Ciego

1/Todavía recuerdo el color del cielo, quizás debí hacer más extraño el aroma de los químicos para poder darle vida a esas fotos extraño, tantas cosas que creo que en algún momento deje de ser yo. Mi nombre es Isak Hakar soy o mejor dicho era un fotógrafo anónimo el cual era muy famoso SI me gustaba claro que si ir a mis propias exposiciones ver la reacción de la gente agarrándome sin siquiera saber que estaba junto a ellos eso era vida, el dinero de mi familia me ayudo a que esto fuera más que un trabajo una pasión hasta que ese día ese accidente me hizo perderlo todo. Hoy tengo 35 años en los cuales hace 1 año mi vida se apagó, tenía planes y precisamente no eran estar aquí y menos ser esta persona que soy hoy aun a mis casi 35 años no se como manejar esto y por eso me aparto de todos del mundo y de eso que un día parecía ser amor a la vida. Estoy fuera de la casa sentado en lo que según mis padres es un jardín hermoso el cual nunca vi , mi madre una mujer amorosa pero cansada lucha por que su hijo, su antiguo hijo vuelva pero no va ser así. Mi padre se refugia en la empresa esa que según el yo podría manejar pero que por mi terquedad no lo hago. —Hijo creo que llego vistita. —mi madre no comprende que no veo pero si puedo saber cuándo miente. —¿Cres? O esta segura entre esas dos cosas existe un abismo mamá. —ella coloca su mano sobre la mía . —Hijo se amable de verdad. —n aroma muy dulce llega a mi y si la memoria no me engaña es Ámbar. —Hola Isak, hola señora Norma ¿cómo a estado? —me paro ya que no se quedará mucho lo se. —Que extraño que no lo sepas siendo que seguro ya han hablado y casi te a obligado a venir.—un silencio incomodo se instala. —No Isak nadie me obliga nada y estoy aquí a pesar de que …— —Te que te he dicho hasta el cansancio que no te quiero aquí pero aun así sigues que pasa tienes un contrato que te pagan por ser molesta ¿ Qué?—mi madre sale en su defensa. —Hijo no seas grosero ella solo …—No dejo que sigan ya que la verdad me da igual porque esta aquí. —No me quedare a escuchar sus escusas. —trato de caminar pero me choco con Ámbar la muy idiota no se dio cuenta que estaba en mi camino. —De verdad aun no comprendes que no te veo, que estoy ¡CIEGO! — le grito en su cara lo se por qué desde aquí siento su reparación. —No me iré quiero que me escuches. — —Los dejare solos.—Golpeo mis manos a mis costados en forma de disgusto de verdad que terca. —Di lo que necesites y vete. —noto como ella esta acongojada. — Quería que me perdones que lo intentemos y que esta vez resistiré y seguro cuando veas que estamos bien intentes la operación. —respiro Hondo y trato de no ser tan duro pero se que lo seré. —Ok volvamos, vivamos en Milán quizás Roma, salgamos de paseo de fiesta creo que eso era lo que hacíamos y cuando estemos super felices, me opero y me termino de morir eso sería genial no mejor vamos a uno de esos países donde puedo practicar eutanasia y listo serás la viuda más joven y rica del mundo ese plan es genial.—Mi tono de burla es notorio. —No seas tan duro, tus padres están desesperados hace un año nos alejaste de ti, Manuel, Ita y por último yo y ahora que eres un ermitaño apagado y …— —Ciego, es simple lo que paso con mis amigos lo resuelvo con ellos, lo tuyo es diferente ya estábamos mal desde antes y sin decir que me mentiste en algo muy grave eso seguro a mis papas no se los digite. — —Todavía sigues con eso ya olvídalo. — —¡ADIOS, LARGO! — —Pero…— —¡Largooooooo!—escucho como se aleja y me quedo allí apretando los puños . Ella siempre vuelve quizás la culpa de a ver salido ilesa la hace volver pero no es algo que me atormente ese día salimos de la discoteca yo no tomaba en ese entonces y ella si estaba en un rincón con un tipo su lengua estaba en la garganta del tipo y ella se justificó diciendo que estaba triste que debí decirme algo creo sus palabras no se borraran de mi jamás . Recuerdo «¡ESTAS TRISTE, PERO ESTAS DE BAGABUNDA YA NO MAS AMBAR YA NO!» «Estoy triste porque hace unos días aborte un hijo tuyo» sentí que m estaban quitando el aire y sin más mi vista se nublo y fue allí cundo ella quería tocarme la cara mis lagrimas no me dejaban ver o quizás la ira y sin saber como el auto se descontrolo y comenzamos a girar. Cuando desperté ya mi vida no era mía pero ese dolor aun hoy sigue allí. Fin del recuerdo. —Hijo debes. —entro a la casa, pero antes de ir a mi habitación me detengo dejare algo claro. —Mamá ¿Qué es lo que quieres para dejarme en paz dime y lo hare quiero que vuelvas con papa y dejes de ser mi sombra necesito estar solo? —se lo digo con mucha rabia se que la necesito, pero ella debe vivir. —Hijo no te dejare. —cierro los ojos y trato de entender su punto. —Dime un modo de que los dos estemos felices necesito saber que ustedes están saliendo de esto y no hundiéndose conmigo. — —Solo quiero saber que estas tranquilo que puedes. — —Está bien dime que te deje tranquila y lo hare pero nada que implique Ámbar o Ita o Manuel ok. — —Está bien bucare una acompañante alguien que no sea enfermo como tu digite pero que este aquí para que te ayude a estar solo ok. — —Él llega y tu te vas ok. — —Ok.—le doy un beso en la frente tomándola de su rostro y me marcho escalera arriba tomándome de la baranda escalón por escalón. Debo hacer que me deje solo y si esa es la solución que así sea.