Tú eres el pecado, yo soy el pecador (Gratis)

Aurora estaba tranquila en su habitación estudiando para sus próximos exámenes de persuasión humana, cuando alguien tocó la puerta y habló detrás de ella. -Srta. Aurora, el rey la manda a llamar.- Dijo el consejero de su padre. -Dígale que en un momento voy. -Claro que sí Srta. …….. -¡¿Al infierno?! -Sí. Serás enviada como tratadora de paz entre los dos reinos, así que vete a prepararte con la ropa más oscura que tengas, debes pasar desapercibida. -Pero padre, yo pensé que me haría cargo de algún humano.¿Por qué no manda…. -Aurora, ya está todo decidido. Tienes cinco minutos. -¿Pero iré yo sola?¿No me puede acompañar alguien? -Irás sola.¿Qué pensarán los demás si la hija del rey no es capaz de cumplir con una misión tan importante? Ya solo te quedan cuatro minutos. No seas insistente, no hay nada más que hablar. Sin rechistar, fui a mi cuarto y me puse un vestido gris. Este era el color más oscuro permitido en el reino, pues siempre debíamos vestir colores luminosos que iban del blanco al rosa claro, ya que expresaban pureza. Una vez vestida llegué a la sala real donde se encontraba mi padre. -Recuerda hija, el infierno es un lugar lleno de vícios y placeres, si cometes algún pecado no podrás regresar al reino. - Sin más que decir, levantó los brazos y abrió un portal en el suelo. - Sólo tienes que saltar y abrir tus alas hasta llegar. No lo olvides, no hables con nadie a menos que sea necesario y mantente alejada de los placeres terrenales. Sin pensarlo dos veces salté y abrí mis alas. Supe que estaba a punto de llegar a mi destino cuando el abrasante calor de las llamas del infierno chocó contra mi cuerpo. Al llegar no podía creer lo que veía. El cielo estaba cubierto de un color n***o, iluminado por el rojo fuego. Empecé a caminar y cada vez me sorprendía más. Este lugar gritaba tentación por todos lados. Hades Iba de camino a otro de mis encuentros amorosos cuando ví a una hermosa chica caminar con cautela. Se notaba a kilómetros que ella no pertenecía a este reino. Decido acercarme a ella, mi cita puede esperar y si no ya encontraré otra. -¿Qué hace una joven tan linda cómo tú en un lugar como este? Ella se sobresaltó y miró en mi dirección con miedo. Ahora puedo apreciar mucho mejor su belleza, esos ojos verdes definitivamente no son de este lado del mundo. -No me haga daño, por favor. -Eso debo pensármelo, linda. ¿Qué tal si vienes conmigo? Podríamos divertirnos.- Pronuncié con picardía. -No. Yo…no puedo. Ni siquiera debería estar hablando con usted. -¿Qué te lo impide, hermosa?-Cada vez me acercaba más a ella hasta chocar con un muro. -Por favor, déjeme ir.-Dijo con una voz apenas audible. -Eso debo pensarlo, ahora tú eres de mi propiedad. Aurora Aquel demonio que me había acorralado contra un muro me miró directo a los ojos y de repente mis manos fueron rodeadas por unas cadenas. Todo mi cuerpo tembló de miedo y perdí el conocimiento. Desperté en un cuarto tirada en el piso con las manos atadas. Cuando logré acostumbrarme a la luz roja que encendía aquella habitación miré hacia abajo y me vi vestida con una ropa negra muy provocadora. Inmediatamente aparté los ojos, estar vestida de esa manera era algo impuro que provoca tentación. Escucho la puerta abrirse y me sobresalto. -Ya despertaste, eso es bueno. Vamos a jugar un rato.-Se acerca a mí con esos ojos rojos clavados en mi cuerpo. Intento usar mi don para teletransportarme pero no funciona. -Una vez entras en el infierno todos tus poderes de ángel son anulados. Al intentarlo solo pierdes fuerza así que mejor estáte quieta. Veamos, ¿por dónde quieres empezar? -No me toque, por favor, se lo ruego. -Dame una razón por la cual no debería hacerlo. -Debemos llegar puros al matrimonio, tanto mujeres como hombres. -¿Puros al matrimonio? Eso no existe aquí, no debiste arriesgarte.- Dice mientras pasaba sus dedos desde mi pecho hasta mi vientre bajo. -Por favor, no provoque más. -No lo niegues, puedo oler tu exitación. Pero antes de empezar el espectáculo, ¿cuál es tu nombre? -Aurora. ¿Cuál es el suyo? -Eso no importa ahora cariño. Levántate y siéntate en la cama. Dudé pero finalmente lo hice, sabía que habría consecuencias si no obedecía. -Ponte de rodillas y mira para la pared. -¿Qué me va a hacer?-Y cuando menos lo espero siento un golpe en una de mis nalgas. Sí, me enfadé, podemos estar en donde él quiera que estemos pero eso no le da derecho a tratarme así. Igualmente guardé silencio. -Aquí las preguntas las hago yo y no hables si no te doy permiso,¿entendiste? Asiento con la cabeza. Él empieza a dejar besos por todo mi cuerpo y una corriente llega hasta mi zona íntima. -Mmh~ - Inmediatamente me paralizo al escuchar ese sonido salir de mi boca y siento como el sonríe pegado a mi cuerpo. -Tranquila conejita, eso no será lo más obsceno que saldrá de tu boca esta noche. Lo miro con confusión y él parece entender. -Puedo leer tu mente, ese es mi don. Así que ten cuidado con lo que piensas de ahora en adelante. Comienza a bajar poco a poco los besos por mi espalda para seguidamente darme la vuelta y empezar con el mismo recorrido pero esta vez se para en mis pechos. Deduzco lo que tiene en mente e intento pararlo pero él se adelanta y me agarra fuertemente. -No te muevas- Dice gruñendo. -Esto es prácticamente abuso. -No lo es si a ti te gusta. -No tiene nada que ver, no estoy consintiendo nada. Me miró directamente a los ojos. Estuvimos un largo rato así, pero después siento su boca acercarse a uno de mis pechos y yo solo puedo cerrar los ojos para lo que sigue a continuación.