Secuestrada por cuatro mafiosos (Gratis)

Hola. Mi nombre es Acerina y tengo 23 años. Soy una mujer nacida en Fuerteventura, las Islas Canarias. Soy delgada, con la piel blanca y de baja estatura. Mi cabello es largo y castaño con pequeños mechones rubios y mis ojos son de un color marrón casi miel. Actualmente vivo en China como estudiante de universidad.La razón por la que decidí venir a estudiar a este lugar no fue otra que aprender bien la lengua, para así después poder perseguir mis sueños de ser profesora de idiomas. Todavía recuerdo el día que me despedí de mi familia para iniciar una nueva vida. Hace 4 años -Pasajeros del vuelo 1306 con destino China, por favor diríjanse a la puerta de embarque,en breves minutos comenzaremos a embarcar. Con lágrimas en los ojos, Acerina se despidió de su familia a la que no sabía cuándo podría volver a visitar. -Hija, por favor, cuídate y llámame cuando llegues. -Dijo su madre. -Sí, mamá. -Le respondió dándole un último abrazo a sus padres antes de dirigirse a la puerta de embarque. Ya en el avión y sin poder dar marcha atrás, Acerina sonrió recordando todos sus momentos en la isla. Las lágrimas amenazaban con volver a salir, cuando el piloto anunció que ya iban a despegar, por lo que decidió intentar dormir, ya que sería un vuelo muy largo. En la actualidad Voy de camino a la universidad, cuando recibo un mensaje de mi jefe diciéndome que esta tarde tendré que trabajar doble turno porque mi compañero dimitió. Sin otra opción me limité a contestarle con un simple "De acuerdo". Siguiendo mi camino me encuentro con mi mejor amigo, Ming, él estudia dirección de empresa. Nos saludamos y el resto del camino lo pasamos hablando sobre cómo estuvo nuestro fin de semana. Son las dos de la tarde y estoy corriendo para poder llegar a tiempo al trabajo, ya que acabamos de tener clase con el Sr.Huang. No sé cómo algunos pueden soportar a ese señor, que es como de la era de los dinosaurios. Acabo de llegar al restaurante en el que trabajo y lo primero que veo nada más entrar por la puerta es a mi jefe con cara de pocos amigos esperándome. Llego hasta donde está él y le saludo, cosa que él ignora para decirme que esta noche vienen personas muy importantes, por lo que debo estar muy atenta ya que no sabe en que momento pueden llegar. -Escúchame bien Acerina. - Dijo haciendo una pausa. - Sí por alguna razón, me da igual la que sea, esto sale mal, olvídate de volver a encontrar trabajo, porque me encargaré de que nadie te vuelva a contratar. Estos clientes son demasiado importantes, así que tú verás lo que haces, no te voy a permitir ni un solo error o ya sabes lo que pasará si me haces pasar vergüenza. Dejándome sola y un poco asustada mi jefe siguió su camino. Después de unos segundos me dirigí a cambiarme para poder empezar la jornada. Todo estaba yendo bien hasta que se escuchó la campanita de la puerta indicando que acababan de entrar nuevos clientes. Cuando miré hacia ese lugar todo mi cuerpo se paralizó. Cuatro hombres vestidos con trajes negros estaban esperando a que alguien los recibiera. Se veían bastante intimidantes pero aún así me dirigí hacia ellos para poder recibirlos. ¿Serán ellos los clientes importantes de los que me advirtió mi jefe? Dejando todos mis pensamientos de lado, les doy la bienvenida. -Buenas noches caballeros,¿tienen reserva? El más alto de los cuatro, chico con pelo largo, más o menos a la altura de los ojos, ondulado y castaño, con unos leves rasgos occidentales respondió con una voz grave que no me esperaba. -Si, está a nombre de Ian, Ian Wang. -De acuerdo, un momento por favor. - Dije y me dirigí al libro de reserva, donde efectivamente se encontraba su nombre resaltado con subrayador, lo que terminó por confirmar mis sospechas. Ellos eran las personas por las cuales me estaba jugando mi trabajo. Cuando me dispuse a volver con ellos, me encontré con la sorpresa de que ya estaban sentados y mi jefe a su lado, posiblemente haciéndoles la pelota. -Ya vieron que guapa es la camarera. - Dijo el menor. -Sí, y va a ser mía. - Contestó Atid, el segundo de los hermanos, mirando a la hermosa chica como si fuera su presa. -Alto ahí hermano, si la quieres la vas a tener que compartir, porque yo tampoco pienso dejarla escapar. - Dijo por último el tercero de ellos. Y así siguieron hasta que Acerina se acercó a tomarles nota. -Buenas, ¿que van a comer ? -A ti preciosa- pensó Ian sin quitarle ojo de encima. Después de que se fueran los últimos clientes, que por casualidad eran los hermanos, el jefe de Acerina se acercó a ella y le felicitó por su gran trabajo. -Sí mamá, estoy bien, acabo de salir del trabajo, voy camino a mi departamento. Yo también te quiero. Adiós. Y justo cuando colgó la llamada, sintió que alguien le tapaba los ojos, pero no le dió tiempo a reaccionar ya que cayó inconsciente en lo brazos de ese sujeto.