Prólogo.
En el pasado.
-Ethan, voy a ser clara contigo -Ani habló enfadada con su amigo, ya que de nuevo le estaba diciendo tonterías enfrente de los otros niños, ésta vez sobre su vestido lila.
El mismo que había escogido con Emma para usar en el cumpleaños de su abuelo.
-¿Qué tienes para decir? -El pequeño de ojos aguamarinos se cruzó de brazos mientras la miraba expectante.
-Mamá ya me aclaró que el poder lo tenía yo, que tus palabras eran vacías, por lo que elijo que ya no me afecten y si sigues molestando, tampoco seguiré siendo tu amiga.
Ethan abrió mucho los ojos, sorprendido de que Ani le pusiera un alto de aquella forma.
-Ani… -La mencionada levantó su dedo índice y lo llevó a sus labios indicando que guardara silencio.
-Aún no terminé -Le explicó enseguida.
-¿Hay más? -Ya se podía ver la preocupación en su rostro.
-Si, mi mamá también dijo que si no dejas de molestar por las buenas, te pateará el trasero.
Como si fuera posible aquello, Ethan casi se echa a llorar y los demás niños se fueron corriendo.
-Lo siento, no lo haré nunca más -Se veía apresurado por disculparse y Ani ahogó una risita traviesa.
-De acuerdo, ahora que ya estás advertido me voy y no quiero que me sigas.
Él la tomó de la mano antes de que pudiera marcharse y habló -Pero Ani, quiero que sigamos siendo amigos.
-¿De verdad? -Asintiendo con la cabeza le respondió que sí -¿Pero por qué? Siempre me estás molestando. Además ¿No te asustaste hace un momento?
Se retorció nervioso ante las preguntas, no podía decirle la verdad de porqué lo hacía, al menos no se sentía valiente para ello, por lo que optó por una segunda verdad.
-Lo merecía, pero dijiste que si no lo hacía más, seguiríamos siendo amigos y prometo que no lo haré de nuevo.
-Está bien Ethan Davies, pero no te olvides que ya estás advertido -Lo apuntó con el dedo.
-No lo haré, seré el mejor amigo que podrías imaginar.
Ani sonrió satisfecha ante aquella promesa que fue el sello de su amistad a lo largo de los años hasta qué…