Semilla Estelar

Definitivamente hay gente que no debería enamorarse. Vivir en una ilusión constante esperando algo de la nada que cause todo, vivir así de lamentable es la vida para algunos individuos, lo saben bien pero aun así esperan algo, un milagro inesperado, pensando que si estan haciendo las cosas bien todo saldra bien, para que siempre terminen mal.   -Escuche de tu padre que te marchas al extranjero… Mi mejor amigo no estará en el matrimonio de su mejor amigo y su hermano menor ¿ Por qué no estarás en mi matrimonio?-   El delgado sujeto de expresión sombría aparto los ojos del aparato en sus manos con bastante molestia y desgano, odiaba ser acediado con preguntas sin sentido, la gente pregunta a sabienda que las respuestas no cambiaran. Repitió unas mil veces esa frase en su mente "porque no estaré en su matrimonio, por que... por que no estaré en su matrimonio" que absurdo  y resoplo tratando de encontrar calma en su corazón para su respuesta.   El hombre del que estaba enamorado hace casi 7 años lo miro con cierta incertidumbre y una expresión de inocencia que bien sabía era falsa. Ignoro durante años que desde su parte la amistad tenía un matiz distinto, en cuanto su padre trajo al hijo de su amante a casa; aquel omega sumiso y divertido que no tenía idea de la vida cambio. No era de extrañar; para Francis la idea de una pareja era su hermano menor. Terréense, terriblemente un prototipo. Juguetón, fingía inocencia a pesar de ser pedante, demasiado arrogante para alguien común que creció en una familia cálida como la madre que lo trajo al mundo, no había una célula humilde en el delgado cuerpo de ese omega. Noah conoció a la mujer, ternura real transcrita en papel, bien sabía porque su padre fue durante años amigo de la misma y luego tuvo aquel desliz con ella. Noah soñó con el día que sería feliz de tener un romance como aquel con su amor unilateral, Francis continuamente enviaba las señales erróneas, incluso después de conocer a terréense no cambio, amoroso y pulcro. Sin embargo algo si cambio. Su amistad comenzó a enfriarse lentamente, el contacto seguía siendo el mismo una vez juntos pero las veces que estaban juntos disminuyo.  Terréense por su parte disfruto cada instante que su rostro se enfrió y vio como Francis fue robado de él. -No es necesario que este aquí, hace mucho que no es necesaria mi presencia, solo has venido a mi cuando ocurre algo malo porque terry no sabe lidiar con tus problemas, ahora, señor Durand ya no eres mi responsabilidad y no debo ser tu soporte emocional-   -¿Qué quieres decir, noah? No he sido un buen amigo todo estos años y me he mantenido junto a ti-  Francis paseo algo molesto por el cuarto, si tenía que describir la sensación no encontraría palabras para lo irritado que está ahora. -¿Te has mantenido junto  a mí? Somos amigos, porque los amigos deberían sacar ese tipo de resentimientos-   -Eso es lo que no sé ¿Por qué mi amigo no quiere venir al día más importante de mi vida y la de su hermano?-        Noah miro nuevamente su teléfono tratando de restarle importancia, en tres días se marcharía, la boda se celebraba en una semana, él no tenía apuro en marcharse, el trabajo en el teatro comenzaba hasta dentro de dos meses, sin embargo tampoco tenía intención alguna de ver tal traición y estúpida pantomima de una vida feliz.            Terréense sabía muy bien de los sentimientos en su corazón antes de comenzar a coquetear descaradamente con Francis. Tanto fue el descaro que le dijo al padre mayor de la familia que deseaba casarse, que le ayudara a convencerlo, incluso vino con falso sentimiento de inferioridad a rogarle que insinuara ciertas “cosas” a su mejor amigo ya que el poco conocía de la clase alta a la que Francis pertenecía. Por su puesto Noah no es idiota, no aceptaría tal pedido devastador ni aunque de ello dependiera seguir viviendo bajo el techo de su familia.      -Tú tienes la razón, no quiero ir al día que desbancas tu vida. Ahora que estamos siendo sinceros quisiera aclarar ciertos puntos de esta amistad-   Dio una jalada de aire frío, miro en dirección al exterior divagando con la vista sobre su nuevo desmesurado sentimiento de conciencia y se auto regaño por ser tan insensible con él mismo durante todos estos años, miserable es la primera palabra que se le viene a la mente en cuanto logra estabilizar sus sentimientos de los últimos siete años.   Si bien sabía que Francis era alguien importante en su vida, lo acompaño en momentos difíciles; tampoco Francis podría decir que esta amistad solo dio beneficios a la parte contraria. Noah era lo más cercano a una esposa fiel y amorosa, cientos de veces sintió el corazón cálido de Noah pero ellos nunca avanzaron más allá de eso, el omega lo ayudo innumerables veces a  él y su familia en momentos difíciles, lo salvo cuando se metió en problemas y ahora lo trajo a conocer lo que el cree es el amor de su vida. El omega es consciente de aquello, no era intrépido ni sabio en eso de jugar con los corazones de las personas,  era sincero hasta el punto de doler los nervios, pensaba que siendo amable, cariñoso, comprensivo, alguien cercano que pudiera darle apoyo y soporte cuando la vida daba golpes duros y también un abrazo cálido de orgullo cuando el sol salía; era la mejor forma de hacerle saber a alguien que tan apasionado era. Nunca se cruzó la línea de la amistad.   -todo este tiempo a sabiendas de mi corazón te mantuviste a mi lado sacando hasta la última gota de amor y bondad que te di, buscando mi compañía en momentos difíciles e ignorándome cuando estabas feliz, conociendo la sinceridad que cada día te entregue y sin embargo volteaste la cara para elegir a mi hermano, aquella pequeña zorra maliciosa que juega a todos los bandos, tienes razón, no quiero ir.  No te considero más mi amigo por mantenerte todos estos años jugando con mis emociones y a él no lo considero mi hermano por querer robarme todo lo que tiene un significado para mí, por suerte mi padre tiene un enorme corazón que no cambiaría ni en un millón de años el afecto por sus hijos- dejo el aparato sobre la mesita de noche dando un gran suspiro. Bien sabía que toda la gente no puede ser fiel en cuestiones de amor y amistad.   Sus esbeltas piernas se estiraron de manera infantil y puso ambos pies sobre el suelo. –Gran charla amigo, ahora que he liberado de esto a mi pequeño y oscuro pensamiento puedo irme en completa libertad, ojala nos veamos antes del divorcio  de esa manera confirmare que no eres tan idiota como sueles demostrar-   Francis no fue capaz de decir una sola palabra. En medio de la sala algo se había roto por completo, sin oportunidad de recuperarse.   Noah lo conocía mejor que nadie en este mundo, como alfa muchas veces los vieron con otros ojos y él fue feliz de estar siempre acompañado de un omega valioso como era Noah, la gente volteaba a verlos y se sumergía en una fragante sensación de superioridad, por eso. Ahora que lo piensa mejor si Noah dudaba de la moralidad de terréense tal vez también debía hacerlo.   No; la ira hace que las personas hagan y digan cosas hirientes, en unos meses buscaría la oportunidad de hablar o quizás visitar a su amigo. Este recibiría a su nuevo esposo y a él con una cálida sonrisa a brazos abiertos. Ahora si bien era cierto que los vagos sentimientos de ambos eran una encrucijada para ellos, sabía que estaba feliz con su próximo matrimonio.   Las amistades y los recuerdos son frágiles con el paso del tiempo como pompas de jabón, toman formas a veces confusas que no muestran realmente lo que es. Francis nunca pensó que lo sentimientos de Noah fueran tan profundos como para desear su infelicidad con alguien más. ¡Mucho menos con su hermano!   Acaricio con afecto una suave pulsera color azul profundo que tenía puesta hace tantos años que el color que comenzó siendo índigo ahora solo era un leve azul lechoso gastado. Levanto la vista como comprendiendo algo que no terminaba aun de comprender en totalidad. Giro su cuerpo y vio en dirección a donde había desaparecido su amigo. En 5 enormes pasos dio la vuelta y le alcanzo en el pasillo. -¿tanto es el odio como para que incluso retires estas pequeñeces?-   Francis era arrogante por naturaleza evolutiva. Si los animales grandes ya se sentían con una superioridad biológica por sobre los más pequeños, esa parte primitiva de él no había evolucionado.   -Suelta, me haces daño- Hablo quejándose bajito Noah mientras jalaba de su brazo sin resultado. -¿Por qué guardaría recuerdos de un corazón roto? ¿Qué es lo que pasa por tu cabeza hueca?-   -¿Entonces este es el fin de nuestra amistad? Todo por la envidia hacía tu hermano, que no corresponder tus sentimientos es tan importante, me veo en la obligación de no amar a alguien más para mantenerte a mi lado- Resoplo con furia haciendo enormes respiraciones nasales –No te amo de esa forma, nunca me gustarías de esa manera porque no te puedo ver más que como un buen amigo y hermano, terréense siempre será mejor para mí, hermoso, es dulce y no es envidioso, honesto con sus sentimientos y solo me traerá felicidad, has vivido un amor no correspondido durante siete años, cuando en siete años criemos a nuestros hijos espero no sigas sumergido en este deseo unilateral-   Noah sonrió con sorna y desprecio, refregó su muñeca recién liberada. Pequeñas marcas rojas quedaron alrededor, Francis lo miro haciendo un gesto de arrepentimiento acercando sus dedos nuevamente a la muñeca adolorida más no alcanzo a tocarla, en su corazón no creía ninguna de las palabras que dijo pero aun así dolía como el infierno la indiferencia y quiso causar dolor.   -¿Realmente crees todo lo que has dicho? No eres tan idiota como para saber las cosas que están a tu alrededor, si estas tan seguro veo innecesario que me lo digas pero en algo tienes razón, yo no me arrastro a la cama de las personas para hacer infeliz a otros fingiendo dulzura susurrando palabras que se oyen bien pero de sinceridad no tienen nada, pensé que eso es lo que había mantenido nuestra amistad durante todo este tiempo, de haber sabido que para el amor buscabas del tipo superficial que fuerza un matrimonio para no recibir un vínculo, no me habría enamorado de ti, crees que realmente eres tan importante porque te quise como para vivir siete años más queriendo a un idiota... Hace meses deje de quererte, comencé a detestarte en cuanto vi como caías en las mentiras de terréense porque me gusta la gente inteligente, no los idiotas-   Camino rápidamente dándole la espalda hasta llegar a la puerta principal para subir  la escalera que lleva al segundo piso. Un guardia de la casa estaba atento a cada movimiento, todos sentían especial amor y simpatía por el joven amo de la casa, Noah a diferencia de su hermano, siempre era amable y educado, tratando a todos como si fueran una cálida familia que llevaba años viviendo junta, cuando alguien se unía a su familia lo recibían como un nuevo hijo donde él era una madre amorosa. No había un desdobles en sus palabras de cariño y las muestras de sentimientos eran meticulosamente dedicadas a las personas indicadas. Refregó su muñeca no pasando desapercibido frente al enorme beta que tenía un intercomunicador en su mano. Las palabras duras que murmuraba el alfa detrás del pequeño señor se volvían cada vez más fuertes siendo simplemente ignoradas por el omega.   El guardia tomo el impulso de oponerse al alfa pero en cuanto dio un paso Noah tomo su brazo suavemente dejando una caricia.   -Dan, tranquilo, el señor se marchara en un segundo, deja que hable por si solo como los niños haciendo rabietas- Afilo la mirada, si bien su rostro estaba lejos de causar pavor, no se podía decir que recibir una mirada afilada y congelada de su parte no fuera un impacto, recibirla era como una cubeta de agua casi congelada sobre la cabeza en el día más frio del año.   Por primera vez en siete años de amistad Francis bajo la guardia y como si quitara una pantalla de sus ojos comenzó a sentir miedo, un nuevo temor desconocido para él.   “no soy nada ya para él” fue la idea inicial que atravesó como una flecha sus pensamientos y sus parpados se volvieron momentáneamente más lentos, parpadeo un par de veces esperando que Noah jalara el aire en sus pulmones para sacar por la enorme puerta de su mansión lo que quedaba de casi diez años de amistad y amor. Este sujeto sabía mejor que nadie como eran las relaciones para el omega, una vez sales de su campo ya no eres nada, ni aire que llene los pulmones, ni siquiera las sonrisas se te serán concedidas, los privilegios de orbitar cerca de él son casi nulas y difícil de recuperar.   -Aun serás familia pronto, no puedo decir que no tengo ningún sentimiento contigo, pero de amor ya no queda nada. Elegiste y tu elección tiene consecuencias, no puedes tener amor y amistad del mismo lugar, un perro no come donde orina, tenlo claro, los años juntos son valiosos recuerdos pero ahora son solo esos, estas en mi casa, aquí mi palabra pesa más que tu matrimonio, así que me respetas al igual que tu pequeño cachorro, siempre tendré diez palabras por sobre ustedes, tenlo en cuenta-   El guardia hizo un audaz gesto de soberbia con el rostro, lo volvió rígido en cuestión de segundos y abrió paso hacia la puerta como si lo estuviera echando del lugar. Sin agravio alguno Noah sonrió amable pero decaído en dirección al beta y subió las escaleras. No vio nada más de la interacción del guardia con su ex amigo y también amor.   Destellos golpearon sus ojos en cuanto entro en el cuarto, las pestañas picaron cuando apretó los ojos tratando de contener las lágrimas; es que ser duro con la segunda persona que más amaba en todo el mundo le causo tanto dolor, contenerlo había sido como una puñalada directo al pecho. Sobre la mesa cerca del televisor descansaba un boleto de avión en dirección a Rembran, ciudad malva, recordó las breves vacaciones con su padre en la ciudad, todo era brillo y calidez, el país en si era soberano del buen gusto, las facciones de su gente eran exquisitas, vivaz y llena de pasión. “esta es la ciudad del arte” resonó en su memoria la voz del mayor.   La ciudad del arte…Ahora es una memoria cercana nuevamente, ahí estaba un nuevo prospecto de trabajo y estudios. Alguien que conoció en una de las cenas de trabajo de su padre había llamado hace algunos meses. Noah dudoso sobre la oportunidad había tambaleado durante todo este tiempo sobre si marcharse o no. Pero la fecha del matrimonio se confirmó y su hermano solo se encargó de refregarlo en su rostro cada segundo que se vieron. Incluso había sido fotografiado en frente de la compañía de su futuro esposo siendo cariñosos uno con el otro mientras, sin nada de discreción el mismo terréense se encargó de enviar la portada de la revista de chismes a Noah, agraviando aún más el sentimiento putrefacto que tenía en su interior. Su pecho se encogió no una ni dos veces, si no miles de millones de veces ante cada muestra de afecto desconsiderado de su mismo familiar para demostrar cómo podía tomar cosas y personas que él amaba.   El señor Dubois se encontraba triste y desanimado en su oficina, el menor de sus hijos estaba sentado hablando de cómo gastar el dinero que nunca gano ni siquiera por ser buen hijo frente a su escritorio, hablaba y hablaba porquerías que no tenía mayor relevancia, porquería amontonada que lo hacían cuestionarse porque lo llevo a vivir a su casa cuando claramente siempre fue responsable de darle una buena mantención de padre.   -Padre lu, acaso no está feliz por mí, pronto me casare pero parece que se hubiera muerto un familiar-   El hombre sonrió con desgano y asintió. Como podría estar feliz si su mayor orgullo y tesoro se embarcaba a un viaje lejos de sus ojos, aunque eran unas diez horas en avión el trabajo no podía hacerse solo, ya había planeado un año de viajes en los que llegaba al hogar de su pequeño y vivaz retoño. Por suerte una vez que el chico malcriado frente a sus ojos se casara lo mantendría haciendo infeliz a alguien más.   En un principio el hombre mayor imagino una escena feliz, sus dos hijos estarían juntos, el mayor de ellos hacía sobreesfuerzos, casi rozaba lo inhumano para hacer sentir al más joven en un hogar. Este no era capaz de aceptar la calidez de un hermano amoroso, poco y nada sabía de la capacidad de la gente de adaptarse pero el chico que fingía delante de todos ser un conejo suave, solo era una víbora que mordía y dejaba su veneno por donde pasaba. Muchos problemas le había traído, incluso algunos miembros de la familia Dubois invitaban a grandes celebraciones a Noah pero pedían con extrema discreción que asistiera solo, ya ni siquiera le avisan al padre para no parecer que menosprecian al hijo menor de su casa. Tres días más tarde y el hermano mayor tomaba un avión rumbo a su nueva vida, vio desaparecer lentamente la ciudad bajo las alas de la maquinaria, despidiéndose en su corazón de lo que era su hogar pero ahora tenía solo recuerdos desoladores.