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En una sociedad donde las castas llevan la cabeza de la pirámide social es difícil vivir sin un género definido. El aroma a bosque, café recién preparado y pino de aquel sitio siempre despertaba todos mis sentidos. Pasaba algunos días solo para sentirlo.

Anhelaba cada instante aquella presencia, al dueño de ese aroma tan único que me hacía sentir tan en paz y a la vez tan inestable.

No sé cuanta influencia tiene el destino en nuestras vidas. A veces es mejor dejar de creer en cuentos y sólo seguir con nuestras vidas, detenernos antes de estrellar nos.

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Aroma a bosque
  En una sociedad donde las castas llevan la cabeza de la pirámide social y económica es difícil vivir sin un género definido.  La sociedad se define en tres clases, betas, alfas y omegas.  Luego de esto se define en qué tan afín eres socialmente con las personas y como te posiciona aquello dentro de un marco aceptable para las mismas.  La realidad cae como un balde de agua fría si no logras sentir nada por un compañero o compañera, te defines por la forma en que correspondes o no a relaciones biológicamente impuestas por una pirámide que te cataloga desde que naces.  Te marginan socialmente si eres o no eres, te marginan dependiendo de lo que seas y porque lo seas. Los alfas incluso tienen su propia pirámide social dentro de la pirámide reinante.  Un alfa extremo domina por sobre todos los demás y los demás alfas, son pocos así que resaltan muy bien de la mayoría y eligen fácilmente el camino en la vida. Más bien; tienen trazado su destino desde el momento que llegan al mundo.  En el caso de los omegas los cuales son minoría, si no vienes de una buena familia, resultará muy difícil sobresalir en la sociedad, hasta el respeto es difícil de lograr.  Son una especie deseada y extraña, que continuamente mantienen un perfil bajo en relación a la profesión y su estilo de vida.  Cuando se vinculan con un alfa suelen llevar vidas mimosas y felices siendo contenidos por estos en todo momento. La verdad follan cómo conejos y se aman eternamente o alguna de las partes, mayormente el alfa, se cansa y rompe el lazo dejando el estigma de un omega rechazado.  He realizado innumerables veces el examen de género, sin embargo siempre es el mismo resultado.  Omega, sin ciclo de celo, por lo tanto sin aroma, como resultado soltero de 22 años, sin posibilidad próximamente de tener pareja mucho menos enlace o hijos, las feromonas y los ciclos de celo definen la capacidad reproductiva de un omega, sin celo no hay cachorros. .  Las castas son complejas, tienen más contras que pro, discriminación, abuso s****l y psicologico, injusticias sino eres de una familia acomodada y los omegas desquiciados suelen volverse un locos cuando los alfas que desean no los quieren y los alfas suelen abusar de los omega incluso tratándolo como objetos para su satisfacción s****l.  Mi padre un gentil alfa que cuida de su hija alfa y sus dos hijos omega. Mi mamá, es un caso especial, una omega que sobresale de cualquier casta y estereotipo.  Mis hermanos crecieron y su desarrollo ha sido normal, sin embargo el mío sólo no pasó. Mi desarrollo nunca llegó y aunque vivo bajo la definición de omega, no vivo bajo sus reglas.  En esta sociedad el ser un omega que puede vivir como un beta es mucho más cómodo, los ciclos de celo y el consumir supresores constantemente se vuelve tedioso, aún así siempre cargo supresores para ocultar el olor de feromonas, el cuerpo humano se ve modificado constantemente por sus procesos y puede ocurrir algo desagradable. Es horrible vivir una vez al mes el celo sin un compañero por lo que esa parte también me parece agradable, no me preocupo de dolores innecesarios. Lo vivo a diario con mis hermanos y me parece doloroso.  Aunque ninguno se ha vinculado, ambos tienen parejas estables hace bastante, es comprensible que puedan lidiar mejor con ello.  En mis 22 años nunca he sentido la necesidad de tener una pareja, y esta falta de libido me ha hecho concentrarme en la universidad siendo de los pocos omegas en destacarse en el área de la salud. Mi padre se podría llamar un orgulloso papá oso, con una hermosa omega que es mi madre, los cuales pertenecen a un privilegiado rango social.  Cuando entré a medicina mi padre no podía ser más feliz, él cómo jefe de un hospital alardeaba de su hijo  que era él mejor de la facultad de medicina en una de las mejores universidades del país siguiendo sus pasos.  Estaba iniciando la primavera, las mañanas frescas con el sol en lo más alto resultaban agobiantes y enceguecedoras, las noches eran cálidas pero no  donde mueres de calor y sólo necesitas que comience a llover torrencialmente. Caminar sólo en esta época tiene su encanto, sentí un extraño aroma a bosque hace algunos meses y no puedo evitar pasar todas las tardes por aquí, con la absurda esperanza de sentirme tranquilo con ese aroma nuevamente, no es un aroma común, es fuerte y atrayente.  La rutina diaria se hizo envolvente, dejándome llevar por este camino que embarga mis emociones.  Hace un tiempo tengo rondas que hacer durante el turno de la noche en el hospital, fue lo que le pedí a mi padre para poder ejercer como practicante, a veces me lamentaba de mi elección de carrera, durante el día tenía clases y durante las noches turnos, pero eran mis elecciones personales. Prácticamente estaba durmiendo 2 o 4 hrs diarias y entre viajes dormía 20 o 40 minutos. Agradable, me hice amigo de la mayoría del personal, varias enfermeras y de todos los pacientes del área de obstetricia y pediatría.  Salí de la universidad alrededor de las 18 hrs. Si dormía desde las 19 a las 22 hrs. podría resistir magistralmente mi turno de 23 hrs a 9 de la mañana.  Llegué a casa y solo me desmorone en la cama, cansado de la rutina diaria, con cierta incomodidad correspondiente a pensamientos innecesarios del autoanálisis de mi vida.  Desperté a eso de las 21:40 hrs. Sentí pasos rápidos y fuertes haciendo tronar el piso fuera de mi habitación.  -¡luca, levántate tienes turno a las once!- Achaa mi hermano menor, al pendiente, a veces más que yo de mis propias necesidades y responsabilidades.  -¡si, lo sé! Pero no grites… Me daré una ducha y me iré. Puedes decirle a mamá que me prepare un sándwich por favoooooooor- hice un puchero.  -nos quieres manipular a todos con tu carita linda, pero eso no funciona conmigo. Levántate yo iré a hacer comida.- se alejó corriendo.  Me levante rápido tambaleandome un poco, tomé la toalla y la ropa con la que iría, escogí un suéter cuello alto de color n***o y un pantalón color gris que se ajusta en los lugares correctos.  Unos 25 minutos después bajé rápido a la cocina, miré en todas direcciones buscando la figura del mayor de la casa, mi padre ya se había marchado.  -papá no me espero, justo hoy no quería conducir. - dije mientras tomaba un pequeño bocadillo y lo devoraba en un instante.  Me dirigí a la nevera para sacar una botella de agua fría que mamá preparaba con distintos sabores muy suaves.  Mi hermana Freya se levantó del sofá casi de un salto para recargarse sobre el mesón.  -luca, yo te llevaré, algún tipo puede tratar de robarte en el camino- la escuche reír, tomé mi chaqueta y mi mochila, mañana debía correr a la universidad a lo que terminará mi turno así que debía irme cargado.  En el trayecto me regaño porque según ella me vestía de forma provocativa en un lugar lleno de alfas, la forma en que descuidaba mi condición de omega y cómo debía ser cuidadoso con la proximidad de algunas figuras masculinas.  Es verdad, en su mayoría son alfas y betas quienes trabajan en el hospital, sólo hay tres omegas aparte de mi que trabajan en mi área y uno de ellos ya está marcado.  Malditos alfas, mi hermana era recelosa respecto a todos aparte de la familia. Si no fuera porque el novio de nuestro hermano resultó ser su mejor amigo, no podría ni imaginar cómo sería la vida de nuestro achaa.  -Bueno luca, llegamos. Si papá no puede llevarte a la universidad me avisas, yo igual tengo que ir al sector en la mañana. - me despedí con un beso en su mejilla e ingresé al hospital. En una de las puertas que dirigían al área de pediatría vi como todas las enfermeras estaban vueltas locas cuchicheando sobre algo mientras miraban a través del cristal.  -¿qué demonios sucede aquí?- todos prestaban atención sólo a lo que había detrás del vidrio.  - hay un famoso en una situación complicada. Tú sabes, alborotando hormonas. - escuche la voz del doctor atrás de mi. Franco estaba muy cerca de mí rostro por mi espalda mientras sonreía sosteniendo en sus manos unos papeles.  -doctor Holmes es bastante invasivo sorprender así a las personas - respondí mirando mi celular para verificar la hora, él sonrió y escapó. Iba tarde- -¡uh! Luca - gritó mi padre a un costado. - Hoy el doctor Louis no podrá venir a su turno. Tuvo un accidente y estará tomando un par de turnos de descanso. ¿Puedes quedarte a cargo? Obvio las enfermeras estarán apoyándote. Será una buena práctica y te servirá para aprender. - sostenía en su rostro una expresión de súplica que me parecía bastante graciosa.  Él, un hombre alto y delgado, pero musculoso, con un rostro bastante severo.   -Claro, no sería la primera vez aunque serán demasiados pacientes pero nada, solo deja que me cambie cuando logre pasar la primera capa de mujeres hormonales y comenzaré. -  -de hecho… Necesito que comiences en seguida; tenemos una emergencia que está relacionada con la masa hormonal. - caminamos regañando a las enfermeras de las otras áreas por abandonar sus puestos y no hacer sus rondas. Mientras me comentaba que durante el día parece habían tenido varios problemas con los internos y cómo tuvo el accidente el jefe de obstetricia.  Llegamos a una habitación privada, había una cuna y una incubadora. De espalda hacia nosotros había un sujeto enorme de siquiera 1,90 de altura que cargaba un bebé, lo cargaba mal pero se notaba alterado y demasiado preocupado.  Papá nos presentó siguiendo una línea de diálogo sospechoso con el alfa, sentía un aroma a café y pino, algo como el olor del bosque en verano o el que sentía en aquel parque, aquí olía desesperado y agobiante. Me estaba ahogando en la angustia. Pensé que era mi imaginación, seguro algún aroma se pegó, aroma diferente al de mi padre. Lo ignoré por completo y terminé de presentarme.  El sujeto se giró y podría jurar que era el hombre más bello que he conocido. Alto, fuerte y hermoso, facciones afiladas con cejas ligeramente pronunciadas.  Se veía algo afligido por lo que no reparé en detalles, pero sí en el pequeño bebé que cargaba en sus brazos. Si nunca tengo un celo normal, por lo menos me puedo refugiar aquí. Amo a los niños, desde que tengo memoria han sido mi fascinación.  -Pharm, en verdad necesito un doctor, pedí por un profesional capacitado específicamente por Louis. ¿Por qué traes éste niño? -  -Dante, tranquilo. Ten paciencia. - ahora sabía cuál era su nombre. Hermoso pero arrogante "mala mezcla" pensé.  -Dame al bebé- le hice un gesto con las manos algo cabreado para que me entregue al niño, por alguna razón mi omega estaba extasiado al momento que rozamos nuestras manos al tomar el bebe.  - Yo soy el doctor. No deberías ser tan descortés sin preguntar, ni juzgar a los demás, tampoco hables tan fuerte cerca del oído del niño, eres su padre, deja que recuerde tu voz suave no tus gritos.  -¿Qué síntomas observaste? - pregunté haciendo una señal de silencio con el índice en mis labios mientras mecía al pequeño. La mayoría descarta la idea de ser alfa por mis facciones y estatura, pero tampoco tenía el aroma de un omega así que llegaban a la conclusión de que era beta rápidamente, por supuesto para la mayoría de los alfas un beta por más atractivo que sea no es un buen prospecto de pareja.  -lo siento - me devolvió una mirada reflexiva y bajo dos tonos su voz. - yo… bueno él lleva días durmiendo poco, llora continuamente, no la verdad… es que… - suspiro agitándose cada vez un poco más.  -alfa, respira nadie te comerá- lleve mi mano libre a su pecho apoyando mi palma ahí. Sonrió dejando escapar el aire que contuvo durante toda la charla. La sonrisa de papá aparecía de vez en cuando manteniéndose fuera de la breve charla.  -perdón… Él no está durmiendo, siempre está llorando, no logró calmarlo. - contestó en voz baja y sincero. Sin embargo ¿cómo supo este sujeto que era omega?  -papá, te he dicho que no les hables a los pacientes sobre mi género- mire a mi padre dejando el bebe en la cuna con mucho cuidado, él estaba bastante orgulloso del omega doctor así que a veces se iba en palabrería de padre orgulloso.  Tomando los implementos a un costado de la cuna continúe sin mirar a los presentes, escuché su conversación susurrada tratando de ignorar mi nombre un par de veces.  -hijo, yo no le he dicho nada.  -¿Él es tu hijo?- lo miré fijamente sin meditar sobre mi expresión.  -¿cómo supiste de mi segundo género? -  -por tu aroma por supuesto - mentira.  -acertaste, pero este no es mi aroma. Debe ser de alguna de las mujeres que están afuera. - lo vi alzar una ceja y volví al pequeño bebé en la cuna para hablar como si no hubiera notado aquel gesto -debes alimentarlo en un horario fijo, cada dos o tres horas, es muy pequeño, necesita más estabilidad, además según vi en su expediente es prematuro - tome al bebé que ahora solo gimoteaba un poco, lo sujete sosteniendo su pequeña cabeza entre el pecho y el hombro - tch, tch…- Susurré acunandolo y dejó de llorar en cuanto dejé su rostro posarse en mi.  -¿cómo hiciste eso? Vine aquí porque no había dejado de llorar en días, si no llora gimotea sin parar- - si te desesperas tú el bebé también lo hará. Ellos se regulan con tus latidos y respiración, si lo sostienes así - le mostré cómo acurrucaba al bebé, éste ya se encontraba profundamente dormido. El alfa aspiro mí aroma muy cerca de mí cabello, sus ojos parecieron volverse brillantes mientras le explicaba. Por alguna razón me sentía inquieto desde que entré al cuarto.  - los alfas son realmente malos manejando sus emociones si no tienen a su pareja cerca, además suelen perder los estribos cuando están tensos- me dio un poco de risa al ver su expresión de asombro cuando cargo el bebe sin que este llorara.  Levantó la vista dejando que el aroma a bosque atacará todos mis sentidos, mi lado omega nuevamente está causando estragos en mi interior haciendo que perdiera el equilibrio, arañaba dentro desde mi interior, un malestar desconocido.  Pedí permiso para retirarme por lo abrumador que fue, sus ojos se agrandaron, sus pupilas se dilataron, en su rostro al igual que un cachorro perdido pude notar como no quería que dejara el cuarto con algo atrapado en los labios, su emoción podía palparse.  Es la primera vez que sentí el aroma de alguien más, porque eso definitivamente eran sus feromonas. No puedo hacerlo, sentir el aroma de un alfa, como tampoco puedo emitir ningún tipo de aroma omega.  Receloso mire a mi padre, desviando la mirada del sujeto en cuestión.  -papá puedes darle un relajante al padre y mi número por si surge alguna duda-. El tipo, Dante, solo me miró con una expresión de curiosidad en su rostro.  Debe ser genial ser él, doblegar las piernas de la gente batiendo sus pestañas y mostrando su sonrisa, respirando. Ahí va la autoconfianza de un hombre como yo.  - Me voy - Salí rápidamente del cuarto, me sentía mal.  Era extraño, pues no sentía que mi cuerpo fuera el que estaba mal. Era otra la sensación, como si estuviera enfermo pero no lo estuviera viviendo realmente. Di la vuelta de regreso al cuarto y vi como mi papá llamaba a la enfermera desde la puerta. -¡Aja! Lo sabía. - le señale a mi padre que lo sostuviera ya que perdió el equilibrio, mientras yo sacaba el pequeño de sus brazos antes de que ambos fueran a dar al piso.  - Es él quién está enfermo. - dije mientras ponía al bebé en la cuna. Me acerque y tome su temperatura, examine rápidamente sus ojos y cuello- creó que él… está exhausto. - le envié una de mis más encantadoras sonrisas.  -¿Cuántas horas has dormido los últimos días? - le pregunté, sin razón tenía mi mano en su mejilla, sentí como un ronroneo en ella mientras afirmaba aún más su rostro. Lentamente vi en su dirección un poco shockeado por su reacción y al momento que se dio cuenta abrió enormes ojos.  Se aclaró la garganta - las últimas semanas, he dormido unas 2 o 3 horas diarias. El bebé despierta todas las noches. - -¿y su madre o padre?-dudé - Necesita compañía y cuidados. - hasta ahora esquivaba la pregunta.  -Mi hermana y su pareja fallecieron en un accidente, soy completamente nuevo en esto- "omega calma" Me autoregañe.  -deberías buscar alguien que te ayude. - me miró con una media sonrisa de lado. Iba a decir algo pero miró por sobre el hombro y desvío la mirada.  -si, eso haré -  -mmh… si, bueno dante-di una palmadita sobre su hombro - cuida tu salud y mejorate, descansa por hoy. Cualquier cosa que necesite- le dije señalando al bebé, el comentario me molesto por alguna razón - vienes y lo revisamos, ok?- -Si, lo haré… ¿te irás otra vez? - hablo cabizbajo esta vez mi padre y yo lo miramos al mismo tiempo. Pero vi que mi papá no estaba mirándonos, sus ojos estaban en mi mano que estaba atrapada en la de él. Me solté rápidamente. - debo seguir trabajando - tartamudeo.  En verdad, el alfa más hermoso de todo el mundo me miraba como un cachorro abandonado con un rostro triste y solitario.

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