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Verdugo

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Blurb

¿Qué harías si tu vida dependiera de un asesino? ¿Y si ese asesino fuera el único que en verdad está dispuesto a protegerte? ¿Y si tu amor fuera lo único que pueda abrir la puerta para escapar?

Lenet es convocada para viajar a Grecia y poder colaborar en el Museo de Thira. Allí conoce a dos hombres que cambiarán su vida para siempre. Uno es Hades, un exmilitar que se ha convertido rigurosamente en el líder de un grupo de mercenarios. El otro es Valentino, su amor platónico de la universidad. Lenet se verá envuelta en una trama de violencia, venganza, romance y drama, donde nada es lo que parece. Entre el amor y la muerte, Lenet tendrá que elegir su destino.

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Prólogo
“El amor es como la guerra, fácil empezar, pero difícil de parar” Henry-Louis Mencken. ------ ¿Quién se libra de experimentar el horror de perder a aquella persona que lo representa todo? En el momento que más se le necesita, saber que ese mundo cómodo y seguro se ha fragmentado para siempre. Si bien ya había pasado por situaciones terribles, lo que sucedía ahora la devastaba enteramente. El aviso, un simple mensaje que cambiaba para siempre todo en su vida y también en su futuro. Tenía ideas de qué podría haberla llevado a tal destino al recordar aquel mensaje. “No vuelvas a casa todavía, todo pasará y sé que tu documentación te permitirá estar más tiempo por allá. Prometí explicarte tantas cosas, pero no es tan sencillo. Resuelvo o al menos intento encarar asuntos que dejé pendientes. Deseo verte y tener el valor de decirte la verdad. Ojalá lo pudiera hacer con la misma presteza que tú al visitarme de tan lejos. De algo siempre debes estar segura, te amo y eres lo mejor que pudo pasarme en esta vida” Ya había sostenido un arma, encarado asesinos entre otras cosas serias, pero nada la preparaba para enfrentar semejante detrimento. Las lágrimas caían a torrentes incluso en contra de su voluntad. No podía asimilar lo que en verdad significaba haberla perdido para siempre. De ahora adelante solo podría contemplarla a tráves de las escasas veces que compartieron alguna fotografía juntas. Buscó en su teléfono y encontró la última, la más reciente. Las dos esa tarde soleada disfrutando de una exquisita comida. El día que consiguió obtener su primer empleo y una manera de aprobar con un viaje sus conocimientos en arte e historia. Se centró en los recuerdos evocados al ver la fotografía digital. Sintió volver a ese día, volverse a animar con lo feliz que se sentía y su madre tan orgullosa sonriendo jubilosamente. La vista tenía la caída de la luz de sol en una tarde de verano. Si bien ya no era una niña ni tampoco una adolescente, conservaba muchas cosas en su habitación. De pronto al experimentar el recuerdo sentía volver a entrar su alcoba contemplar cada detalle cada cosa que amó y aún conservaba. ¡Cuánto había soñado con visitar otras ciudades! Ver por sí misma los vestigios de aquellas grandes ciudades antiguas, esas metrópolis fusionadas con la historia actual y moderna. Toda chica sueña también con encontrarse con la extraña oportunidad de tener al lado a un hombre, pero no cualquiera sino ese que sea sincero, educado, inteligente e importante con la cualidad especial de amarla tan intensamente que la vida de pronto se vuelva un verdadero sueño viviente. Experimentar entregarse hasta los huesos y que el amor lo consuma todo. ¡Cuánto le había gustado su compañero de intercambio! Valentino, tenía una mirada tan dulce. Encantador de pies a cabeza, cabello de un tono rubio no muy claro, dorado en un castaño muy hermoso. No sabía hablar mucho el idioma, pero no importaba el italiano sonaba perfecto en sus labios seductores cuando no podía traducir correctamente lo que quería decir. Compartieron cursos y horarios de receso. A veces sólo mirándose y otras sonriendo sin motivo al verse. Sin embargo, él jamás mostró algo diferente que agrado al igual que ella. Nunca volvió a gustarle ni atraerle con la misma intensidad ningún otro hombre jamás. No pudo olvidar esos ojos ni esa preciosa sonrisa, Valentino siempre deambuló en sus sueños más perfectos encarnando a su hombre ideal, especialmente cuando él la invitó a acompañarlo para un baile de fin de cursos. Lamentablemente eso no sucedió ya que él volvió a su país unas semanas antes de lograrse la anhelada cita. Si bien ella superó aquello y de vez en cuando salió con otros chicos siempre pensó en aquella posibilidad de haber estado con él. Sus dos mejores amigas, habían tenido excelentes notas y al tener padres adinerados habían viajado a otros países para seguir sus maestrías; una se había mudado a Rusia y la otra a Viena. La distancia había provocado que la comunicación fuera menos frecuente pero siempre alguna llamándola de vez en cuando. Sin saberlo, ella había quedado marcada con esa cita fallida. No podía aceptarle una comida ni una salida a nadie que tuviera su edad o al menos un par de años más que ella. Sus citas desde entonces eran con hombres mucho mayores que ella, y de igual manera deprimentes. ¡Cómo olvidar su relación con uno de los catedráticos luego de dejar la universidad! Si bien soltero, terriblemente libertino como un adolescente. Su última relación, ella había convenido terminar con él y no volver a hablarle ni en broma jamás. Así pasando de idea en idea, volvió de nuevo a recordar la refulgente luz del sol esa preciosa tarde con su madre antes de viajar. Sentía volver a revivir todo una vez más. ¡Cuánta dicha luego de ser aceptada! Sería una de las colaboradoras y también voluntaria para el departamento de investigaciones para nuevos descubrimientos en Grecia, siempre en el departamento de antigüedades. Su madre rebosante la miraba cariñosamente. Justo terminaba de empacar. —¡Lenet! Su madre tenía los ojos más encantadores y enigmáticos. Su cuerpo de aspecto juvenil un tanto más alta que ella. Cabellos cobrizos oscuros y sonrisa dulce. Sin embargo, de carácter indomable y muy osada. Siempre ocupada. Una abogada comprometida y servicial. —Mamá. Creí que tenías audiencia con… —Sí, pero que se vayan al carajo al menos hoy. ¿Ya tienes todo listo? —Sí, creo que serán unas semanas difíciles sin ti. ¿Estás segura que… Pero Olena sonrió un tanto conmovida. —Cariño, no te preocupes. Ve y diviértete. No cualquiera es aceptado para estar allí y tú lo conseguiste. Te irá bien, eres lista como tu madre. Estoy muy orgullosa de ti. ¡Sabré cuidarme y cocinar! Sólo te pido una cosa. Por favor no salgas con tipos que no sepan hablar tu idioma. Si cuesta congeniar y entender a uno que intenta decir lo que tú, imagina un idiota que no sepa ni como decirte hola. Lenet se echó a reír. —Mis expectativas con muy altas. Además, no creo que haya tipos que sean de mi gusto por allá. Y si los hay no querrán estar en un lugar como el Museo, sino en las playas. Y no me agrada conversar con extraños. —Espero que cumplas con eso. —Olena suspiró —Mírate, tú eres… Encantadora, y te gustan temas aburridos y eres... En fin, cuídate. Te llamaré cuando estés en el aeropuerto de Atenas. Bien, ahora vámonos o perderás el vuelo. La ayudó a llevar las maletas. Luego de un momento ya iban en el vehículo con todo el equipaje en marcha al aeropuerto. Su madre conducía a velocidad moderaba respetando las leyes de tránsito para no ganarse otra multa. Lenet la contemplaba sin evitar pensar en algo muy particular. Durante su infancia nunca supo más de su padre que los insultos, el coraje y el resentimiento perpetuo de su madre. Olena jamás le permitió indagar en el tema prohibido. Sin embargo, su padre había dado en verdad toda una fortuna para que pudiera estudiar en la carrera que quisiera. Para Lenet eso tenía cierto mérito y por vez primera en su vida estaba dispuesta a mencionarle algo a su madre. El vehículo se detuvo en el área de estacionamiento. Lenet acudió al maletero para ayudar a su madre a bajar el equipaje y poder ir rumbo a la sala para abordar. En cuanto tuvo las maletas miró a su madre fijamente. —Mamá, sé que tienes mucho pendiente, en verdad aprecio mucho que hayas podido venir y traerme. —Lenet, eres mi hija, es un momento importante para las dos. Quiero que sepas que eres todo para mí, aunque pienses que te odio a veces y que prefiero mi empleo. No te guardo secretos. Lenet sonrió. —Con respecto a eso. Mamá, no nos veremos por vez primera en mucho tiempo. Sé que has dicho que no importa, pero me gustaría saberlo. Creo que tengo la edad para entenderlo. ¿Porqué odias tanto a mi padre? ¿Qué sucedió para que todo fuera como fue? Su madre la miró aturdida. Guardó silencio por un momento. Suspiró y se cruzó de brazos al dejar la maleta en el suelo. —Lenet… No he querido tocar este tema durante toda tu vida porque no era en verdad necesario hablar de asuntos que ya fueron. Y no puedo darte las respuestas, bueno no todas las que pretendes que responda ahora. Prometo que sabré decírtelo mejor cuando vuelvas, si es que no vienes embarazada o con un novio que ya es tu marido. ¿Te parece? Lenet sonrió muy conforme. Su madre lo había tomado con bastante calma. No se había puesto neurótica y agresiva como solía ser. —De acuerdo. Me parece mamá. Él teléfono de su madre sonó. Olena respondió, pero cubriendo una mano el micrófono del teléfono, sin hablar todavía. —Lo siento Lenet. Me hablan del trabajo. Cariño, me habría gustado acompañarte hasta las revisiones, pero… Lenet respiró hondo. —No, no te preocupes. Puedo hacerlo. Lenet se estiró hasta darle un beso. Su madre la rodeó de inmediato, apartando el teléfono. La abrazó con tanta ternura y tan amorosamente que Lenet no pudo más que quedar muy desconcertada. —Te amo, hija. —Expresó dulcemente antes de dar media vuelta y volver al vehículo para abrir la puerta. «No esperaba eso, pero lo necesitaba» —Te amo, mamá. —Contestó con voz suave. Olena no lo escuchó ya atendía el teléfono dando explicaciones al cliente que esperaba por ella en el despacho. Lenet suspiró mirándola conducir mientras se alejaba del estacionamiento. Al percibir esa nostálgica sensación inevitable de lejanía como de despedida volvió en sí. —Tarde entiendo a mi madre. Lo odió con toda razón. Las personas que se alejan hacen un bien mayor sin duda que quedarse para destruir lo que jamás debería tocarse… ------ *** Hola, bienvenida o bienvenido a esta historia. Quiero darte las gracias por darme la oportunidad de ser parte de tu biblioteca. Verás, en esta historia vamos explorando un mundo oscuro donde el secuestro, la venganza atrae muerte y sangre. Ambientada en partes de Grecia, pero cabe aclarar que muchas de las locaciones están abordadas de manera ficticia. El erotismo es algo que para mí es inevitable en esta historia, queda a tu parecer si este contenido es muy explícito o naturalmente para adultos (+18). Lenguaje soez, violencia, abusos y grupos criminales están tomados muy en cuenta en gran parte de la historia y en su desarrollo. Agradezco mucho que te dispongas a conocer el mundo sombrío de Adrik donde Lenet está severamente implicada. Contenido estrictamente exclusivo para Dreame - Sueñovela. Esta segmentado en actualizaciones. Si la has leído conforme la planificación debes tener en cuenta que el contenido deberá editarse para corrección, cuyo cometido es ofrecer una mejor apreciación de la historia al completarse, gracias por tu apoyo y comprensión. (Actualmente casi por completarse). Todo comentario es bienvenido al igual que tu opinión :) Fbook: Sunny Black IGram: books_sblack

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