La última en entrar en el casino esa noche como parte de la comitiva que había reunido Pierro para su séquito personal , fue Serem, que caminó distraída entre la multitud de máquinas traga perras.
Alison y ella habían sido requeridas para pasar la noche allí, en el casino, y era bastante probable que solo pasaran una o dos horas allí, Pierro últimamente estaba siendo demasiado variable.
Alison soportaba sus caprichos sencillamente porque era su mejor cliente, y Serem porque a Pierro jamás se le ocurriría pedirle que tuvieran intimidad.
Ella estaba demasiado distraída desde su encuentro de la noche anterior con cierto empresario millonario que había sido capaz de robarle el sueño. Ahora en cualquier sitio que entrara no podía evitar pensar que le faltaba algo. Y ese algo era por supuesto la……
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