Solo Una Chica

Maddy Queen. Finalmente a llegado el día, algunas de las fans de Peter, mañana al fin podrán, mejor dicho podremos conocerlo. Incluso seleccionaran a un grupo de fanáticas y organizaran una pequeña sección de fotos y firma de autógrafos, así como también lo veremos modelar en vivo y no a través de una pantalla.  Esta es la oportunidad que muchas estaban esperando, no solo para poder conocer de cerca a su ídolo, sino también para tal vez, quienes tengan algún título poder conocerlo más a fondo o hasta llegar a trabajar para él. Sin embargo yo, me conformo con conocerlo, acercarme a él y quien sabe, puede que hasta me saque una fotografía con él.  Por una parte adoro la manera en la que Peter hace temblar las pasarelas cuando llega su turno, la delicadeza con la que modela, su belleza y buen gusto. Pero por otro, creo que mi manera de adorarlo tiene mucho que ver con que quiera aprender sobre la industria y no me refiero al modelaje en sí, lo que realmente me interesa es aprender algo sobre el diseño de modas.  Esa es en el fondo mi verdadera razón para querer estar cerca de él, pero no puedo negar que es dueño de un gran y divino atractivo, él cual le ayuda aún más a ganarse la atención de otras empresas representantes de modelos, al momento de desfilar. Dichosos los primeros ojos que lo vieron subirse en su primera tarima y modelar, es decir su madrastra, aunque la relación con su hijastro casi nunca es buena, saca provecho de su talento y don, de la fama ni hablamos.  Toda Francia conoce de la existencia de tal hombre afortunado. No obstante hay quienes dicen y creen que él es obligado a modelar, lo cual puede ser tanto mentira como verdad. Siendo sincera no lo creo, si fuese obligado a modelar no tendría ese talento natural, para caminar y sonreír de esa manera. Pero en este mundo se puede esperar cualquier cosa, hasta lo que creemos imposible.  Un hombre como, Peter merece mucho más reconocimiento del que ya tiene, no todos tienen esa habilidad de hipnotizar al publico solo con caminar, se dice que la difunta madre de Peter fue una de las mejores modelos y balletista de sus años, pero dejo los escenarios al sufrir una grave caída antes de un espectáculo que se creía la lanzaría a la fama mundial. Obviamente la depresión en ella no tardo en mostrarse, muchas personas creían que sería el final para ella, pero aquí fue donde entro Peter, dándole una luz de esperanza y fuerza para luchar y seguir adelante.  Dos meses después de lo ocurrido y de ponerle fin a las carreras en las que había puesto el alma, Beatrice Kane, fue ingresada con un muy mal pronostico al hospital medico central de Francia, se creía que no se volvería saber nada de ella y que si habían noticias serían sobre su funeral, más no fue así para nada. Cinco días después de que la bailarina ingresara con gravedad, fue anunciado lo menos esperado por el publico.  Beatrice, estaba embarazada, de lo cual ni ella, ni su esposa estaban al tanto. Esta fue la única manera de la que ella se recupero totalmente, logrando así siete meses más tarde dar a luz a un pequeño y hermoso bebé de ojos azul eléctrico, idénticos a los de su esposo. Nadie se explica como es posible que después de una caída que debería haber terminado con la vida de Beatrice, el embarazo pudiera haber seguido su rumbo sin ninguna complicación.  Ahora todos conocen la historia de aquella bailarina, a la cual hasta el día de hoy muchos respetan y extrañan, la causa de su muerte es desconocida. Ni siquiera su propio hijo habla de ella, algunos dicen que es un tema demasiado sensible para tocar y por esa razón él no comenta nada acerca de eso. Cuando reporteros o entrevistadores le preguntan sobre el tema, él sutilmente desvía la atención hacia otra cosa, como su carrera, lo mismo sucede si le piden que comente algo sobre su anterior relación con Taylor Hawk, una actriz también reconocida.  No se sabe mucho sobre el motivo de su separación, pero nadie, absolutamente nadie de las y los fanáticos, estaban conforme de que Peter, salga con alguien como ella y no porque estuvieran celosos. Taylor no tiene la mejor fama, en cuanto parejas se trata.  En fin, soy una de las afortunadas en ser seleccionadas para estar en el grupo V.I.P que se podrá acercar a Peter aún más que las demás. aunque estoy segura que algunas del grupo no seleccionado se saltara las normas y querrán entrar y no las culpo, puede que yo hiciera lo mismo...  -Emocionada, Maddy -no respondo, la expresión de mi rostro es suficiente como para saber que no hay dudas de mi emoción-. ¿Maddy? ¿Mi amiga sigue allí?  -Gab, estoy escuchándote, amigo. Sigo aquí -contesto mientras sonrío.  -Pues no parece -dice él, ayudándome a terminar de organizar mi habitación, porque aunque tenga veintitrés años, mi madre aún me pone como excusa que mi cuarto este arreglado o de lo contrario no iré a ningún lado, pero tengo a mi querido y amable mejor amigo de mi lado todo el tiempo-. Estás más distraída de lo normal. En el desayuno por poco le pones un huevo crudo a tu taza de café, en lugar del azúcar. -Superarlo, Gabe, porque yo ya lo hice. Sólo quiero terminar con esto. ¿Puedes ser mi buen y amado amigo y ayudarme a terminar? -cuestiono molestándolo.  -Aún no sé, que gano yo con todo esto -me observa para después guiñarme un ojo.  -¿Qué más puedes ganar? Mi amor y mi paciencia, obviamente -sonrío sacandole la lengua. -Te estás aprovechando de que pocas veces puedo decirte que no. Le haces año a mi pobre corazón -dramatiza, colocando su mano derecha a la altura de su corazón. -¡Oh! Vamos, sabes que siempre te pago con algo... -Ah sí, ¿entonces, qué será esta vez? -pregunta tomando mi material de costura del suelo. Sí mi habitación es un desastre.  -No lo sé, tal vez consiga un autógrafo extra de Peter y te lo de -le miro y hace un mueca de asco.  -No quiero nada de ese tipo, gracias -manifiesta terminando de poner en su lugar uno de mis más resientes diseños-. ¡Hey! Este es precioso. ¿Lo usarás en el baile? -se lo arrebato de las manos. -No, no lo creo, ni siquiera iré -demando al mismo tiempo que le hago saber que he tomado una decisión.  -¿Por qué no? Llevas una vida esperando estar en la universidad para poder usar uno de tus propios vestidos y ahora que puedes no lo harás, ¿estás loca? -niego y dejo el vestido color conchevino en mi armario. -No tengo tiempo para ir, lo sabes. Entre la universidad y mis clases de diseño, casi toda la semana paso ocupada, execto los domingos. -Y... ¿Prefieres ir a este evento, en lugar de lograr hacerte espacio para venir al baile? -pregunta un tanto ofendido. -No me tomes a mal, Gabe. Me parece perfecto que tu esfuerzo de sus frutos, pero esto también es importante para mí, ¿entiendes, verdad? -él asiente sin decirme nada y solo dirigirse al pequeño sillón cercano a mi cama. -Sí, no te preocupes lo entiendo -dice después de un momento-. ¿Sabes qué? Terminemos con esto y te llevaré yo mismo, mañana a tu evento ese...  -Gab... -me acerco a él y lo abrazo-. lo siento, te quiero.  -También te quiero, niña tonta -río ante su manera de llamarme.  -De acuerdo -deshago el abrazo y me dirijo a mi cama, para arreglarla-. ¿Puedes ocuparte del escritorio?  -Claro -sonríe y hace lo que le pido, amablemente. -Enserio, lamento molestarte con estas cosas -me disculpo encogiéndome de hombros.  -No hay problema, yo mismo me ofrecí a ayudarte -comenta tranquilizándome-. Qué sería de mí, si no tuviera una amiga como tu, tan desastrosa.  -Muy gracioso, Gab -frunzo el ceño fingiendo estar indignada. -Es la verdad querida -afirma ganándose que le tire uno de los cojines que adornan mi cama-. ¿Con qué vamos a hacer esto? -asiento. -tú te lo búscate -digo al mismo tiempo que logro atrapar el cojín que él me ha regresado-. Esto es la guerra, amigo. -¿Eres consciente de qué nunca ganas? -en lugar de responderle aprovecho si distracción para golpearlo en la cara con otro cojín. -Lo siento, no te escuche estaba ocupada, ganándote -el cuarto se escucha lleno de risas. -Ya verás, me las vas a pagar -deja los cojines aun lado y comienza a perseguirme dentro de toda la habitación. -No crees que deberías bajar un poco la velocidad, podemos... -mi voz se ve interrumpida por el fuerte dolor en mi pierna al golpearse con el filo de mi cama-. Lo ves, estoy herida por tu culpa -me quejo dejando que mi yo dramática haga aparición. -No, no fue mi culpa - dice mi amigo a la vez que se coloca encima mío, poniendo sus brazos a cada lado de mi cabeza-. ¿Estás bien?  -Claro que sí, solo creía hacerte sentir culpable -sonrío tomando un almohadón y tapar su rostro con él.  -Yo tenía razón. Son el uno para el otro -al escuchar eso, ambos saltamos en la cama y nos paramos rápidamente. -Mamá -decimos Gabe y yo, mientras nos miramos con complicidad. Ya sabemos lo que dirá mi madre.  -¿Qué hacían, Maddy? -indaga con expresión incomoda-. No me molestaré, eso normal, eres adulta y ya es tiempo de que... -Mamá, por milésima vez, Gab, es y será mi mejor amigo, compañero de travesuras, pero no otra cosa. Sabes que no quiero una relación -ella asiente poco convencida. -Eso es mentira mamá, es su hija la que no termina de aceptar mis sentimientos -dice Gab con gracia.  -Gabe, no alientes sus pensamientos aún más... -él se disculpa y luego adopta una expresión seria. -Las madres no se equivocan, hija, Gabe, es un buen hombre y me parece que es perfecto para que sea mi yerno. -Me siento halagado como siempre mamá, pero tengo novia -dice él, para salvarse del sermón de mi madre.  -Esta bien, hijo, entonces me resignaré a morir y no conocer nietos por parte de mi hija -si señores mi madre es experta en el arte de la manipulación. -Basta mamá, tienes nietos ya. Mi hermano se encargo de darte a los dos hermosos mellizos como nietos -le recuerdo.  -Quiero que tu me des nietos, niña. Quiero conocer al menos a uno de tus hijos -sonrío con pesar.  -Ya hablamos de eso, mamá -mi madre asiente, frunciendo el ceño y sale de mi habitación, enojada. -¡Mamá! -exclama Gab, saliendo detrás de ella. -...