Caspian. Al ver el estado de su esposa. La agarró entre sus brazos, la atrajo hacia él, y la abrazó fuertemente. Le dio un beso, en la frente y le dijo, mirándole a los ojos. —Sara, Créeme, cuando te digo que tú eres suficiente para mí. contigo puedo ser yo mismo, no tengo nada que ocultar. Es cierto que no te dije sobre mis gustos. Pero es que no lo vi necesario. además, sólo participaba en ese juego por el morbo. Era bastante satisfactorio, hasta cierto punto. Jamás, te obligaría a participar en uno de esos juegos. Para mí eres demasiado importante, no me gustaría que te lastimes, además, esos juegos sexuales, son demasiado extremos. Y tú no estás acostumbrada. —¿Pero a ti te gusta tanto, que lo hacías a diario o me equivoco? —No te negaré, que lo solía hacerlo muy seguido, pero después de conocerte, lo dejes me gusta más molestarte. Dijo eso mientras, le daba un mordisco su cuello.
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