El bebé heredero del CEO

Capítulo 1 Algo Imposible A veces creemos conocer al amor de nuestra vida, pero un simple momento puede cambiarlo todo, desde pequeña me habían dicho que alguna vez encontraría a mi alma gemela o al amor de mi vida, no tenía tiempo para pensar en ello, hasta que él llegó a mi vida, un día cualquiera, en el momento menos esperado, fui a beber un poco de jugo al  parque, fue un día muy largo, el excesivo  calor no ayudaba en los días tan calurosos de enero, todo aquel bonito recuerdo se desvaneció por completo cuando una llamada se encargó de oscurecer, y apagó la luz en donde me encontraba viviendo felizmente… —¿Aurora?. —Una voz desconocida se contacta conmigo, por alguna razón, esas palabras hacen que mi corazón comience a latir con una rapidez poco usual. —Sí, habla con ella… —Respiro con dificultad, mis presentimientos no suelen ser fallidos, y esta vez temo lo peor, la piel de mi cuerpo se eriza por completo. —Él, ha muerto, su nombre es Mauricio, lo lamento, pero estuvimos intentando contactar con un familiar, la última persona con quien habló fue con usted… —Siento como mi corazón se hace añicos. «Ahora estoy completamente sola, eso es imposible.» No quise creerlo, es el día en el cual mi bebé cumple dos meses, habíamos dicho que la temática sería  de conejos, Mauri se vería muy tierno con su pequeño disfraz, arrojé al suelo algunas de las decoraciones, mi teléfono cayó al suelo,  fui hasta la cunita de mi hijo, lo tomé en mis brazos, y de inmediato unas ganas de gritar invadieron todo mi ser, ahora sentía su cuerpecito tibio, sus ojos y su rostro son iguales a las de él, con solo verlo, no puedo evitar imaginar el rostro de su padre. ¿Por qué ahora?... ¿Por qué tuvo que morir?... —Me sentía traicionada y abandonada por el hombre a quien he amado como nunca antes pensé que podría hacerlo, me quedo perdida en mis pensamientos, aunque en realidad no estoy pensando en nada, es como si mi mente estuviese en blanco, el ruido a  mi alrededor, todo quedó en silencio e inmóvil, cuando un sonido particular finalmente pudo despertarme de aquel trance. «El llanto de mi pequeño…» ¡Sí!, mi bebé me necesita. —Lo tomé en brazos, recogí el móvil y bajé al estacionamiento, el departamento en el que nos mudamos hace poco tiempo es muy pequeño, pero tiene todas las comodidades necesarias, jamás pensé que las escaleras se verían interminables, o simplemente no deseaba ir a ese hospital y verlo… «Debo ser positiva, es probable que se trate de un error.» —Aún así preferí no llamarlo, él último mensaje con la foto del disfraz, ya no lo vio. «Bien, llegaré ahí y todo será un simple error…» —Mi hermana vive cerca del departamento, ella tiene tres hijos y un esposo con un carácter especial, por ello no quería molestarla y mucho menos incomodarla pidiendo favores, aunque esta vez en verdad la necesito… —Isa, podrías cuidar a Mauri por un rato, debo ir al hospital, al parecer Mauricio tuvo un accidente. —Definitivamente, solo debía ser un accidente, mentalice en aquella probabilidad. —¿Qué?, por supuesto hermana, ve a verlo, yo cuidaré a mi sobrino. —Sonrío apenas, no he traído mi billetera conmigo, pero en mis bolsillos llevaba algunos billetes. — Te llamaré en una hora, quiero conocer su estado de salud también. —Ella carga a Mauri, quien se había dormido, al menos el no tendría hambre por unas horas. —¡Olvidé su biberón!, aunque lo amamanté hace… —Isa me da unos empujones. — —Ya, no te preocupes. —Tras esas palabras, tomo mi celular, solo necesito verlo respirar y que todo esto quede como un mal recuerdo. «Si está herido, no es conveniente asustarlo con mi llamada, mejor iré.» Así lo hice, en unos minutos, los cuales me parecieron eternos, finalmente llegué al hospital, en la recepción me acerqué con sigilo. —Disculpe, vengo a buscar a Mauricio Maynz. ¿Me puede indicar donde se encuentra por favor?. —Mi corazón se sumergía en nostalgia, mi fe se desvanecía mientras seguía los pasos de aquella enfermera, me fije en su bata de color celeste, necesitaba no pensar en aquella llamada… —Bienvenida. ¿Es usted familiar de Mauricio Maynz?. —Otra enfermera es quien hace aquella pregunta. —Soy su prometida. —Respondo inmediatamente. — ¿Él despertará?. — Noto como ambas mujeres se miran por un corto tiempo. —Lo siento, él estuvo despierto por apenas treinta minutos aproximadamente, pero después de eso, intentamos reanimarlo, y fue imposible hacerlo, el médico quien lo asistió tuvo que ir a urgencias, pero si usted reconoce el cuerpo, podemos seguir con el proceso normal. —No logro distinguir lo que tengo alrededor, todo se veía borroso, el único hombre de quien me he enamorado ahora está en esa horrenda cama. —¿Señora?. —La enfermera de la habitación se acerca a mí, puedo sostenerme y es entonces qué logro verlo… «¡No es verdad!, esto no puede estar sucediendo…» Mis ojos rebosaban de lágrimas, me tiro sobre su cuerpo helado y extremadamente pálido, golpeo su pecho intentando despertarlo… «¡No puedes dejarme!» «¡Tú me pediste llamarlo igual que a ti!, y ahora sin más decides dejarnos solos… ¡Despierta de una vez!, esto no es gracioso…»  «Mauri sería un conejito, justo hoy…» —Las enfermeras siguieron allí, ambas expectantes y poco sorprendidas por mi reacción, tal vez estaban acostumbradas a contemplar una situación como la mía, pero para mi es una experiencia que no podía creer. Finalmente, me rindo, apoyo la mitad de mi cuerpo sobre el suyo, mis lágrimas empapan esa bata fría que llevaba puesta… —Señora, veo que lo ha reconocido, debemos llevar a cabo el protocolo, quisiera explicarle las causas del descenso. —Ahora un policía, o algún fiscal, eso ya no me interesa. —Y bien, ahora no creo que eso importe mucho, él se ha ido. ¿Quién fue?, al menos el causante de esta desgracia debe estar tras las rejas. —Tomo la camisa del hombre trajeado que tenía enfrente, necesito a un culpable. ¿Por qué?. —Fue un accidente, su prometido quiso cruzar una calle y entonces, un motociclista se atravesó, seguimos buscando, pero el biciclo no traía algún tipo de identificador, el médico dejó el reporte de que no sobreviviría. Lo lamento señora. —¿Lo lamenta?... «¿Puede la felicidad ser tan fugaz?» —Unos recuerdos invadieron mi mente, sentía como mis manos se congelaban, aunque no hacía frío… Flashback… Aurora Solo faltaba unos pocos días para que dé a luz, no había decidido cómo nombrar a mi bebito, tenía demasiados posibles nombres, los cuales deseaba combinar… —¿Aurora?, he tenido sueños extraños últimamente, pienso que tal vez sean una señal. —Mauricio es un hombre muy alegre, siempre tenía algo positivo en mente. —A ver… ¿De qué trataba?, de nuevo soñaste con nuestro hijo… —Cuando lo conocí, él decía que no tenía familia, su deseo más profundo consiste en sanar las heridas de su pasado, pocas veces conversamos al respecto. —Quiero que lo llamemos como a mí, que lleve mi nombre, te  he dicho que te encargues de eso, pero sería divertido llamarlo igual, puede ser ¿Mauri?, así lo diferenciamos. —Su sonrisa contagiosa logra hacerme sonreír. —Bueno, es un sueño repetitivo, lo veo correr felizmente y lo llamo Mauri. —¡Eres un tramposo!, eso lo estás inventando. —Un beso tierno en mi vientre es suficiente como para lograr convencerme. —Eres la mujer más dulce y hermosa a quien he conocido, prometo que no dejaré que nunca les falte nada, siempre vivirán con tranquilidad, sin preocupaciones, tú podrás terminar tus estudios, y seremos felices para siempre. —Adoraba cada una de sus palabras, aunque nos conocimos hace poco tiempo, sentía como si pasamos una eternidad juntos… — Solo dame un poco más de tiempo, y entonces creerás en mí… —¡De acuerdo!, confío en ti…. —Respondo sin titubear, el siempre lo mencionaba, decía que en un día tranquilo debíamos conversar sobre su familia, sabía el efecto de aquel tema en él, por ello prefería no insistir Fin del Flashback… —Oficial, solo deme un momento, por favor, no logro pensar con claridad, pero pronto llamaré a alguien, y veré la manera de…. —El hombre me interrumpe. — —Lo siento, señora, pero nuestra prioridad consistía en reconocer el cuerpo, ya se han encargado de todo. —No logro comprender, Mauricio dijo que dejó atrás a su familia, los mencionaba a veces, y siempre cambiaba de tema, se alejó porque lo habían engañado intentando manipular, pero él quiso hacer su vida lejos… Al menos eso decía. —Es imposible, solo me han contactado a mí, yo no he hablado con nadie sobre nada… —El oficial me acerca a una banca. «¿Alguien se encargó de todo?, eso es imposible…» —Sin intenciones de continuar con aquel absurdo, mi mente y mi cuerpo decidieron rendirse. ¿Está apresurado en realizar los trámites?. — Cuando el oficial y las enfermeras salieron, cerré la puerta por dentro…