El amante joven

- Y parece que el inicio de la primavera nos está trayendo grandes noticias desde Hollywood. Para este y otros temas del espectáculo damos pase a Yuki Mamiya –dijo la presentadora de la edición principal del noticiero NHK News de j***n ante el inicio del bloque de Espectáculo. - Gracias, Naomi. Y efectivamente, parece que la primavera trae consigo muy buenas noticias para una joven promesa de la actuación de nuestro país. Exactamente hace una hora, desde Los Ángeles, Estados Unidos, nos ha llegado una nota de prensa donde se nos comunica que habrá nueva película de la saga del Agente 007 para fines del próximo año. Ustedes dirán, ¿y? Pues, lo llamativo es que ahora el Agente 007 será a******o porque han preparado la trama para que nuestro Ryusei Miura personifique a este mundialmente conocido personaje que en años anteriores ha sido llevado a la pantalla grande gracias al trabajo de icónicas figuras de Hollywood, como Sean Connery, Roger Moore, Pierce Brosnan y Daniel Craig, entre otros –la alegría en el presentador era obvia, ya que son pocos los actores japoneses que han trabajado en Hollywood, y salvo algunas excepciones, la mayoría ha interpretado papeles secundarios. - Entonces Ryusei Miura tiene que esforzarse mucho para estar a la altura de tales talentos –comentó la presentadora Naomi. - En la nota de prensa resaltan que la elección de Ryusei Miura se debe a que los ha deslumbrado con su talento, además que la preparación física que tiene le permite realizar el 90 % de las escenas de riesgo y que su atractiva apariencia es perfecta para emular el trabajo de los anteriores James Bond –señaló Yuki, el presentador de la sección de Espectáculos. - Imagino que ya no se llamará James Bond este nuevo Agente 007 –comentó Naomi. - Esos detalles no se han difundido en la nota de prensa, pero ya tenemos un equipo que está viajando a Los Ángeles para hacer las preguntas respectivas en la rueda de prensa que ofrecerán la próxima semana para comunicar por dónde va la trama y el inicio de las grabaciones. En verdad, estamos muy contentos por el joven Ryusei Miura, cuyo talento ha sido heredado de su también famoso padre, Takeshi Miura, el galán de galanes de las producciones televisivas y de cine de los años 80 y 90, quien ahora está más abocado a la dirección y producción audiovisual. La información lanzada por el noticiero de mayor audiencia por las noches hizo que los nombre Ryusei Miura y Hollywood aparecieran en la misma frase por un sinnúmero de veces por todo j***n. Desde que Pat Morita protagonizara junto a Ralph Macchio la saga Karate Kid en los años 80, ningún otro actor de origen japonés ha resaltado en el cine estadounidense y mundial como lo hiciera este, por lo que la noticia fue muy comentada. Los medios de comunicación empezaron a profundizar en los orígenes de Ryusei en la actuación. No solo su padre era un famoso actor, luego director y productor, sus abuelos también lo eran. Kimi Hara -la abuela de Ryusei- fue una reconocida actriz y modelo que recorrió en los años 50 y 60 Asia y Europa con su talento, luego se convertiría en la primera actriz de j***n y la formadora de las nuevas generaciones de la actuación y el modelaje japonés. Dai Miura –el abuelo de Ryusei- era un reconocido productor de cine y televisión a quien se le adjudicaba el crecimiento de la industria cinematográfica en el país del sol naciente tras haber llevado varias historias de reconocidos mangas a las pantallas del séptimo arte por medio del “live action”. Con tales ejemplos era evidente que desde pequeño estuviera su vida ligada al mundo del espectáculo, empezando a los once meses de nacido al aparecer en comerciales de productos para bebés. Sin embargo, su temprano comienzo en la actuación y modelaje, así como su famosa familia paterna no era lo único por lo que Ryusei llamaba la atención. Por el lado de su madre, estaba aparentado con Los Sato de la ciudad de Nagoya, reconocida multimillonaria familia, la pionera en la industria automotriz y la de mayor presencia en el mercado japonés y a******o en ese rubro. Harumi era la madre de Ryusei y la primogénita de Kiyoshi Sato, el Director General de Sato Corporation, y Hanae Fukuda, quien provenía de una adinerada familia de la ciudad de Osaka. Entonces, por el lado materno a Ryusei se le marcaba un camino diferente al que le ofrecía su familia paterna. Al ser el primer nieto de ambas familias siempre fue muy querido, pero si sus abuelos Kiyoshi y Hanae no lucharon contra Dai y Kimi por acaparar el interés de Ryusei fue porque en el fondo preferían que la descendencia de su hijo Kenji -el menor de la prole Sato y único varón- fuera la que continuara con el legado familiar, por lo que vieron a bien que su primer nieto empezara desde temprana edad a dedicarse al negocio de Los Miura: la actuación y el modelaje. Sin embargo, aunque no lo vieran como el heredero de la fortuna de Los Sato, Kiyoshi invirtió millones de yenes en producciones que Dai -y luego Takeshi- organizaba con tal de que su nieto tuviera las oportunidades de crecer en la industria, ya que en muchos apareció la envidia por el talento del joven Miura, y pretendieron apagar el don que el universo le había entregado negándole la posibilidad de conseguir el papel de diferentes personajes que solicitaba en los castings cuando recién empezaba su carrera siendo un niño. Y la mayor prueba de que Ryusei era un buen actor por sí mismo y no por la ayuda que su familia le pudiera dar llegó con la noticia de que había pasado el casting que cuatro meses atrás hiciera en Los Ángeles. En Hollywood, ni Dai Miura ni Kiyoshi Sato podrían influir de alguna manera para que su nieto obtenga el papel principal de una súper producción que lleva décadas cautivando a la audiencia mundial. Así que, esa noticia causó en muchos miembros del espectáculo japonés una notoria gran desazón. Algunos hasta llegaron a manifestar que todavía no se podía catalogar como éxito el que haya obtenido el protagónico porque le faltaba recorrer un largo camino, y que todo dependía de la respuesta del público y la taquilla que la película pudiera alcanzar. Ryusei tenía veintiséis años cuando dejó su natal j***n para hacer que su nombre sea reconocido en todo el mundo. Porque el dinero de Los Sato lo permitía, su tío Kenji –quien ya era el Director General del Conglomerado Sa-Na, fusión de las empresas de Los Sato con la de Los Nagata, otra familia multimillonaria de la ciudad de Nagoya- le propuso viajar en uno de los aviones privados que la familia tenía a su disposición, algo que el joven actor rechazó porque no quería que la privilegiada posición de su familia sea motivo para obtener algún tipo de beneficio de la productora extranjera que lo había contratado. La madurez con la que Ryusei respondiera a la oferta de su tío, sorprendió gratamente a Kenji, despertando la admiración por su sobrino por cómo estaba tomando con seriedad y responsabilidad su carrera profesional. Al llegar a Los Ángeles, Ryusei se reunió con la producción y el director general de la película, quienes no sabían mucho de él, ya que fue el director del casting quien apostó al 100 % por el actor japonés e insistió en que sea contratado. Y es que el director general y el productor habían tenido en mente a otro actor, a un surcoreano que ya tenía una carrera hecha en Hollywood. Sin embargo, cuando Ryusei ingresó a la sala donde se llevaría a cabo el primer encuentro que tendría con las cabezas del filme, todos enmudecieron al ver que el director del casting no se había equivocado al elegirlo a él para ese protagónico. Y es que a sus veintiséis años de edad, con 1.88 m distribuido en un cuerpo con músculos definidos, espalda ancha, brazos y piernas alargados que estilizaban sus movimiento; con un rostro hexagonal donde se conjugaban unos ojos ligeramente rasgados, poseedores de un matiz marrón hermoso, mirada enmarcada por unas cejas pobladas retocadas, nariz pequeña, recta y unos labios delineados y carnosos, todo ello adornado por una cabellera negra azabache de corte irregular, hacían de Ryusei Miura el futuro ícono que enriquecerá el concepto de belleza masculina en occidente, donde los modelos y actores de r**a aria prevalecían. Tras conversar con él y encontrar que era de buen carácter, sin poses de divo ni exigencias ridículas, el equipo de producción habló muy bien de él, ya que no solo era atractivo a la vista, sino también una agradable persona. Durante las prácticas de las coreografías de las peleas que pauteaba la trama, así como de las escenas con diálogos, su actuación fluida, limpia de poses forzadas, adaptable a diferentes sentimientos y estados de ánimo, además de un buen estado físico y equilibrio para hacer sus propias escenas de acción, hicieron que los aplausos mentales para Ryusei se incrementaran al ritmo que demostraba su calidad actoral y que era el profesional idóneo para realizar ese protagónico. Sin saberlo, el buen desempeño de Ryusei estaba iniciando la incursión de personajes asiáticos en más guiones de películas y series estadounidenses, ya que antes de que el público calificara su trabajo, los productores y director ya lo habían aprobado. Todos sus atributos harían realidad que el nombre de Ryusei Miura gane un sitial en el mundo del cine y espectáculo mundial. Tras un año y medio de preparación, filmación y edición de la película, se estrenó “Agente 007: Plan B”. La acogida del público fue inmediata. Las féminas de todas las edades quedaron maravilladas con la belleza masculina del joven Miura y los varones empezaron a tomarlo como ejemplo, copiando su estilo de llevar el cabello, o los atuendos que vestía en los eventos a los que era invitado, o la rutina física con la que cuidaba su cuerpo y le permitía rechazar el uso de dobles de acción para la mayoría de las escenas de riesgo. Los clubes de admiradores empezaron a aparecer por todos los continentes, y que la película estuviera en cartelera por cuatro semanas en la mayoría de cines a nivel mundial, porque en algunos estuvo cinco y hasta seis, fue un record de taquilla que muchos aplaudieron en j***n por lo que estaba alcanzando, aunque no faltó quien menospreciara su trabajo alegando que el éxito de la película se debía al trabajo en conjunto de la producción y dirección, y no solo a él y su actuación. Dejando atrás los comentarios mal intencionados que pudieron llegar a sus oídos, Ryusei se aferró al cariño que los fans le ofrecían por el buen trabajo realizado y el apoyo incondicional de su familia. Harumi y Takeshi estaban muy orgullosos de su primogénito, y ni qué decir de su hermano menor, abuelos, tíos y primos. Para las familias Miura y Sato era una alegría que empezara el proceso de internalización de su carrera actoral con tan buena acogida. La vida de Ryusei empezaría a cambiar cuando decidió fijar su residencia en los Estados Unidos, regresando a j***n solo por muy cortas y pocas temporadas, y fuera invitado a diferentes programas de televisión, haciéndose más conocido en la tierra del Tío Sam. Fue en una de esas entrevistas donde conocería a aquella persona especial que todos buscamos y muy pocos consiguen conocer para ser felices en esta vida. (…) Ann Houston era el máximo ejemplo de que sí era posible que el Periodismo de Espectáculo fuera más que reportear escándalos relacionados a borracheras e infidelidades de los famosos. A sus cuarenta años tenía una carrera de dieciocho años en el periodismo, quince siendo conductora de la cadena ABC, donde había crecido profesionalmente y ya era la cabeza de dos producciones: un programa corto que resumía las últimas notas del espectáculo, el cual emitían después de cada edición de los tres noticieros diarios, y otro que era una edición especial que duraba dos horas e iba en el horario de los sábados por la tarde, con un altísimo rating. Y es que Ann Houston no solo hablaba de las peleas que algunas estrellas con notorios problemas de alcohol y drogas tenían en los bares, o los líos de faldas en los que algunos actores no podían dejar de caer, o las relaciones amorosas de los artistas que finalizaban mal por la infidelidad de ellos o de sus parejas. Los excesos y vicios por la falta de voluntad de los famosos no era el material favorito de la Houston, sino las investigaciones a profundidad que realizaba junto a su equipo para destapar verdaderos escándalos, injusticias y atrocidades que algunos involucrados en el “show business” no temían realizar porque se pensaban intocables. En sus inicios, ella destapó una red de trata de personas que involucraba a productores, directores y actores que trabajaban en Hollywood, Broadway y la televisión estadounidense, cuya finalidad era la prostitución de mujeres provenientes de países pobres, tanto de Asia, África y Latinoamérica. Un productor resultó ser uno de los organizadores de las subastas en donde jovencitas vírgenes, muchas de ellas menores de edad al fluctuar sus edades entre quince y diecisiete años, eran los objetos que motivaban la puja de los asistentes que querían ganar una noche de placer desflorando a una inocente fémina que nunca quiso ni buscó llegar a ese lugar, sino que fue raptada con engaños tras ofrecerles, en la gran mayoría de casos, un trabajo con buen salario y la oportunidad de estudiar para ayudar a sus familias. Entre el listado de frecuentes clientes de las subastas y de las orgías que luego armaban al dejarse llevar por el exceso de alcohol y drogas que consumían, aparecían los nombres de casi una centena de famosos del cine, teatro y televisión de los Estados Unidos. El negocio clandestino de prostitución no solo se daba en Los Ángeles, sino que había cubierto otras ciudades, como Las Vegas, Miami y New York, descentralizando las delictivas subastas. Este trabajo de investigación le otorgó a Ann la oportunidad de tener su propio espacio televisivo, ya que la cadena ABC, la única televisora con la que había trabajado durante toda su carrera, la apoyó por completo y animó a continuar por esa línea periodística. Así fue que el personaje de la Houston, una periodista seria, interesada en aportar que este mundo sea mejor al poner en evidencia a aquellos que utilizan el poder que les da la fama para delinquir realizando actividades ilícitas y moralmente repudiables, apareció para quedarse. Sus investigaciones le habían hecho acreedora de varios premios relacionados al periodismo. El Colegio de Periodistas le había nombrado “m*****o Ilustre” y algunas universidades ofrecido reconocimientos por su trayectoria. Y es que Ann Houston había apoyado a tantas víctimas de abuso s****l por famosos actores o gente que trabajaba detrás de cámaras que hasta los grupos feministas y ONG de ayuda humanitaria a mujeres y niños la aplaudían y agradecían que se tomara el tiempo justo y necesario para investigar y encontrar material que mostraba la culpabilidad de los acusados y alcanzar justicia para las víctimas. La labor que realizaba la llenaba de mucha satisfacción, pero también vivía en el constante peligro, ya que al exponer las historias sucias, depravadas e ilícitas de muchos famosos también revelaba la existencia de grupos delictivos bien organizados que encontraron en hacer daño a los demás la manera de hacerse de mucho dinero. Por ello Ann manejaba un Mercedes blindado y no solía frecuentar lugares públicos, mucho menos aceptaba las invitaciones que le hacían para asistir a eventos, salvo aquellos que la cadena televisiva veía a bien participar, pero siempre lo hacía rodeada de un equipo de guardaespaldas que no la dejaban ni a luz ni a sombra, algo que la tenía sin cuidado porque ella creía que, si por hacer su labor periodística le llegaba la muerte, sería la manera más dulce y heroica de morir. Al ser catalogada como una eminencia en el mundo del espectáculo y la farándula, llegar a ser entrevistado por Ann Houston era un honor y un emitente apoyo para alcanzar el logro profesional, por lo que todas las productoras de películas buscaban que la periodista acepte pactar una entrevista que diera buena publicidad al trabajo que querían promocionar. Como Ann sabía que cualquiera en Hollywood, Broadway y la televisión estadounidense podría estar metido en temas ilícitos que luego ella descubriría, no pactaba dichas entrevistas con regularidad ni con cualquiera. Normalmente hacía un profundo trabajo de investigación sobre aquella persona con la que iba a tratar de conversar casualmente para sacar el mejor lado de la personalidad del entrevistado, pero Ann era tan desconfiada con todos que sus entrevistas se marcaban con su dureza y el nerviosismo de la otra parte, algo que divertía a la teleaudiencia. Una de esas pocas oportunidades en que entrevistó a alguien fue por hacer un favor a uno de los productores de la cadena televisiva donde trabajaba. El hermano menor de aquel ejecutivo del canal estaba participando por primera vez en la producción de una película, la cual acababa de estrenarse. El equipo de mercadeo de la casa productora ya había cerrado con varios programas televisivos y de internet, nacionales como extranjeros, entrevistas para el elenco, pero no habían podido lograr que Ann Houston acepte realizar una, que por la fama de la periodista consideraban de suma importancia para asegurar el éxito del filme. Ann no era de hacer esa clase de favores porque sabía muy bien que en el rubro del espectáculo muchas veces se esconden malas personas bajo la proyección de una imagen angelical, pero el productor que le pidió el favor siempre la apoyaba ante los directivos del canal, para que no objetaran sus investigaciones, por lo que se sentía en deuda con él. Haciendo una excepción, Ann aceptó realizar la entrevista, previa investigación sobre los miembros del elenco, ya que, si la idea era obtener una promoción favorable para ese filme, no podía sentarse enfrente de quien pudiera ser criticado por su actuar libertino o delictivo, algo que no podría dejar pasar solo por no entorpecer el esfuerzo del equipo de mercadeo de la película. Por ello eligió a Ryusei Miura para la entrevista en vivo en su programa de los sábados por la tarde, ya que el joven actor japonés tenía un historial intachable al no haber sido sujeto a escándalos y por provenir de familias respetadas en su país. «Además, les conviene que entreviste al actor que desarrolla al personaje principal, más cuando es casi un desconocido por este lado del planeta», este argumento que mencionara la Houston convenció a los representantes de la casa productora y así cerraron el trato para que se dé el encuentro en vivo.