Verdadero Amor

(JADEN WALKER) Hoy es el último día de clases, al fin las vacaciones de fin de año llegaron, y me siento entusiasmado porque no falta nada para que nuestro almuerzo de celebración comience; inclusive ya tengo en mente el listado con todo lo que vamos hacer hoy. Primero iremos al concierto de una banda de rock, luego nos iremos a la casa de playa, iremos a la fiesta élite de todos los años para regresar a la pijamada en la cabaña al lado de la piscina, todo un fin de semana, jugar videojuegos en la pantalla de la sala de cine y comer la mejor pizza del mundo hecha por Juanita, nuestra nana. Es el plan perfecto que venimos haciendo desde los trece años, hace dos años con exactitud y es fascinante porque en las fiestas élite hay presentaciones privadas de artistas de renombre; diversión que mi hermano no aprueba porque no confía en las personas que van a la fiesta, yo creo que es un exagerado. Yo estoy entusiasmado porque este año va a ser increíble porque se va presentar mi banda favorita Boo Vampires, una banda de rock que es la favorita de muchos y popular en la escuela, creo que es la favorita de Hannah. Estas vacaciones serán mucho mejor que las del año pasado que se presentó Loli Molina, la cantante más famosa del mundo, favorita de mis amigos. Además, que estoy fascinado porque voy a invitar a Hannah Wright, la más bonita de la escuela y la chica que me gusta desde que somos unos niños. Llevo mucho tiempo enamorada de ella. Jalex cree que debo hacer algo ya, pero no estoy seguro de si quiero hacerlo, tengo miedo a ser rechazado, sé que otros están detrás de ella y muchos de esos, son mejores que yo; pero este año va ser diferente, porque ya tengo quince años y la invitaré a la fiesta élite. —J, ¿me escuchaste? Alzó la mirada de la pantalla de mi teléfono hacia mi mejor amiga que tiene un gesto de pocos amigos, con esa irritación que me da ganas de esconderme porque un fuerte golpe estará yendo directo a mi cara o alguna otra parte de mi cuerpo. Alice es un poco violenta desde que somos niños, también lo es Malika, su hermana y creo que lo es porque debe defenderse de ella. Exhaló un suspiro antes de alzar una ceja, aún con mis ojos clavados en su frustrado rostro lleno de pecas. Edward cree que es adorable, pero yo creo que es un cielo pálido y estrellado. —Oye, ¿me escuchaste? —alzó la mirada de la pantalla de mi teléfono hacia ella—. Te estoy hablando. —Sí, ya te escuché. En realidad, no escuché, pero si lo dijera, estaría aún más molesta. —Entonces, ¿qué te dije? Caramba, no lo sé. ¿Ahora qué le digo? —Eh… Ya no recuerdo —vuelvo mi atención al teléfono para enviar el mensaje antes de guardarlo—, le escribí a Thomas para que nos venga a recoger. —¿Vez? No me das atención, Jaden. —No es cierto —replicó—, dijiste algo de… —No voy a poder ir con ustedes. —¿Qué? ¡Alice, no! Me estás bromeando, ¿verdad? —¿Estás jugando conmigo? — Ahora el enojo está en mí, y cuando yo me enojo los papeles intercambian, pero no porque la golpee, si no, porque grito mucho. — Hoy tenemos un almuerzo con los chicos. ¿Cómo no vas a venir? —Jaden... Los siento —gruñó al sentir su empujón forzado a ser un abrazo—. No es mi intención. —Ya, claro, solo estás cancelando nuestros planes. —No es cierto, no digas eso. Toma mis manos, pero yo me suelto de ella con brusquedad. Alzó ambas palmas, me niego a estar cerca de ella. —Jaden, no puedo ir por esta vez. —Como quieras, Alice. —Nos va buscar mi madre porque vamos a viajar a la casa de mi abuela para estas vacaciones. —¿Qué? —Mi mamá me aviso esta mañana... No le basta con darme una mala noticia para darme otra peor, no lo puedo creer, esto es horrible. Mis gestos cambiaron de sorpresa, a indignación porque no nos dijo ni una sola palabra antes, ni en el receso, ni al iniciar clases. Malika fue la primera que se acercó a nosotros, pasando el brazo por mis hombros, pero pronto me zafe pronto para caminar lejos de Edward y Jalex que se acercaban con gestos confundidos. —¿Qué está pasando? —¿Jaden? Alcé la mano para silenciar a Edward que era detenido por mi gemelo que fue hacia mí para apretar mis hombros y apoyarse, haciéndome saber que está conmigo, pero yo no quiero eso, solo la quiero estrangular. —Que te diga ella —señaló a Alice con el ceño fruncido—, no va asistir a nuestro almuerzo. —¿Cómo qué no? —¿No les has dicho, Alice? De inmediato intercalo miradas entre Alice, Malika, que no tarda en llegar al lado de Jalex y Edward. Al ver a cada uno descubrí que ninguno lo sabía más que las hermanas Spencer. Alice observó a su hermana con un gesto desagradable, como si deseará matarla y estaba seguro que lo haría si pudiera, pero Malika es mayor por casi dos años. —Cállate, Mal. —Oh, no, que nos cuente —exijo con un gesto de desaprobación. —No, se supone que debiste decirles ayer. —¿Ayer? —alzó la voz—. ¿Ayer? Pero si ayer elegiste donde vamos a almorzar. —Creí que tendríamos tiempo, J. Mi gemelo aprieta mi hombro para retenerme, pero volví a mirarlo con un gesto negativo y él se limitó a decirme que me calmará en un susurro muy bajito, a lo que ignoré. —¿Y lo tienen? —pregunté en un gesto burlón—. No mientas Alice. —No. Me volví a Malika intercalando mirada con su hermana, porque deseo descubrir el porque nos mintieron, o en todo caso porque no nos dijeron antes. Malika también participa en nuestro grupo, debió saber que no nos dijo. —Mi mamá nos dijo esta mañana que nos vamos después del almuerzo, y que nos va a recoger para un almuerzo con ellos. —Si porque pasaremos las vacaciones en casa de nuestros abuelos, posiblemente todas las vacaciones. Observó a Alice, que completa la oración de su hermana. La mayoría de las veces se me hace divertido porque se parecen a nosotros, pero hoy no, hoy estoy muy enojado. —Lo siento chicos, de verdad. —Sí, lo sentimos. Pero, crearon los planes con nosotros. Al menos Alice, ¿por qué no nos dijeron antes? —No, lo siento nada —alzo la voz—. Si ustedes sabían, ¿por qué no nos dijeron antes? Ya hice reservaciones y nos dieron permiso. —Porque queríamos ir. No me basta las palabras de Alice. —Está bien, Ali Observo a mi gemelo que toma mi mano para compartir mi enojo, pero me suelto. —Lo entendemos. —Sí, está bien. —¿De verdad está bien? —niego—. ¡Claro que no está bien! Y no lo entiendo. No estoy de acuerdo con ellos y parecía no importarles porque me ignoraron porque Alice se puso a llorar. Soy yo a quien deberían de consolar, no a ella. —Lo siento, Jaden. Observó a Malika y muevo la cabeza en negativa, dando la espalda para irme porque me di cuenta que no existo para ellos y no lo voy a permitir, quiero patear cosas, pero sigo caminando hacia el estacionamiento, rogando que llegue ya Thomas porque me quiero ir a casa. No quiero estar cerca de ellos, me siento traicionado, incomprendido. —¡Jad! Ay, no. Siento más cerca de Malika, pero no paro, sigo avanzando. —¡Jaden! Y ahora Edward, no me voy a detener. Al fin está llegando Thomas en la camioneta negra que se detiene justo frente a mí, al revisar que, si es, acelero mis pasos. —Jaden, ven, por favor. ¡Jalex, basta! —¡Jaden, basta! Me detengo pisando fuerte para volverme, pero una de las hermanas Spencer me alcanzó porque se trepó a mi espalda, no tengo la mínima idea si es Alice o Malika, solo sé que me está ahorcando al tenerme del cuello, me tenía preso como un koala a un árbol, y sospecho que es Alice por lo brusca, pero me confunde cuando me da besos en la mejilla porque la cariñosa es Malika. No me importa, solo me muevo para sacármela de encima, pero parece no ser posible. —Malika, bájate de mi espalda.