bc

Pequeña Princesa

book_age16+
3.0K
FOLLOW
15.3K
READ
love-triangle
arranged marriage
independent
prince
princess
drama
bxg
royal
first love
love at the first sight
like
intro-logo
Blurb

La Reina Sue II desea casar a su hijo para que este ascienda al trono, así que le arregla un matrimonio con la hija de su mejor amiga, Anastasia, una joven de familia adinerada que ha frecuentado los más altos círculos. Sin embargo, el príncipe heredero no está dispuesto a desposar a la elegida para ser su esposa, pues él se ha enamorado perdidamente de la hermana menor de Anastasia, la brillante y encantadora Genevieve ¿Qué pasará cuando Anastasia se entere de que su hermana menor le ha quitado al novio? ¿Eve aceptará al príncipe? ¿El amor verdadero existe? ¿Puedes obtenerlo aunque te estén forzando a sentirlo?

chap-preview
Free preview
Capítulo 1
Parte 1 El Príncipe   Capítulo 1     - ¿Dónde se ha metido esta niña? Oigo las quejas de mi madre a la distancia.   - De seguro está en los establos Veo a mi madre y a una de sus asistentas correr por el pasto en otra dirección. Suelto una risita, dándole una mordida a mi manzana y continuando con mi lectura. No sé qué estará pasando, mamá ha estado de los nervios en estos días, ansiosa y pegando saltos de sorpresa por todo el rancho. Papá dice que a mamá por fin se le salió un tornillo, que oler tantas sales de baño le ha afectado la cabeza. Cuando mi mamá está de los nervios prefiero huir, trepar a un árbol y alejarme de todos. Papá me enseñó a trepar árboles, nuestra casa tiene miles de estos árboles, tan altos que pareciera que pudieras acercarte al cielo con cada rama que subes. Veo una ardilla asomarse tímidamente por entre las ramas, le sonrío y este me mira como si pudiera leerme la mente. Quizá más tarde vaya con Louis y Greg a pescar o quizá vaya a interrumpir la sesión de caza de Caleb y papá, es que no soporto que traigan ciervos muertos a la casa. Espero que mamá no me ponga a entretener a Eleanor y Tabatha, pero ella necesita ayuda con Ginevra y Samuel. Mi madre prefiere hacerse cargo de sus mellizos de un año antes que las asistentas, eso es algo bueno de ella. Veo a mis perros correr y ladrar, seguido de tres de mis hermanos menores, todos gritando mi nombre. Debe de ser algo importante o no me estarían buscando con tanto afán. Suelto un suspiro, mi momento de tranquilidad ha acabado. En una casa con diez hijos entre los veinte y el año, tener momentos de paz y tranquilidad es muy difícil. Además, en casa no solo vivimos nosotros, viven unos veinte empleados, así que los momentos de paz son muy atesorados. Es por ello que amo mi casa, tiene cuatrocientos treinta y nueve acres y cientos de árboles donde ocultarme. Amo mi privacidad tanto como amo a mi familia.   - ¡Genevieve! – me asomo hacia un lado, mi padre me mira desde el suelo con los brazos cruzados – Niña… ¿Qué no oyes que tu madre te llama?   - La escuché – confieso, dejando caer mi libro al pasto – Pero no entiendo por qué mi presencia es tan solicitada – me sostengo de una de las ramas, balanceando mi cuerpo y dejándome caer sobre la otra – Y con tanto apremio   - ¡Ah! ¡Ahí estás! – escucho la voz de mi madre - ¡Joseph! ¡Dile algo antes de que se rompa el cuello! ¡Ah! ¡Está niña me pone de los nervios!   - Tranquila, querida… Llego al suelo en una sola pieza, tomo mi libro y le quito el pasto de encima.   - ¿Me llamaba, mamá?   - Sí, ve a cambiarte, ahora – la miro con una ceja alzada – Hoy llega tu hermano de la capital   - ¿Josh viene hoy?  La miro confundida, se supone que mi hermano estaba visitando a la familia real y no vendría sino hasta el final del verano. No creo que su estancia se haya acortado abruptamente por alguna ofensa de su parte, mi hermano mayor y el príncipe heredero son muy buenos amigos, los mejores de hecho. Así que debe de ser algo diferente, pero no por ello menos serio, quizá por eso mi madre ha estado de los nervios últimamente.   - Sí y viene con la princesa Victoria, la sobrina de su majestad   - Oh… la nuera viene de visita Me burlo, mi madre me dedica una mirada seria que hace a mi padre reír. La prima del príncipe es la novia de mi hermano mayor, mi familia está a un paso de convertirse en parte de la realeza. No tendremos sangre azul, pero mi familia ha sabido codearse con las personas correctas. Mi madre es íntima amiga de la Reina Sue II, se conocieron en la escuela y han mantenido el contacto hasta el día de hoy, incluso hemos sido invitados a varios de los eventos en palacio, aunque yo nunca he ido. Mis padres usualmente iban con Joshua y Anastasia, mis hermanos mayores. No obstante, tengo dieciséis años, quizá este año por fin pueda conocer el palacio y codearme con la realeza.   - Ya basta ustedes dos – mi madre nos mira con severidad – He trabajado duro en lograr que nuestra familia sea lo suficientemente importante para la realeza como para que hayan permitido a nuestro hijo salir con la princesa Victoria, como para que ustedes, par de gatos monteses, lo estropeen   - ¿Pero qué cosas dices mujer? – se burla mi padre, comenzamos a caminar de regreso a la casa – Tengo más dinero que los Hastings en el banco, cómo no ser digno con eso   - Además, acabas de sonar como la mujer más oportunista del planeta – intervengo – Que la prensa no se entere de que todos los años de amistad con su majestad, han sido solo con el propósito de casar a tu hijo mayor con su sobrina   - ¡Boberías! – protesta mi madre - ¡Saben a lo que me refiero! No me crispen los nervios – me río – Así que ve ahora a tu habitación y pídele a Agatha que te elija algo bueno que usar para el almuerzo   - Creo ser lo suficientemente capaz de elegir mi propio vestuario – entro en la casa, limpiando el barro de mis zapatos en el felpudo de la entrada – Si me disculpan, ayudaré a Anastasia a vestir a los pequeños   - Bien… - dice mi madre, camino hacia las escaleras – Joe, tengo que hablar contigo en privado, es importante… Frunzo el entrecejo, no puedo pensar en algo que sea más importante que el hecho de que la princesa Victoria venga de visita, pero debe de ser lo suficientemente importante como para que mi madre se lleve a mi padre para conversar en privado. Espero que no sea otro embarazo, mis padres no saben de anticonceptivos, aunque estos aparezcan en la televisión cada dos por tres a partir de la media noche. Además, ya tienen diez hijos, algo totalmente irresponsable en el siglo veintiuno, pero bueno… de no ser por mis hermanos esta enorme casa se sentiría vacía y yo no tendría con quien ir a pescar.   - ¡Oh! ¡Eve! – entro en mi habitación, mi hermana está en bata con tres vestidos colgados de un perchero delante de ella - ¿Ya oíste la noticia?   - ¿De que su alteza y Josh vienen de visita?   - Sí   - Pues sí… - entro en el closet y comienzo a rebuscar algo bueno qué ponerme – Y no entiendo el por qué   - Yo tampoco… - se muerde un labio - ¿Tendrá que ver con su majestad?   - ¿Y a nosotros qué nos importa ella?   - ¡Eve! Mi hermana me mira con los ojos bien abiertos, luego suelta una risita.   - Papá dice lo mismo   - Papá dice eso de cualquier Hastings, incluso de Victoria   - Es que… ¿Qué tenemos que ver nosotros con ellos?   - Bueno, Josh algún día será un m*****o de esa familia   - ¿Y de qué serviría? – me quito la ropa y comienzo a vestirme – Sus hijos jamás heredarán el trono, solo un título que carecerá de poder alguno…   - Pero igual, serían parte de la familia real   - ¿Y quién quiere ser parte de ella? – niego con la cabeza – Me parece absurdo ver tanto alboroto por querer pertenecer a esa familia – me dejo caer sobre mi cama – Como dice papá, incluso tenemos más dinero que ellos y vivimos mejor que ellos   - ¿Eso crees?   - Por lo que me has comentado y por lo que Josh nos ha contado, ser de la realeza es muy difícil… ya ves cómo le fue a la difunta reina Sue – miro el techo, tiene un cielo lleno de nubes pintado en él – Prefiero la vida aquí, puedo hacer lo que se me antoje – oigo reír a mi hermana – Puedo cabalgar cuando lo deseo, pescar cuando lo deseo, andar descalza y ver televisión todo el día… - miro a mi hermana – Tendría que peinarme cada vez que deba de salir de mi habitación si viviera en un palacio…   - Y eso es tan difícil para ti – se burla Anastasia – La pobre Genevieve que nunca se peina   - Sí, que ni se le ocurra a mi madre el venir aquí a ordenarme que me peine   - Eve… - mi hermana me mira – Ven… yo te ayudo con tu cabello   - No quiero… - contesto con fastidio – Va contra mis principios el usar un cepillo para el cabello   - ¿Cuáles principios? – se ríe mi hermana, jalando de mi brazo – Vamos, no seas caprichosa   - Está bien… - acepto a regañadientes – Odio toda esta algarabía por la novia de Josh   - Bueno… - mi hermana me sienta en una silla, tomando un cepillo para el cabello y soltando mi coleta – Oí a mamá diciendo que están trayendo información importante   - ¿Trayendo información importante? – suelto una risotada - ¿Qué es esto? ¿La edad de piedra? ¿Qué su majestad no pudo enviarle un email a nuestra madre o un mensaje de texto si quiera?   - Aparentemente sí han estado manteniendo conversaciones por mensajes de texto, pero esta información debe de ser lo suficientemente importante como para que no quiera que haya filtraciones   - Entonces sí tiene que ver con su majestad…   - Quizá… o quizá esté relacionado con ella…   - Pues bien… ya sé qué es, le van a dar a Joshua el título de príncipe o duque o conde o alguna tontería de esas y quizá nos caiga una dote   - Quizá… Suelto un bufido.   - Igual creo que es demasiada parafernalia, Joshua apenas tiene veintiuno y está en la universidad, no creo que vaya a casarse con su alteza aún… sobre todo porque apenas llevan dos años juntos…   - Pero Josh está sumamente enamorado de ella – mi hermana sonríe hacia el espejo – Deberías de saber de ello, te encantan las novelas de romance – hago una mueca de dolor al sentir el cepillo tirar de mis cabellos – Cuando uno encuentra a esa persona indicada, haces locuras por ella, como casarte sin haber terminado la universidad   - Boberías… - me cruzo de brazos – Me gustan las novelas de Mily Wu, pero no dejan de ser eso, novelas, ficción, así no es la vida en la realidad   - Ay Eve… - mi hermana comienza a trenzar mi cabello, formando una corona con estas – Algún día pensarás lo contrario, cuando conozcas a esa persona indicada   - ¿A sí? – vuelvo a bufar - ¿Y cómo sabré quién es? – me miro en el espejo, mi hermana tiene talento con las manos y el cabello – Porque he conocido muchas personas, pero no he sentido nada…   - Pues… sentirás mariposas en el estómago y oirás a los pájaros cantar   - Ania… creo que tú deberías dejar de leer tantas novelas de amor… - me burlo, mi hermana esboza un puchero – Estás empezando a hablar como una niña que aún cree en hadas  - ¿No crees en el amor?   - Claro que creo, nuestros padres se aman y mucho – me levanto de la silla y tomo un par de aretes del tocador – Pero no creo que algún día vaya a ver a un perfecto extraño y que de pronto los pájaros cantarán, una luz celestial lo iluminará y mi estómago se llenará de mariposas… esas son fantasías…   - Bueno… hay fantasías que pueden hacerse realidad… La puerta es golpeada.   - Pase Ordeno, el rostro de Eleanor se asoma por la puerta.   - Señoritas… - Agatha, una de las asistentas, quien tiene de la mano a mi hermana pequeña – Su madre solicita su presencia en el primer piso   - Que comience el show… Bromeo.   - Victoria es agradable   - No lo dudo, aunque no la conozco, pero no la considero importante   - Bueno, lo es, aunque no lo quieras aceptar – caminamos por el pasillo, tomando a Eleanor de las manos – Es una princesa, así que debes de darle el trato de “Su alteza” a menos que ella pida que simplemente se le llame “Victoria”   - Que estupidez…   - Bien… todos listos… - mamá le acomoda el cabello a Greg – Bien…   - Josh acaba de mandar un mensaje – papá mira con pereza su teléfono – Dice que están entrando a la propiedad…   - ¿Josh está conduciendo y mandando mensajes por teléfono? – niego con la cabeza, mis hermanos comienzan a reír – Eso no se debe de hacer, recuerden eso niños, es una total irresponsabilidad y merece la pena de muerte   - ¡Genevieve! Me regaña mi madre, no puedo evitar reír aún más.   - Ahí están… - papá señala el auto de mi hermano estacionándose a pocos metros de la entrada – Mi hijo y su alteza…   - Dios salve a la que nunca será reina Me burlo por lo bajo.   - Papá… - mi hermano sonríe de oreja a oreja, abrazando a nuestro padre – Mamá…   - Oh… hijo, bienvenido   - ¡Joshua! Mis hermanos menores abrazan a mi hermano.   - Josh…   - Caleb… Mis hermanos chocan puños.   - Bueno, preséntanos a tu novia… - mamá sonríe a la invitada, una rubia de ojos azules que sonríe con incomodidad – Bienvenida su alteza – mamá hace un asentimiento con la cabeza, eso relaja un poco a la recién llegada – Espero que su viaje haya sido cómodo   - Por supuesto que sí… - la rubia sonríe, tomando a mi hermano del brazo – Y me alegra poder volver a verlos señor y señora Anderson   - Es un gusto que estés aquí Dice papá, cerrando la puerta.   - Bueno, ya conoces a Anastasia - mi hermana y la princesa se sonríen, ellas sí se conocen - Acaba de cumplir los dieciocho la semana pasada   - ¡Oh! ¡Feliz cumpleaños Ania!   - Gracias Vicky Ambas se abrazan.   - Déjame presentarte a Genevieve, tiene dieciséis – asiento con la cabeza, esto es estúpido – Caleb de catorce, Louis de doce, Gregory de diez, Eleanor de seis, Tabatha de cuatro y estos de aquí son Ginevra y Samuel de tan solo un año   - ¡Oh! ¡Que linda bebé! Mi hermana en los brazos de una de las asistentas se esconde de la recién llegada.   - Es algo tímida Dice mamá, tomando a su hija de los brazos de la asistenta.   - Bueno… vamos al comedor, tu madre y los cocineros se esforzaron por preparar un festín para nuestra invitada   - Ay… no debieron de tomarse muchas molestias Dice la princesa.   - Obviamente, si realmente no eres importante… Susurro.   - Eve… Me regaña Anastasia.   - ¿Qué…? Me encojo de hombros. Entramos en el comedor y tomamos asiento. Solo en ocasiones muy importantes usamos el comedor, lo normal es que comamos en la cocina o en la sala o en la sala de cine mientras vemos alguna película. Supongo que la sobrina de su majestad entra en esta posición. Victoria es la nieta de la hermana del difunto rey Alexander, eso quiere decir que su título tiene tan poco peso que no importa si lo tiene o no, sin embargo, tiene todos los privilegios de ser una princesa, como el usar el comedor de nuestra casa. Me siento feliz por Josh, en serio me siento feliz de que haya encontrado a su media naranja, la ideal, y todas esas cosas de cuentos de hadas, pero no por ello voy a prender fuegos artificiales en su honor. Creo que no deberían de existir títulos, que la monarquía es obsoleta y que todos deberíamos de ser ciudadanos comunes gobernados por un presidente elegido democráticamente. Pero bueno, tenemos una reina y una primera ministra, y supongo que las cosas están bien en el país como para que de pronto todo cambie. Como se dice por ahí, si no está roto no lo arregles.   - Caleb… - mamá se limpia la comisura de los labios con una servilleta – Llévate a tus hermanos al jardín de juegos   - Sí… Mi hermano obedece, los menores lo siguen en fila.   - Yo también me retiro – anuncio, quitando la servilleta de mi regazo – Si me disculpan   - Eve, quédate por favor – pide mi madre – Quiero que escuches esto – miro a todos los presentes, mi hermana luce igual de confundida que yo – Además, ya estás en edad y está será tu oportunidad de ser lanzada en sociedad   - ¿Lanzada en sociedad? – me dejo caer en la silla, chasqueando la lengua - ¿Qué es esto? ¿La era Isabelina?   - Eve… Mi mamá me mira con severidad.   - ¿Qué sucede? Pregunta Anastasia.   - Bueno… - comienza a decir Victoria – La prensa aún no sabe nada, pero mi tía, su majestad, la Reina Sue II, le han detectado cáncer de seno – abro al máximo los ojos – La desgracia inunda la casa de los Hastings… - se lamenta la rubia – Primero el difunto rey Alexander con un infarto a los sesenta y ocho y ahora la reina Sue con cáncer   - Pero… - interviene mi hermana – Se lo han detectado a tiempo, pueden salvarla   - Sí, pero la corona y el parlamento no quieren arriesgarse Miro a todos los presentes, no entiendo nada de lo que se está diciendo.   - Y… eso significa que su majestad, la Reina, va a abdicar a favor de Alexander Completa mi hermano.   - Oh… pobre de él Se lamenta mi hermana ¡Y de verdad que debe de serlo! El príncipe apenas tiene veintiún años, apenas está acabando la universidad, no ha vivido nada aún, no tiene mayor experiencia de vida que la de su preparación como príncipe heredero. Pobre de él…   - Y eso significa que… - mi hermano mira a mi madre y luego a mi hermana – Él no tiene la edad necesaria para subir al trono…   - Oh… pobre de él Repite mi hermana.   - Ania… - mi madre toma la palabra, mi padre se cubre el rostro con una mano, como si no quisiera oír lo que está por venir y no tuviera más remedio que el quedarse sobre la mesa – Estos días he estado hablando con nuestra majestad – le toma las manos a mi hermana, esta abre los ojos al máximo dejando al descubierto toda su confusión – Desde que éramos unas niñas deseábamos esto y hoy, por fin, podemos llevar a cabo nuestras fantasías de la infancia   - No entiendo nada Me atrevo a soltar, mi hermano me mira y suelta un suspiro.   - Eve, el heredero al trono solo puede ascender cuando su antecesor muera o abdique a su favor – asiento con la cabeza – Pero no basta con esto, el heredero debe de tener veinticinco o más años   - Pero el príncipe tiene veintiuno, no podrá ser rey…   - El difunto rey Alexander tenía diecinueve cuando ascendió al trono Me recuerda Victoria.   - Sí, pero era porque se… - me quedo de piedra, viendo a mi hermana que sigue con su expresión de sorpresa y a mi madre que sigue sosteniéndola de las manos con las mejillas sonrojadas – Casó… - abro al máximo los ojos - ¡¿Están locos?!   - ¡Eve! Me regaña mi padre.   - ¡¿Planean casar a mi hermana contra su voluntad?! – me levanto de un salto - ¡¿Qué?! – me siento anonadada - ¡¿En qué siglo creen que están?!   - Nadie va a obligar a tu hermana a casarse con el príncipe   - ¿Entonces por qué le arreglaste el matrimonio? – mamá no contesta – Porque eso es, tú y la reina quieren concertar un matrimonio   - Eve… Mi padre me hace señas para que me calme, pero no puedo quedarme quieta ante semejante estupidez.   - Tu hermana, tú y yo viajaremos al palacio en California donde su majestad y su hijo estarán para celebrar su cumpleaños veintiuno de su alteza – comienza a decir mamá – Estaremos un mes ahí, suficiente tiempo para que ellos puedan conocerse más – quedo boquiabierta – Y al finalizar nuestra estancia, con la fiesta, su alteza decidirá si tu hermana es de su agrado o no   - ¿En serio, mamá? – la miro con una ceja alzada - ¿De verdad decidirá? – niego con la cabeza – Porque, conociéndote, lo más seguro es que no les hayan dejado mayor opción al pobre… no con una abdicación a la vuelta de la esquina…   - Eve, esto no tiene que ver contigo, así que no interesa si no lo ves bien, es lo que se hará y punto   - Bien, pero no esperes a que te acompañe para ser lanzada en sociedad, no voy a permitir que me trates como una muñeca a la que debes de vender y no me quedaré a ver cómo tratas a mi hermana como objeto de trueque para lograr posición social   - ¡Eve! No quiero escuchar nada más. Salgo de casa, tomando una de las bicicletas tiradas en el jardín. Conduzco a toda velocidad hacia los establos, monto en mi yegua y cabalgo lejos de mi casa. Esto debe de ser un chiste, un muy mal chiste, una muy mala broma de parte de mi madre ¡Estas cosas no deberían de estar pasando! Los matrimonios arreglados no deberían de existir ¡No deberían! La sociedad ha evolucionado lo suficiente en pro de los derechos de las mujeres como para que venga mi madre y arregle el matrimonio de mi hermana ¡Esto es una locura! ¡Es una total locura! La noche cae, victoria se quedará en la casa de huéspedes con mi hermano y yo estoy en casa comiendo un tazón con pudín. Me siento indignada y furiosa, no quiero ver a mi madre ni a mi padre. No puedo creer que el hombre que me educó para hacer valer mis decisiones y que enseñó que solo yo mandaba en mi vida, esté de acuerdo con esto, que haya permitido que mamá maquine toda esta estupidez, no lo puedo creer y me decepciona. Ni crean que voy a aceptar esto, no pienso ir a California con ellas a presenciar como venden a mi hermana a cambio de títulos y dinero ¡No! Me niego a ser partícipe de tal desfachatez.   - Eve… - mi hermana entra en la habitación, ya en pijama - ¿Ya estás más calmada?   - No… - dejo el tazón con pudín sobre la mesa de noche - ¿Cómo puedes estar tan tranquila con el hecho de que te van a vender?   - No me van a vender, Eve, no exageres   - Oh… lo siento – ruedo los ojos – Solo te van a casar para que seamos parte de la familia real, porque Joshua no pudo ligarse a la hermana de quince años del príncipe   - Eve…   - ¿Cómo puedes estar tan tranquila? – la miro con desespero – Ania… ¡Te van a casar! – mi hermana no dice nada, frunzo el entrecejo - ¿Estás de acuerdo con ellos?   - Eve…   - ¡Qué horror…!   - ¡Eve! – mi hermana se sienta en mi cama – La noticia me cayó de sorpresa, pero… - sonríe – La verdad, me hace mucha ilusión   - ¿Qué te pude hacer ilusión con la noticia de que te van a casar con alguien que no conoces?   - Sí lo conozco – me recuerda – No he convivido tanto tiempo con él como Joshua, pero no es un total desconocido para mí y… - sonríe – Es guapo y un príncipe… ¿Qué chica no sueña con ser una princesa?   - Yo – niego con la cabeza – Esto es una locura Ania y me sorprende que no te indigne   - Eve… me convertiré en la mujer más poderosa del mundo, al lado de un hombre de ensueño como Alexander Hastings – mi estómago se revuelve – No me puedo sentir indignada con eso – sonríe – Y, además, de ser la primera opción de su majestad   - ¿Hay más opciones? – me siento aún más horrorizada – Eres una opción, Ania ¿No te escuchas? ¡Esto es una locura!   - Bueno… - mi hermana se levanta de mi cama y se acuesta en la suya – Yo me siento muy ilusionada y agradecería que te sientas feliz por mí   - No puedo sentirme feliz al ver que tratan a mi hermana como si fuera una vaca para trueque…   - Eve… esta noticia me hace feliz…   - Lamento no poder compartir el sentimiento…   - Bueno… la próxima semana iremos a California con mamá… - miro el techo – Y quiero que estés conmigo, eres mi hermana y mi mejor amiga…   - Ania… - niego con la cabeza, siento muchos deseos de llorar – No quiero…   - Por favor…   - ¿Qué pasó con lo de sentir mariposas y la luz celestial? – la miro - ¿No te preocupa no ver esas señales cuando lo veas?   - La verdad, espero poder ver las señales y que él las vea en mí… Vuelvo a negar con la cabeza, mi hermana está tan ilusionada que no logra pensar correctamente. Entiendo lo de ser reina de Norte América y convertirte en parte de la realeza, pero no puedo aceptarlo. Lo siento, pero me niego a ser parte de esto y no pienso alegrarme por ella. Apago la luz de noche y cierro mis ojos, espero todo este día haya sido una pesadilla, una horrible pesadilla.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

En los Zapatos de Renatas

read
1.3K
bc

Casado con la ¿Gordita?

read
312.3K
bc

Efimero (Devil's touch)

read
372.7K
bc

AMOR CON ODIO

read
12.9K
bc

UN TOUCHDOWN A TÚ ❤️

read
225.6K
bc

Mi jefe esta paralitico

read
3.2M
bc

Una esposa de mentira. Saga familia Duque.

read
8.3K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook