Señor Luthor

Patrick Para todas las personas, la vida presenta retos, es así, nadie la tiene realmente fácil y la verdad, por más que nos esforcemos, nadie es simplemente feliz y después de los últimos dos meses de extrañar a mi mujer, de sufrir como un loco he decidido matarme, en la soledad y la oscuridad de mi oficina. He sido una mierda con Mercy, me he obsesionado con el trabajo, con las necesidades de mis hijos, pero no puedo responderme a mí mismo la pregunta más simple ¿Le he hecho verdaderamente feliz? Y por más que intentase buscar en mi memoria momentos en los que la hice feliz, no parecía haber momentos sino cosas o el hecho de que le di un hogar y tres hijos, para la vida eso simplemente no es suficiente, un hijo te lo da cualquier mierda y una casa es solo un edificio. Me he bebido dos botellas de vino a moro y tengo el arma en la boca cuando la puerta de mi oficina se abre. Drake, mi hermano, irrumpe como si fuese su espacio y va a oscuras al minibar. —Patrick, podrías simplemente no desaparecer. Meredith no ha podido contactarte y sus hermanos nos han pedido venir por ti—dice mi hermano y enciende la luz del minibar. Adrian se queda junto a la puerta mirándome sorprendido y Kyle es el único de mis cinco hermanos que se mueve. Camina lentamente hacia mí y Drake enciende la luz. —¿Qué estás haciendo? Estás vacilando. —No, esto es... un intento de s******o—dice Karl y señala el escritorio en el cual hay pastillas, alcohol y Zack se acerca a mí de inmediato. Me quita el arma y me da una cachetada. —¡¿Te has vuelto loco?!—pregunta asustado. El llanto sale explosivamente de mi alma, las lágrimas brotan enormemente por mis ojos y siento que me ahogo mientras todo el dolor abandona mi cuerpo, Zack se queda junto a mí desarmando la pistola y Kyle me abraza. —Aquí estamos, y no vamos a dejarte—promete Adrian mientras me aprieta la mano. —Siempre Luthor, siempre juntos. En menos de cinco segundos tengo a cinco hombres musculosos rodeándome. Me ahogan con el calor de sus cuerpos y no puedo dejar de llorar para pedirle espacio. Kyle hace eso por mí y manda a mis hermanos a traer agua mientras me pregunta si me he metido alguna droga inyectable, no he consumido algún tipo de pastilla, le digo que no y me cubro el rostro para seguir llorando, mi hermano me mees como hace con sus hijos. Mis hermanos hacen todo por tranquilizarme y lo logro después de casi una hora. Kyle me ofrece agua y mientras bebo dice: —Este es el momento más difícil de tu vida. Pedirte ser fuerte es lo más cabrón que te voy a pedir en la vida, pero eres mi hermano, y si bien, voy a darlo todo por mantener a tus hijos sanos y académicamente brillantes, si falleces, ellos te necesitan a ti. A la persona que nos sacó adelante, a mí y a mis hermanos cuando nadie creyó en nosotros y papá no tenía más fuerza. Peor que lo que sientes hoy no puede ser. Eres mi hermano, pero has sido mi amigo y mi papá. Así que vamos a buscar ayuda. —Dinos qué va mal. —Todo va mal, ella me ha dejado antes de tiempo, el negocio está casi en la quiebra y mis hijos... —Sollozo de nuevo—¿Cómo ha podido hacerme esto? —Es una perra, egoísta —Le acusa Drake y todos le miran sorprendidos. Yo me limpio las lágrimas y me sirvo una copa de vino. —No me vean así, Mercy le prometió un “felices para siempre”, ¿y le dio qué...? Un tercio de vida, tres hijos preciosos, amor y apoyo. Todo tiene un fin, lo mejor que puedes hacer en este momento es tomar tus cosas, tus hijos e irte. De lo demás nos hacemos cargo nosotros. —Han pasado seis meses, por qué no la supero. —No somos de superar cosas, somos de evitar el dolor—comenta Adrian. — y ponernos hasta arriba de coca. —mis hermanos asiente. Se te va a pasar cuando encuentres a tu próxima esposa. —Patrick, te mentí—Dice Kyle, y me pasa el arma vacía. —La vida se puede poner peor, tienes la edad de los divorcios caros de papá. Te puedes convertir exactamente en el señor Luthor, con una esposa joven del brazo y los papeles del divorcio al cuello—todos reímos. —j***r, ¿te hiciste la vasectomía?—pregunta Adrian, y todos ríen. —No, y definitivamente no planeo ser como papá—Mis hermanos se pasan la botella y todos reímos. —La vida tiene sus propios planes, por eso hoy vas a dormir con nosotros cinco. —Me encanta cuando dormimos juntos—responde Zack y les doy a los cinco un abrazo y las gracias por estar conmigo. —Siempre juntos—repite Zack. —Siempre Luthor. Mis hermanos me acompañan a casa, después de una vida haciéndome cargo de sus caprichos, errores, miedos; son ellos cinco quienes cuidan de mí. Tomo una ducha más larga de lo normal, me visto con el primer pijama que encuentro y cuando salgo mi hija parece contenta por poder pasar la noche con su prima, le lleno de besos y le doy un abrazo, ella me mira sorprendida por la muestra de afecto y pregunta: —¿Estás bien, papá? —Hoy ha sido un día difícil. ¿Qué te parece si vas a tu pijamada con Shelby y cuando regresas planeamos unas vacaciones? —Estás enfermo, es medio ciclo escolar. —Puedes siempre quedarte con tus abuelos. —¿Quién soy yo para rechazar unas vacaciones?—pregunta y me llena de besos. —Nos vemos mañana, seguro que mis tíos me arruinan la oportunidad. Mis hermanos ríen y Zack les acompaña al piso de abajo para traer unas cuantas cosas para cenar, cuando regresa, mis hermanos nos agitan en ayudarle por lo que yo me encargo de transportar bolsas y desempacar. —Patrick, nadie es indispensable. —Todos ustedes son indispensables para mí, esa era una mentira de papá para hacernos sentir mejor mientras él encontraba una nueva esposa. —Tienes razón, nos han mentido toda la vida y hemos sobrevivido. Hoy tienes dos salidas, refugiarte en el calor de tu familia o irte a encontrarte.