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Mestizo

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Blurb

Aukan conocido en el pueblo como el "Mestizo" por su aspecto exótico, no está interesado en busca del romance, cree fervientemente en guardarse para la indicada y siente que no hay indicada, hasta que llega una mujer, escapando se su ex esposo con una hija pequeña a cuesta y temores que la carcomen...

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Capítulo 1
Lore. —¿Dónde estás puta?. —me aprieto más en el rincón tapándole la boca a Tisci que está temblando de miedo—. LORENA LA PUTA MADRE ¿DÓNDE ESTÁS?. —mis lágrimas salen pero no hago ni un ruido—. Cuando te agarré te voy hacer mierda vas a ver. Pasa mucho en que no oigo nada pero no me atrevo a salir, ya me lo ha hecho muchas veces que se esconde en silencio esperando a que salga, luego yo salía confiada en que por fin se había ido y me agarraba de atrás dándome la paliza de mi vida dejándome en cama por muchos dias con a penas poder ir al baño y atender a mi hija, porque no me dejaba comida para poder recuperarme, literalmente me está matando de a poco. Salgo en silencio cuando escucho su auto alejarse, miro por la ventana y si, se está yendo al fin a trabajar y debo apurarme porque seguro que a penas marque su entrada viene a partirme la cara mientras su compañera y amante lo espera como si nada y orgullosa de lo que el hombre que tiene al lado me hace y se cree que a ella jamás se lo va a hacer, agarro la mochila que dejé armada debajo de la cuna de Tisciana y bajo corriendo, voy a la oficina de él y sacó toda la plata que encuentro y ahí al fin salgo de la casa. —¿Yoni?. —¿Ya saliste? Lo vi salir. —Si... Estoy yendo a donde quedamos. —Bien... Espero. —camino lo más apurada posible y mirando como loca para todos lados, tiro el celu antes de subirme a la camioneta—. Dale dale. —Ya... Arranca. —nos recuesto en los asientos traceros así nadie nos ve, me muerdo las uñas porque maneja en silencio—. ¿Está todo bien?. —Si, ¿Pudiste sacar todo?. —Si... Y le robé toda la plata que tenía. —¿Cuánto?. —No sé cuánto es pero creo que va a servir por un buen tiempo. —Bien... Porque me va a estar vigilando y no sé si voy a poder mandarte plata. —Nos la vamos a arreglar. —Bien. —sólo lo veo de perfil que está muy tenso. —Ahi está la chica que te va a llevar. —bajamos y veo a una mujer de mediana edad en una camioneta—. Toma. —me da un sobre asintiendo—. Son papeles nuevos y algo más de plata... Van a ir a un pueblo que queda muy lejos pero vas a estar segura y espero... Espero de verdad Lore que no vuelvas más. —No voy a volver. —Bien. —nos damos un abrazo con fuerza—. Espero te vaya bien y cuando pueda voy a verte, no quiero que vengas yo voy. —Ya lo sé y mil... Mil gracias. —Eres mi hermanita. ............................... Me siento en el colchón asustadizima mirando hacia la ventana donde oí ruidos de un auto como el de él, miro a mi hija que duerme tranquila pero yo no lo estoy, gateando voy hacia la ventana y miro hacia afuera, me vine a un pueblo que ni siquiera sale en el mapa y a casi un día de viaje de donde estaba, no puede encontrarme, no debe encontrarme. Alzo la cabeza un poco viendo que no es nada más que la gente yendo a sus trabajos como cada mañana, suspiro apoyando la espalda en la pared tapándome la cara, esto no es vida, no es para nada vivir, hace cinco meses que escapé de él, mi hermano me ayudó a cambiarme el apellido al de mi mamá así se le dificulta más el buscarme y pude cambiar los datos de mi diploma y puedo trabajar de lo que estudié y que él me prohibió. —¿Mami?. —voy con mi hija que se está despertando. —Hola mi amor. —la agarro en brazos besándola—. ¿Te despertaste bien?. —asiente sonriendo. —Eche. —Bueno... Primero vamos a darnos un bañito y ahí desayunamos. La dejo sentadita en la cama y gateando voy hacia la mochila que tenemos con ropa, busco su ropita y los pañales, aún no puedo sacarselos donde del miedo se hacía encima en todo momento y aún tiene esos recuerdos, se despierta muy asustada, grita con fuerza y desesperada, me cuesta mucho calmarla y me siento tan culpable de eso, del terror que le generé por no abrir los ojos a tiempo y salirme cuando tuve la oportunidad. Sentadas en el suelo sobre una manta desayunamos, es mi último día de no hacer nada y estoy más que feliz porque mañana ya comienzo a trabajar en la escuela, soy maestra jardinera y solo pude ejercer la profesión unos meses donde me embaracé en mi último año de facultad y tuve a Tisciana cinco meses después de recibirme y ya estaba viviendo abusada y golpeada, con veinticuatro años y sintiendo que mi vida ya había terminado, que cuando él quisiera me pegaba un tiro en medio de la cabeza como me amenazaba debes en cuando poniendo el arma en mi frente afirmando sus amenazas. —¿Vamo pashial?. —Siii.. Vamos a ir comprar unas cositas que nos faltan. —Siiii. —sonrío viéndola alzar los brazos feliz de salir, siempre me pide salir a pasear pero por miedo no salgo mucho, hasta saco la basura en las noches, nos cambio y salgo a hacer las compras. —Buenas vecina. —miro a la señora sonriendo. —¿Cómo está usted?. —Bien... Que bueno verlas, se la pasan encerradas muchachas. —Nos estamos adaptando. —Tisci camina delante mio pero agarra piedritas y florcitas que se cruza por eso puedo parar un poco, se ríe con ganas donde al fin sale de la casa a tomar aire frezco. —Mas hermosa que es tu princesa. —Gracias... Es más bicha. —Se nota de lejos que es una pícara de primera. —se agacha cuando le lleva una flor. —Fol paaa ti. —Gracias mi amor... Que bella que eres princesa. —Gacia. —Dile chao a la vecina hija que debemos ir a buscar comida o no vamos a comer nada. —Si... Aguios bulijgtio. —¿Qué dijo?. —No tengo la menor idea. —las dos nos reímos—. Todos dicen que las mamás entienden pero yo no... Muchas veces si no me apunta no tengo idea de que quiere. —A mi me pasaba igual no te sientas mal. —TISCI ESPERA NO CORRAS. —salgo corriendo atrás de ella y alzo la mano—. NOS VEMOS VECI... OTRO DÍA HABLAMOS BIEN. La alcanzo a agarrar pero ahí estoy un buen rato también por que no sé con qué se entretiene, pero como no la saco nunca me agacho con ella a jugar a lo que sea que juegue o la entretenga porque eso me sorprende mucho, ya que puedes tener trato con niños como yo que me creía que me las sabía todas con los niños por eso estudié está profesión, pero cuando fui mamá me di cuenta que no sabia nada de los niños y como cuidarlos, con mi niña estoy aprendiendo y cada cosa es más emocionante que la anterior y si que las disfruto, es como que soy una niña más con ella porque si me muestra una piedrita que la sorprende a mi me sorprende el doble, y si me la regala la dejo de adorno, bueno, ahora no tengo muebles pero cuando los tenga las voy a poner por todos lados demostrando que mi bella hija me ama al regalarme algo y que elige las mejores piedras que existen. —Hola buenos días. —un poco más la tengo que entrarla a la rastra a la tienda—. Vamos hija no puedes quedarte solita, debes entrar. —Jodida la chicuela. —me río por lo que dice la chica. —Mas que jodida desobendiente. —cuando ve los estantes de libros y pelis se va ahí y suspiro—. No toca nada sólo mira por suerte. —Es una niña no pasa nada... Con todos los sobrinos que tengo ya ni miro que es lo que hacen. —¿Tienes muchos?. —agarro un canasto así voy a buscar lo que me falta. —Muchos. —Mami papá dice que le llevemos unas frutas para hacer licuado. —recién ahí veo a unos nenes sentados haciendo tarea parece. —¿Qué haces con el celular cuando te mandé a que terminen eso?. —Solo lo leí. —Mami llegué. —Laymiiiii. —sonrío cuando un nene de unos cuatro sale de atrás del mostrador a darle un abrazo al recién llegado. —¿Viniste solo hijo?. —No... Aukan me trajo. —¿Y dónde está que no entra?. —cuando oigo el, ¿dónde está?, recuerdo que no sé donde esta mi hija, paso por los estantes mirando y no la encuentro. —Disculpame pero no encuentro a mi hija... ¿No se metió detrás del mostrador por las dudas?. —No... Debe estar escondida por los estantes. —sale de atrás del mostrador y tiro el canasto al suelo sin que me importe, me importa mi hija no más. —TISCI HIJA ¿DÓNDE ESTAS?. ***** Aukan. —Hola. —me pongo en cuclillas delante de la nena que está agachadita mirando unas piedras—. ¿Cómo te llamas?. —Bishi. —Bueno Bishi... Tu mami te debe estar buscando ya que eres muy chiquita. —sonríe mostrándome todos sus dientitos—. Ven conmigo Bishi... Vamos a buscar a tu mamá. —Si. Me deja muy sorprendido que como si nada viene a mis brazos, ósea, he visto muchos chicos y mis primos que si un extraño les dice veni no van, menos cuando son tan chiquitos como está bebé, sin embargo le dije ven y vino con los brazos abiertos como si me conociera de toda la vida y me tuviera plena confianza. La analizo bien viendo que no es una criatura descuidada, su ropa en perfecto estado, perfumada y un peinado parecidos a los que le hacia mi mamá a Elu cuando era chiquita y la llevaba al primario, porque cuando comenzó el secundario no dejó que la siga peinando, ahí sola se empezó a arreglar, pero volviendo a la nena en mis brazos que me habla sin parar y que no le entiendo nada, descarto el pensamiento de que los padres son unos incompetentes a que se han descuidado dos segundos y la pajarita está se les escapó, porque está en la edad en donde te descuidas dos segundos y ya se las mandan. —TISCI... TISCI DON... —una mujer sale del almacén a los gritos pero queda de piedra al verme con la nena en brazos. —Mamiiii. —Hija. —corre hacia mi estirando los brazos y la agarra apretandola— Dios santo hija que susto me hiciste dar. —miro a mi tía Jaz salir del almacén y la mira fijo, no conozco a está chica, debe ser nueva en el pueblo—. ¿Tú me la sacaste? ¿Qué le ibas a hacer a mi hija?. —¿Eh?. —se aleja acercándose a mi tía con cara de pánico. —No me van a sacar a mi hija. —Calmate un poco. —Jaz la intenta calmar pero no logra nada. —No... No me la van a sacar, sobre mi cadáver. —¿Qué te pasa loca? Encontré a la nena sola jugando y la llevaba a la comisaría. —No te creo. —Pues no me creas pero a ver si abres los ojos y dejas de ser una descuidada con tu hija. —deja de llorar de la nada. —Aukan no. —¿No qué?. —sacudo la mano negando—. Me viene a tratar de abusador que se cree... Ella es la irresponsable, que presté más ojo y pregunte antes de andar haciendo acusaciones que nada que ver. —No es el momento hijo entiendela. —la miro y si, tiene razón, está muy asustada, no es el momento para nada—. Ven conmigo te voy a dar agua. —Si. —entran al almacén y yo atrás porque mi abuela me pidió que le lleve unas cosas. —Sientate... Raymi trae agua hijo. —Si. —la miro que no para de temblar, se toma dos vasos de agua y ahí se va calmando. —¿Estas mejor?. —Si gracias. —me pega unas miradas avergonzada. —Voy por unas cosas que la mami me pidió. —¿Puedo irme contigo? El papi me dijo que me quería enseñar a domar un caballo. —No Raymi, mañana tienes escuela. —Lo traigo a la noche. —meto un par de cosas a la canasta—. Tengo turno nocturno ahí lo traigo. —Bueno... Lleva las cosas así haces la tarea... Le voy a escribir a la abuela de que te mire la carpeta. —La mami es muy estricta mamá. —Pues le haces caso porque la abuela te va a dar con en cinto ya te dijo que si no te ponías las pilas te las iba a agarrar con el cinto. —Esta bien. —termino de poner todo en el canasto y ahí voy al mostrador. —¿Van a cocinar algo?. —No tengo idea la verdad. —saco las cosas medio enojado donde lo que dijo esa mujer me enfureció—. Sólo me dio la lista de lo que le lleve... Estaba tía Meli, y More estaba llegando recién. —Las malditas esas seguro que se van a juntar y ni me avisaron. —Si te avisaron mami... Mandaron mensaje. —miro a Mawunko mostrarle el celular. —¡A ver!. —revisa el celular y le da un golpe al nene—. Te dije que no me agarres el celu, me mandaron mensaje hace rato... Que pibe, le voy a decir a tu papá que te castigue. —Noooo mami no sea mala. —Ya me cansaste, ahora vas a ver cuando venga. —Bueno me tengo que ir. —le pago y miro a Raymi—. Vamos amigo que la mami nos mata donde tardamos tanto. —Si... Chao ma nos vemos después. —Chao amor... Después vamos seguro. Paso toda la tarde pensando en lo que pasó con esa chica, más bien enojandome cada vez más, entiendo que no me conoce ni sabe quién soy ni como soy pero, debió preguntar primero no decirme a la primera que quería abusar de su hija, ¡una bebé por Dios Santo!, sé que hay enfermos de mierda que hacen eso y habrían visto un blanco perfecto en esa pobre bebé indefensa que sólo se estaba divirtiendo con las piedras, pero yo no, mierda si sólo es una bebé, los enfermos sólo ven algo deseoso en los nenes yo no, y eso sí que me molestó y mucho, porque dio por hecho algo que jamás en la vida haría. Subo a ponerme mi uniforme cuando ya veo que no alcanzo a comer donde recién están empezando a cocinar, voy a tener que pasar a comprar una vianda o unas galletitas al menos porque toda la noche no voy a aguantar sin ingerir nada sólido. —¿Ya te vas?. —Entro a las diez ma... Siempre la misma pregunta. —Bueno te estaba preguntando, creí que ya salías de franco. —Es mi última noche. —¿Pasó algo? Desde que fuiste por el mandado que estas raro. —Pasa que lo acusaron de algo muy feo. —negando por lo que dice mi tía Jaz agarro el termo y caliento agua para llevarme y hacerme un té en la noche cuando ya me da sueño. —¿Qué pasó?. —Una chica fue al almacén y de golpe se le perdió la nena... Cuando salimos afuera Aukan la traía en brazos y ella lo acusó de que la quería... —todos la miran al hablar, mueve las manos como diciendo, "saben lo que sigue no me hagan decirlo" pero ninguno hace nada. —¿Quería qué?. —habla mi papá. —Violarla papá... Eso me dijo, que seguro quería abusar de esa bebé... Loca de mierda. —agarro unos saquitos de té y lleno el termo de agua hirviendo—. ¿Qué se cree?, al menos debería haber preguntado que donde la había encontrado... La nena muy jugando con piedras y ella comprando lo mas bien. —¿Pero como va a decir eso?. —me giro cuando habla mi abuela y todos me están mirando. —Lo mismo digo... Iba a llevarla al almacén a ver si alguien la reconocía y después a la comisaría pero dedujo simplemente que iba abusar de esa criatura... Mierda que me llega a dar asco. —¿Como no tenerlo hijo?. —mi abuelo habla muy indignado—. Que cosa aberrante que te acusen de algo así. —Bueno... Quiero olvidarlo y despejarme ya está. —Tienes razón. —miro la hora viendo que ya debería estar en camino. —Ya me voy... El tío ya debe querer salir y yo no llego más... Nos vemos y guardenme que mañana llego con mucha hambre. —Aukan... Antes de venir llevé comida porque sabía que no alcanzas a comer. —Gracias tía te amo. —¡Ay si!. —dice Meli—. Te amo tía le dice. —A ti también pesada... Chao mami te amo... Mamá. —Ya acompaño hijo. —salgo con mi mamá abrazada, vamos a la camioneta de mi papá que es la que uso—. Olvida eso hijo... Si, fue muy fea la situación, olvidala no eres un enfermo hijo. —Lo sé mami. —le doy un beso en la mejilla—. En la noche me calmo y mañana ya voy a estar bien de nuevo. —Esta bien... Te amo hijo, cuidate intenta de no usar esa arma. —Tranquila... Ve así ayudas o después dicen que no haces nada. —me río con ganas y me da un golpe. —No te pases pibe. —veo unas luces a lo lejos venir. —Debe ser Likan... Bueno me voy o el tío me caga a palos. —me voy y a mitad de camino me encuentro a Likan que me hace señas de luces para que pare—. ¡Que honda loco!. —nos damos la mano desde los vehículos—. Hola Luci. —Buenas... Pucha no vas a comer con todos. —Mi última noche y dos semanas voy a estar... Me voy o llego tarde. —Te llevo comida después. —Uuu dale porque me iban a guardar pero si me llevas mejor. —Dale te llevamos. —Nos vemos... Chao preciosa. —Chao Au. —manejo lo mas rápido posible, cuando llego mi tío Leo está afuera cruzado de brazos esperando a que lo releve. —Llegué... Perdón pero se me pasó la hora. —No pasa nada hijo. —me da un abrazo y entramos a la comisaría—. La otra semana me toca de noche y siempre me haces el aguante, yo también puedo hacerlo. —Si, pero tienes hijos y yo no. —firmo mi entrada y él la salida—. Te debes querer ir rajando. —No te das una idea. —dejo lo que traje en el escritorio—. Cuando estés por rendir avísanos y con Fede te cubrimos así estudias tranquilo. —Me gustan las noches porque las uso para estudiar más, pero si necesito te aviso. —me suena mi celular y es mi papá—. ¿Pa?. _¿Estas manejando?. —No no... Ya llegué estaba por escribirte. —Dale... Mándame mensajes o no me quedo tranquilo. —Ya sé... Nos vemos. —Dale. —corto y le doy la mano. —Ve no te quedes más... Nos vemos mañana. —Cuidate... Fede va a dar unas vueltas. —Dale. . . 1° Insegura "letras rojas" 2° Insegura "letras azules" 3° Tentación. 4° Inesperado. 5° Inocencia. 6° Lecciones. 7° Aprendiendo. 8° Confiando. 9° Miradas. 10° Mi Rebelde. 11° Indomable. 12° Antu. 13° Arreglado. 14° Mestizo. ■ 15° El Indio.

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