Nunca entendí por que a mi querida amiga sus ingeniosos padres le pusieron por nombre Santidad. Es decir que les pasó por la mente, Hola, nunca nadie les hablo del bulling por un nombre. En fin.
Santidad es como se llama mi amiga de toda la vida y como si hubiera sido elegido para ella el nombre correcto, ella le hacía honor a su nombre. Y nunca le importó la opinión de los demás ni las burlas qué le hacían por ello.
Ya estaba acostumbrada creo o simplemente ya todo caía en saco roto.
Pero un buen día todo iba a cambiar. Ese si fue un viernes de locos, que digo un viernes, todo un fin de semana que me cambio los conceptos de mi amiga, de la vida y del amor.
Nunca olvidaré lo que me dijo la primera vez que lo vio.
El amor que Entra por los ojos no es amor.
Y así todo empezó.
Pero ese supuesto amor bonito que entró a la vida de Santi no era tan puro como supuse.
Por qué detrás de aquellos ojos azules de los que mi querida amiga se enamoró, se escondía no solo la pureza de un hombre enamorado, también podía esconderse la bajeza de un hombre obsesionado por la venganza y los errores atroces de un pasado que amenazaba con quemar y arrasar con todo a su paso.