensor busco a la asistente de Graham, pero la chica no estaba en su lugar, mientras se acercaba a la puerta del despacho para llamar a la puerta se dio cuenta de que estaba entreabierta, escucho ruido de personas hablando, así que continuo caminando, al llegar escucho a Graham, pero no parecía amigable la forma en la que hablaba, decidió aguardar tras la puerta, no era su costumbre espiar, pero una hermosa chica estaba de pie y no parecía pasarla bien, pues Graham le hablaba con mucha indiferencia.
— Mira Angela, yo jamás te amé, simplemente seré sincero contigo, creo que no es justo para mí seguir con este cuento, tú le agradabas a mi padre, por ello decidí que tú serías mi garantía.
Andrew no podía creer que el tipo le hablara así a una chica, ¿por qué lastimarla? Podía terminarla y ya, pero parecía sentir la necesidad de humillarla, sobre todo frente a la asistente que se acomodaba el vestido, parecía ser un triángulo amoroso.
Por alguna razón Andrew no se alejaba, sentía la necesidad de entrar y sacar a la joven de ese lugar.
— ¿Cómo puedes hacer esto? Confié en ti Graham, ¿por qué me engañaste? Yo no merezco esto, eres un...
Pero Graham la detuvo.
— Mira Angela, te daré una buena suma de dinero, al final debo agradecerte porque por ti, fue que ahora mi padre me ha entregado todo, soy rico, y te aseguro que te compensaré, tanto que olvidaras esto.
Pero la chica estaba tan triste, parecía que no deseaba dinero, solo buscaba una respuesta a esta incómoda situación.
Se hizo un silencio de pronto y fue entonces que la chica limpio su rostro para dedicarle unas palabras a Graham.
— ¿Crees que eso es lo que busco? ¿Dinero? ¿Eso pensabas, por ello te acercaste a mí?
Graham se acercó a ella y viéndola de frente le dijo sin mesura.
— Todas buscan eso, claro, excepto mi hermosa Rinara, ella me ama incondicionalmente, tanto que soporto esta relación entre tú y yo, ¿dime cuál es tu precio? ¿Cuánto vales Angela?
La chica dejo asombrado a Graham y Andrew que veía la escena tras la puerta por la ranura que se abría al estar entreabierta.
Le dio una fuerte bofetada, dejando la mejilla de Graham enrojecida, el totalmente asombrado se quedó inmóvil, solo escucho las palabras de la chica antes de que partiera.
— No soy una mercancía Graham, me lastimaste, yo no fui quien te busco, sino al revés, jamás podrías pagar lo que valen los sentimientos de una persona, gracias por mostrarme que es lo que no quiero en la vida, a alguien como tú, has cometido un gran error, pero no te lo diré yo, si no la vida te lo demostrara algún día, y tú, por cierto, que sabías sobre esto, sé que clase de persona eres, y algún día también van a cambiarte por otra mujer, no te lo deseo, pero el karma existe, y pagaras por ser parte de esto.
Angela se giró para alejarse, conteniendo esas lágrimas que ahora deseaban brotar, aguantando el gran dolor y las inmensas ganas de llorar, camino a toda prisa golpeando la puerta al salir cerrándola con fuerza, ni siquiera fue consciente de que tras ella había un hombre aguardando, ella esperó el ascensor, pero este no abría, así que decidió bajar por los escalones, bajaba a toda prisa, sin pensar en el cansancio, solo deseaba llegar a su automóvil, alejarse lo mas que pudiese de esa empresa, ir a casa, llorar en los brazos de sus padres, decirles que tenían razón, que quizá lo mejor era hacer las cosas a su manera, casarse con el hombre que ellos eligieran, pues al final sabían que era lo mejor para ella, era claro que no sabía elegir a un hombre en su vida, ese Graham había llegado a destruirla en un solo momento, dejando claro la clase de personas con las que toparía en el mundo real cada día.
Cuando por fin llego a su automóvil intento abrir la puerta con sus llaves, pero sus manos temblaban de manera que cayeron al suelo, Angela se quedó observando al suelo y vio como una gota se derramó al lado del neumático, sus lágrimas comenzaban a brotar y ella colocó ambas manos en su auto, cerrando sus ojos sin poder evitar llorar por la humillación que había pasado hacia unos momentos.
No podía creer que de verdad eso hubiese sucedido, ¿por qué jugar así con ella? ¿Por qué engañarla? Jamás imagino que Graham fuese un mal tipo, era considerado, aún estaba en shock por ello.
Escucho una voz tan cerca de ella que la hizo girarse asustada, se pensaba sola, pero no era así.
— Limpia esas lágrimas, no vale la pena que llores por esos dos, en su lugar demuéstrales quien eres en verdad.
Angela observo a ese hombre frente a ella, una hermosa mirada que parecía preocupada, le tendió un pañuelo que ella aceptó para limpiar sus lágrimas.
¿Quién era él? ¿Qué hacia ahí? ¿Y por qué sabía lo que le estaba sucediendo?
Él se inclinó y tomo las llaves de Angela.
Observo una pequeña placa con su apodo.
¡Angy!
— Gracias, creo que debo irme.
Le dijo ella, pero Andrew no la dejaría ir en esas condiciones, creía que un hombre no podía humillar a una hermosa chica como ella y salirse con la suya, no la conocía, pero algo en ella le hacía sentir el deseo de protegerla, ayudarla.
Angela intento abrir su auto, pero estaba tan nerviosa y con sus ojos llenos de lágrimas que no logro hacerlo, Andrew tomo las llaves nuevamente y las guardo en su bolso del pantalón, no era un auto nuevo, ni siquiera tenía alarma para abrir, ella parecía ser una chica normal.
— Sé que no me conoces, pero no puedo dejarte ir así, dime donde vives y te llevaré yo mismo, tranquila, no soy un asesino ni secuestrador.
Andrew le tendió a Angela su ID de conducir.
Puedes fotografiarla y enviársela a alguien de confianza, nada malo va a sucederte.
Angela tomo la fotografía, pero no la envió a nadie, quizá no sabía distinguir a las personas, pero ahora mismo era una realidad que no podía conducir.
Andrew la llevo a su lujoso automóvil, Angela subió y se quedó en silencio, intentaba contener las lágrimas, pero la humillación que había pasado la tenía en muy malas condiciones, se sentía tan mal consigo misma.
Andrew al verla se sentía tan mal, pero dejaba que sacara ese dolor que ahora se apoderaba de ella, no comprendía como Graham dejaría ir a una mujer tan preciosa como ella, estaba realmente quizá enamorado de su asistente, pues tenía que ser un completo imbécil para dejar libre a esta mujer tan impresionante que ahora estaba a su lado.
— No puedo permitir que sigas en esas condiciones, así que baja ahora mismo, tenemos mucho que hacer.
Angela lo veía asombrada, habían parado en un lugar que ella no conocía, ¿qué hacían ahí?
— Pero....
Antes de que Angela hiciera una sola pregunta él la ayudo a bajar del auto, algo se le había metido en la cabeza, ayudaría a esa chica a vengarse de ese infeliz, no podía seguir viendo sufrir a una chica como ella, no parecía una mala persona.
— Mi nombre es Andrew Bianco, y yo te ayudaré a poner en su lugar a ese tipo, deja de llorar porque con ese rostro y ese cuerpo eres tú por quien debería estar llorando él, así que vamos...
Angela como si estuviese hipnotizada por esa mirada solo se concentró en seguirlo, no sabía exactamente que hacían en ese lugar, pero por alguna extraña razón confiaba en él, Andrew Bianco.....
Waiting for the first comment……
Please log in to leave a comment.