Asim, junto con Javier y Damián, se hicieron cargo de terminar con todos los que estaban en la embarcación.
Javier y Damián habían subido a esta aludiendo que eran custodios de Abdul.
En cuanto todos creyeron, que tenían controlada la situación, fue donde ellos pudieron exterminar a todos.
El custodio, de Abdul, al subir puede ver que en el piso, se encuentran regados todos los custodias del comprador.
Este al girar puede ver que arriba apuntando, estaba un hombre.
Le hace señas. No cualquiera, podría hacer eso, solo alguien que perteneciera a las fuerzas.
Damián:— con voz jocosa, — Levanta las manos.
Javier observa todo, estaba ahí por si necesitaban, ayuda.
El custodió tira, su arma, sabe que está rodeado, no dejaría, que lo lleven a la cárcel o lo fueran a matar sin luchar por su vida.
Damián:—con voz jocosa, — se ve que no tienes buena memoria como para no reconocerme, hemos pasado toda una noche juntos en el desierto.
Custodio:— haciendo memoria, — no puedo creer, que tú seas uno de esos seis hombres de esa noche.
Me pareció extraño algo, pero le resté importancia.
Damián:— La primera regla, jamás confíes en nadie.
Y menos, hombres como nosotros, que estamos entrenados, para confirmar en nuestra intuición.
Custodio:—Deja de apuntarme.
Y si te crees tan valiente tengamos un encuentro mano a mano.
Damian pega un salto, quedando frente a este.
Damián tira el arma, ve que Javier y los hombres que lo acompañan se quedan mirando.
Cómo se preparan para luchar.
Javier toma las armas y alejándose unos pasos apoya su pie derecho sobre el asiento.
Minutos antes, Asim, le había comunicado que, el comprador se encontraba escondido bajo este.
Si fuera por él esa sería su tumba.
El custodio no, dejaría que lo maten o lo lleven a la cárcel sin antes luchar por su vida.
El Sr. Abdul era como su padre, lo rescató de la calle cuando tenía 18 años, había vivido desde los cinco en ella.
Donde aprendió a defenderse, hacía peleas callejeras para poder llevarse algo a la boca.
Creció en orfanatos, que más de una vez se escapó.
Este estaba agradecido porque lo ayudó no solo alimentándolo, entrenarlo con los mejores para hacerlo un hombre fuerte.
Cuando llegó a cumplir 22 años, lo hizo su mano derecha.
Sabiendo que si a este le pasaba algo todo quedaría en sus manos.
Asim, que se encontraba a babor, muy silenciosamente baja las escaleras en busca de Shomi.
Al bajar encuentra a una señora mayor tirada en el suelo.
Ella está, temblando y rogando que por favor no le haga daño.
Asim sabe que es una simple empleada.
Se agacha tratando de ayudar a la mujer la levanta y ayuda a llegar a la mesa para que tome asiento.
Asim:— con vos tranquila, —¿Me podría decir dónde encuentro al Señor Abdul y a la señorita?.
Señora:— con voz quebrada, — la señorita se encuentra en el camarote de lado de estribor y la verdad sus nombres no lo sé, pero esos señores, se encuentran en el camarote a babor.
Asim, pide que por favor se dirija a dónde está la chica y la ayude hasta que él llegue.
No podía ir por ella, primero debía atrapar al mal nacido.
Ella toma una caja de primeros auxilios, si deseaba hacer lo que el muchacho le pide, necesitaba de ella.
El decidido va al camarote donde se encontraría con Abdul.
Golpea la puerta, esperando que le permitan pasar.
Al no poder escuchar nada más que ruido entra y no puede creer lo que veían.
Puede divisar a un hombre tirado en el piso, Abdul, sentado, en el camastro, amarrado y amordazado.
Ni en, su sueño podía imaginar esto.
Se le estaba, entregado en bandejas de oro.
Con esto, podría, vengar a su familia y la de su amada.
Abdul, pensando que era un policía aduanero.
Se zamarreá y trata de murmurar.
Asim primero, se acerca al hombre que está tirado en el piso, haciendo caso omiso a este.
Al acercarse puede ver que, junto a él, está escrito con sangre el nombre de Ángel.
Se da cuenta de que es un aliado.
Con su pie borrando lo escrito, trata de ayudar al hombre.
Lo levanta, mirando hacia el camastro, avisa que llevará a este a la superficie para que sea atendido y que un compañero vendrá a socorrerlo.
Abdul forcejeando, trata de llamar su atención, para que lo ayude, sin conseguir nada.
Al pasar, por la puerta se gira y antes de cerrar esta avisa que tenga cuidado, que no haga ruido, aún hay un hombre, que no ha encontrado.
Dejando asustado a este.
Una vez fuera.
Deja, al hombre en el piso y avisa que por favor se dirija arriba, avisando que traigan un médico urgente para atender a la muchacha.
Asim solo quiere ver si su Rosa Negra, se encuentra bien.
Se gira, abre la puerta del otro camarote y ve un gran charco de sangre.
La mujer mayor, estaba haciendo presión sobre la herida. Mientras le pedía que no cerrará los ojos.
Asim, siente un dolor en el pecho, que lo ahoga, su Rosa Negra, había sido dañada.
Al llegar, el hombre avisa a Javier que debían traer, un médico con urgencia para atender a la muchacha.
Javier se comunica urgentemente con él.
Le cuenta los hechos, pidiendo que con urgencia trajeran a un doctor.
Ángel llama a su nieto, para que los acompañe, en la lancha que había preparado con todo lo necesario para atender a la princesa.
Los dos, rogaban a Ala, que la niña estuviera bien o tendrían que enfrentarse al mismo infierno.
Al llegar pueden divisar que aún se estaban divirtiendo.
Javier los, acompañe hasta donde estaba Shomara.
Mientras, Damián con un golpe certero en la mandíbula, deja inconsciente al bastardo.
Notan que se acercaba, un barco de la policía costera.
Estos piden que todos levanten las manos y se arrodillen.
Dos oficiales, abordan.
Y seguido de ellos suben, 10 hombres más.
Damián con su habitual, humor.
Pide permiso para hablar.
El policía le da la palabra haciéndole señas de que hable.
Damián:— Somos, amigos de la familia DAYE & Dix, estos hombres, que están en el piso, son a los que deben detener.
Y no se olviden, de sacar al mal nacido, que se encuentra como una rata, escondido, bajo el asiento.
Policía:— Y como puedo saber, que lo que usted, dice es verdad.
Damián:— Si no me cree, puede mandar, abajo a uno de sus hombres y allí no solo encontrará, al Sr. Ángel, su nieto y a su querida nieta, herida.
Y un hombre muy importante, está encerrado en uno de los camarotes.
Espero tengan, a bien, dejarlo como está para, la señora.
El policía al escuchar todo, ordena a sus hombres, que se apresuren a bajar para ayudar.
Y que estuvieran a todos.
Después ante las dudas, prefería exagerar, a qué debiera enfrentar a la Sra, DAYE.
Bueno esperó que estén disfrutando como siempre.
Gracias por su me gusta, comentarios y regalos.
Agradezco sus pedidos de actualización y como verán, estoy trabajando en subir, todos los días un capítulo. Gracias por su comprensión.
Les deseó éxitos y bendiciones, espero tengan un excelente día.
Mi saludo de siempre CARPEN DIEM ♥️.
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