35

Sentí unos brazos en mi cintura apretándome hacia una pared de músculos. Sonreí pensando quien era, me voltee para ver sus ojos, como el cielo, sonreí al pensar que íbamos a tener un hijo. - Mi bella durmiente tenemos que levantarnos. - No quiero un poco más – dije tratando de retenerlo - Convénceme cariño – sonreí con su petición pues yo sabía muy bien como Me baje por debajo de la sabana y baje su boxer, su m*****o me saludaba muy orgulloso, lo lamia como si fuera la paleta más dulce, lamia con suavidad y rudeza, hasta llegar a sus huevos. - Puedo ver el puto cielo pecadora – sonreí hasta que un sonido llamo mi atención. Tic tic tic - Dios todo fue un sueño - Pues claro ana que pensabas – mi grito mi conciencia Me había levantado con más ganas de morir que de vivir, cierto, cumpliendo mis 35, me quede mirando mi móvil y luego reflexione, al menos estoy viva, pero veamos, antes tenia carro, mejor estatus económico, mejor ropa, lugar de vivir y comida, aparte de tener servicio, ahora no tenía nada, había salido de casa de mis abuelos para aventurarme a formar una vida con un hombre que ni vale la pena mencionar, aunque me da coraje saber todo lo que abuso de mí, metiéndose en muchos problemas mientras yo le ayudaba, que mierda, pero no es bueno traer malos pensamientos el día de mi cumpleaños, me pare de la cama, tendí y organice todo antes de entrar al baño y darme una ducha, me desvestí y mire mi cuerpo, tonificado por los ejercicios, mis pequeños como los de una adolescente, mis pezones eran tan pequeños que me reía pensando que cualquier joven de ahora puede tener más que yo, vi mi larga cabellera rubio cobrizo, presenciando unas canas encima de la cabellera, Dios porque razón no salían por debajo, mis ojeras producto de las pocas noches de sueño se hacían presente, más mis cachetes que me hacían sentir con la cara como melón cuando era ovalada, pese mi cuerpo y marcaba 147 libras, creo que había subido de peso un poco, respire y me entre al baño, después de un rato Sali y me puse ropa para caminar unos 20 minutos y despejar el cuerpo, mientras volvía a hacer la misma rutina de sentarme en la pc, hacer comida etc… en fin un día más. Había pasado un mes y me había mudado a otro lugar, con un nuevo trabajo el cual no tenía que hablar mucho y la paga era buena, entre a mi nuevo hogar un aparta estudio muy bonito y económico, lo acomode a mi gusto, con todo nuevo, se veía sofisticado y con clase, justo como me gusta, respire profundo, otro día en mi dulce hogar, sola pero con más energía que un bebe de dos años, suspire, mientras veía la noche caer, después de haberme preparado una deliciosa cena me senté en mi sillón a repasar el fastidioso ingles que no me entraba, o más bien no le dedicaba todo lo que debía, ya que amo escuchar canciones en ingles pero no sé, no me gusta hablar en mi idioma, menos en otro, después de destruir mi mente por dos horas me quise dar un descanso y me cambie para ir por algo que me alegrara, si podría ser algo dulce pero no, la enfermedad. “no, ana si quieres vivir más tiempo” Me cambie y fui por mi dopamina, baje en el ascensor y salude a una señora quien iba muy elegante vestida, amaba vestirme así, no solo por mi edad sino que desde siempre tuve ese don de vestir con clase, bueno mi progenitora vestía muy elegante y ni hablar de mi padre, en fin ahí voy dopamina, subí a mi auto y me dirigí a la estación más cercana en donde por lógica en usa siempre había una tienda, me estacione y vi que había pocas personas, entre a la tienda y pedí una galletita, la cual comería con almendras por la hora, me quede mirando una imagen de la loto, bueno había jugado no lo niego pero nunca me había sacado nada, por lo que dije no, no gastare mi dinero en eso, aunque bueno un día mas no está mal, me anime y pedí dos jugadas de la lotto, luego de llegar a mi morada me puse mi pijama, me senté mirando la luna, me gustaba mirarla mientras tenía una conversación con ella y las dos estrellas que les acompañaba casi siempre, como siempre le pedía al universo que me dirigiera por el camino que él consideraba, pero sobre todo que le diera un motivo de alegría a mi corazón, estaba más sola que la una y ya había perdido el entusiasmo de tener una pareja por los fracasos amorosos que tuve, nunca nadie hizo algo por mí, ya no esperaba por nadie, con tantas mujeres bonitas en las r************* , jóvenes y con facultades de reproducción quien podía fijarse en mí, los hombres de mi edad estaban casados, con hijos y varios traumas, negué con la cabeza, en que estoy pensando ese tema está cerrado en mi vida, ya no puedo maltratar mis pensamientos y quejarme, cerré el pensamiento desde que pensé no quiero un jodido loco en mi vida, la paz es lo más importante y este momento de paz en el que estoy viviendo es muy bonito, soy una persona muy positiva pero no puedo evitarlo, es normal que esos malos pensamientos lleguen o que tal esos malos recuerdos, no universo, Dios, por mis ancestros, mejor sigo siendo la tía mas cool y feliz del mundo. El siguiente día, la misma rutina pero emocionada, baño, desayuno, gimnasio, trabajo, mientras iba conduciendo encendí la radio y escuche las oraciones del día, eso le daba paz a mi alma, consuelo, a las cosas que no le contaba a nadie, el dia había pasado muy rápido, cuando llegue a casa me pico la curiosidad por algo, busque mi teléfono y me quede helada, no puede ser, esto es cierto.