Cayendo por tu amor

Camino a toda prisa mientras trato de no derramar el café encima de mí y provocarme una quemadura de tercer grado. - Aquí tiene, señor- menciono al entrar y dejarlo sobre su escritorio. - Puedes retirarte- menciona sin prestarme atención. Hago una leve reverencia antes de salir de esa oficina. - Señorita Ross, tenemos un problema con las modelos- menciona Lara, la asistente de la jefa del departamento de las modelos. - Vamos- respondo, camino a su lado hasta el ascensor. Atender estos asuntos son normales para mí sin tener que molestar a mi jefe. Ya que en ocasiones solo quieren llamar su atención. [Me llamo Emily Ross, tengo 23 años y soy la menor de tres hermanos a los cuales solo veo en vacaciones de fin de año cuando viajo a Colorado. Mis padres murieron cuando solo tenía 14 años. Mi tía y su esposo se hicieron cargo de nosotros. Estudié administración y tomé un curso de secretariado después, lo que me ayudó pues actualmente soy la asistente de Logan McCallister. Un hombre que se abrió paso desde joven en este mundo de los negocios. Actualmente a sus 28 años posee una gran fortuna gracias a su ingenio y buen ojo para los negocios. Sin embargo, es un enamorado empedernido. Como él mismo lo llama. Yo lo llamo mujeriego. Pero, ¿es que quién se resistiría a sus encantos? La respuesta es: nadie. Incluso yo con un alto coeficiente intelectual caí en su hechizo. Claro, quién no lo haría. Si el hombre parece un actor o modelo super atractivo y sexy. Actualmente tiene novia, una con la que seguido discute pero se reconcilian a los pocos días. Cosa que odio pues soy yo quien debe mandar flores y joyas costosas para ella]. Llego al área donde están las modelos y veo que dos de ellas lucir furiosas. - Señorita Márquez, cuál es el problema- digo al acercarme con mi sonrisa formal. - Ush. Pedí ver a tu jefe. No que vinieras tú- dice con desagrado. Ella es otra victima del encanto de mi jefe. - El señor McCallister está atendiendo otros asuntos- menciono educada aunque quiera golpear a la mujer. - ¡Me da igual si está atendiendo al mismísimo presidente! Dile que venga y... - Despide a ese par, señorita Ross- todos callan al escuchar la autoritaria voz de Logan McCallister. - ¡Logan!- menciona Tania ofendida. - Y tú- la señala-, respeta a mi asistente. Su autoridad vale tanto como la mía- gira sin decir más y se marcha. Sonrío internamente. Sí, mi jefe es un maldito arrogante, egocentrico, mujeriego, pero siempre me defiende si es necesario. Salgo de aquel lugar luego de llegar a un acuerdo con las modelos. Me dirijo a mi oficina la cual está a un lado de la de él. Cuenta con una puerta que conecta las dos oficinas en caso de emergencia. Aunque hasta el momento nunca la hemos ocupado. Suena el teléfono y respondo de inmediato. - Oficina del señor McCallister. Lo atiende Emily Ross. ¿En qué lo puedo ayudar?- repito mi discurso ya ensayado de siempre. - Soy Mildred, hay una mujer en recepción que dice ser... novia del señor McCallister- informa la recepcionista. Ruedo los ojos. - Ahora voy- cuelgo y suspiro. 'Cuándo va a ser el día que no tenga que lidiar con esas mujeres' Luego de convencer a la mujer de que se fuera, regreso a mi oficina. Pero antes de entrar me habla mi jefe. - Señorita Ross, venga a mi oficina- lo miro asomado en su puerta. Asiento y me acerco. Entro y cierro la puerta. - Tengo un problema- menciona al sentarse. Sus ojos miel me observan sin emoción en ellos. - ¿Cuál es el nombre?- cuestiono buscando una hoja en mi libreta para anotarlo. - Se trata de Helena García- me detengo y suspiro antes de verlo de reojo sobre mis pestañas. 'Ahora qué habrá hecho este idiota' Pienso antes de erguir mi cuerpo de nuevo y mirarlo fijamente. . . .