bc

Condenado a amarte

book_age18+
824
FOLLOW
3.9K
READ
one-night stand
HE
arrogant
mafia
drama
surrender
stubborn
villain
like
intro-logo
Blurb

Aron Pierce es un hombre, atractivo, inteligente, de 30 años de edad, que vive envuelto en problemas de apuestas de juegos, pero llega a su vida su salvación o su condena, Gabriela Cepeda, una mujer hermosa, independiente, decidida, trabajadora, de origen humilde, que le hará una propuesta peculiar, aunque todo cambia cuando ambos creen que son parte del pasado del otro, sin embargo el destino les tiene preparado algo diferente, dejándolos en una encrucijada entre la vida y la muerte, convirtiéndose en una condena su amor. ¿Lograrán estar juntos? Descúbrelo conmigo.

Obra registrada en Safe Creative, se prohíbe su reproducción total o parcial

chap-preview
Free preview
¿Mi salvación o mi condena?
Actualidad Atlanta Aron A mis 30 años de edad debería ser como el típico hombre, tener un buen empleo, una esposa hermosa y una casa llena de niños, pero está muy lejos de la realidad, porque soy un desastre, no tengo ni el empleo ideal, mucho menos una mujer con quien compartir mi vida, por una simple razón, sufro de un terrible vicio, me encanta jugar al póker, soy muy bueno con las cartas, incluso he ganado unos cuantos campeonatos, claro que también he perdido miles de dólares apostando, y ese es un gran problema que no puedo controlar, al punto de pasar días metido en los casinos de la ciudad, como hoy que llevo horas queriendo recuperarme, sin despegar mis ojos de cada carta que voltea el crupier esperando que cuando sea mi turno llegue mi salvación, porque de lo contrario seré hombre muerto, pues atrás de mi espalda tengo a dos matones esperándome para ajustar cuentas conmigo, más en un segundo es mi hora, miro mi juego y solo tengo un par de dos y una reina, en un instante el sujeto gira la última carta. ¡Carajos! Es un maldito tres y un siete, no tengo nada, en cambio la casa ganó, en tanto me llevo las manos al rostro sintiéndome impotente, con rabia, con el alma en el piso, sabiendo que estos imbéciles me van a moler a golpes me repite mi interior. –¡Pierce! El jefe canceló tu línea de crédito con el casino, así que desocupa el puesto, ¡Vamos levántate! o ¿Prefieres que te mostremos la salida? –dice Luke el supervisor del casino. –Luke, dile a tu gente que no se atreva a ponerme las manos encima, porque conozco mejor que nadie la salida– refuto dándole una mirada asesina. –Pierce no me fastidies, porque no estás en posición de hacerlo, además voy a darte un recordatorio. Muchachos muéstrenle a nuestro amigo la cordialidad de la gente del casino imperio– vocifera a mi rostro clavándome sus ojos, mientras sus matones me agarran por los brazos. Los matones me arrastran por el vestíbulo del casino, llegando a un pasillo que comunica con la parte trasera del lugar, donde abren la primera puerta y comienza mi tortura, soy objeto del castigo de sus puños sin forma de escapar, pues uno de ellos me tiene agarrado por los brazos, sintiendo que cada vez es más intenso el dolor en mi rostro, incluso corre la sangre por mi nariz, aunque a ellos no les interesa, porque continúan golpeándome sin tregua, a pesar de verlos cansados, con sus respiraciones agitadas. –Sigan golpeándome, vamos o ¿No tienen más? Cierto, recordé que son las putitas de Luke, y no son capaces de hacer bien su trabajo– los provoco con mi boca llena de sangre. –¡Escúchame bien imbécil! Ganas no me faltan para matarte, pero el jefe quiere devuelta su dinero, tienes 72 horas para conseguirlo, porque de lo contrario, iremos a buscarte a tu casa, ¿Te quedo claro el mensaje? –replica uno de los matones sujetándome de los pelos y asiento. –Ricky dejemos esta basura en la calle– escucho al imbécil hablarle al compañero para volverme a arrastrar. Al día siguiente No tengo idea como llegué a mi departamento, pero lo hice casi arrastrándome, aunque hubiera sido preferible buscar un hospital, porque me duele cada parte de mi cuerpo, igual para mis problemas esa no es la solución, pues no podía darme el lujo de estar en la cama de un hospital esperando que por arte de magia desaparezcan mis deudas. Sin embargo, por ahora me tomé unos cuantos calmantes y me puse una bolsa de hielo en el rostro para bajar la inflamación, más en medio de mi labor golpean la puerta con insistencia. Los matones no creo que sean, ellos no tocarían la puerta, todo lo contrario, la derrumbarían me repite mi interior mientras camino a averiguar quién me visita. –¡Escuché el timbre! Dejen de presionar el maldito botón– grito cuando vuelvo a escuchar la puerta, sin dejar de caminar hasta que abro. –¡Rayos! Aron esta vez te dejaron hecho trapo, mírate la cara llena de moretones, ¿Cuánto dinero perdiste? –dice mi amigo mirándome de pies a cabeza. –Hola Travis, exageras no estoy tan mal, pero tengo que conseguir US$ 15.000 dólares en 72 horas o terminarán el trabajo, ¿Conocerás a alguien que me preste esa suma? O ¿Tendrás algún familiar rico que le sobre dinero? –repito mientras ingresa al interior del departamento. –Aron si tuviera un familiar rico hace rato hubiera dejado la porquería de trabajo que tengo, y lamento decirte que tampoco conozco a nadie que preste ese dinero sin dejar algo en respaldo, pero tal vez pueda ayudarte a conseguirlo– comenta dejándome con el rostro pensativo. –No pienso asaltar un banco si tienes esa idea en mente, por más desesperado que me encuentre…– rebato con mi voz llena de malestar. –¡Déjate de tonterías! Te tengo una propuesta que no podrás rehusar. Te voy a ilustrar querido amigo, como sabes en el país existen miles de personas ilegales, sin residencia, sin papeles, y como tal pagan buen dinero por ayudarlos. El punto sería, casarte con alguna mujer desesperada por obtener la residencia, y resuelves tus problemas de dinero– relata pasando su brazo por encima de mi hombro hablando con un tono de misterio, para terminar, haciendo una propuesta. –Jaja, jaja, jaja, es buenísima la broma, porque ni en sueños me caso con cualquier mujer, no estoy tan desesperado para cometer semejante locura, no lo pienso hacer. Travis ¡Gracias por ayudarme! –me rio a carcajadas, para terminar, hablando con un tono de sarcasmo. –Aron no es ninguna broma, hablo muy en serio y puedo buscar la candidata para que se convierta en la futura señora Pierce, ¿Qué opinas? –sentencia con un tono muy formal y lo miro con el rostro desencajado. –¡No! ¡No! Porque encontraré quién me facilite el dinero y se acabarán mis problemas, ya lo verás– refuto con firmeza y él niega con la cabeza. Gabriela Desde pequeña vivía soñando con la tierra prometida, con el sueño americano, donde te dibujan maravillas de este país, pero ha sido un calvario constante mi vida en Estados Unidos, desde cruzar la frontera para que no me atrapen los oficiales de migraciones, hasta conseguir un trabajo decente, porque lo primero que te ofrecen es prostituirte o limpiar las casas de algún ricachón, aunque se podría decir que corrí con suerte, trabajo en una cafetería sirviendo las mesas, no es mucha la paga, igual he guardado cada centavo ganado y tengo una suma considerable. Sin embargo, a pesar de romperme el lomo trabajando no he podido conseguir la residencia y ese sigue siendo mi preocupación más grande, pues no quiero ser deportada, además con mi esfuerzo ayudo a mi familia en mi país, lo cierto es que vivo en zozobra, incluso mi jefe me ha advertido que debo conseguir mis papeles, de lo contrario me dejara en la calle. En fin, hoy es de esos días que la cafetería está repleta con muchos clientes, dejando buenas propinas mientras les sirvo sus pedidos, aunque soy sacada de mi labor por la voz de mi amiga Lucía. –Gabriela parece que hoy es un buen día para las propinas, lo malo es que andan de nuevo rondando por el sector los oficiales de migración. ¿Has podido hablar con el tipo que te recomendaron? –comenta detrás de la barra. –Rafael estuvo preguntando por el abogado con sus amigos, pero el tipo es un timador, un estafador, incapaz de conseguir la residencia, solo busca quedarse con tu dinero, así que estoy como antes, sin esperanzas– expreso con mi voz envuelta en impotencia mientras dejo la bandeja en la barra. –Gaby, te comento que mi prima consiguió la residencia pagando para casarse con un desconocido, y hasta el momento no ha tenido problemas con el departamento de migraciones, tú podrías hacer lo mismo– explica haciéndome abrir los ojos de par en par. –¡Lucía enloqueciste! No pienso atar mi vida con un desconocido, prefiero seguir buscando otra solución a mi problema– replico con mi rostro desencajado. –Gaby no tienes que atar tu vida con el sujeto, basta que finjan estar casados un par de meses, incluso no tienen que vivir bajo el mismo techo, solo conocer un poco del otro y después se divorcian. ¡Piénsalo! O anda haciéndote la idea de regresar a tu país– argumenta dejándome pensativa. –Solo un detallito Lucía, ¿Cómo consigo a mi salvador? ¿Pongo un anuncio en el periódico? ¿En mis r************* ? ¡Se busca esposo, buena paga! –refuto con un tono de ironía. –¡No! Aunque no es mala idea poner un anuncio, podría decir algo como esto. Mujer hermosa de 28 años de edad, piel bronceada, ojos marrones profundos, mirada ardiente, labios carnosos, de buena estatura, busca un compañero para compartir más que la cama– pronuncia y la fulmino con mis ojos marrones. –Es broma Gaby, solo jugaba, pero yo tengo mis recursos para conseguirte el candidato perfecto, la cuestión es que te decidas a casarte, es un pequeño sacrificio si quieres obtener la residencia– afirma riéndose para luego proponer dejándome en jaque. Al día siguiente Estuve toda la noche meditando la propuesta descabellada de Lucía, pero pensándolo bien no es tan ridícula su idea, lo malo es que casarme con un total desconocido no estaba en mis planes, pues como toda chica quiero llegar al altar enamorada de mi esposo, no por un acuerdo, aunque si es la única forma de tener mi residencia haré el sacrificio, claro que pondré reglas, pues no pienso casarme con el primer imbécil que mi amiga me sugiera, al menos debo poder entablar una charla con mi futuro esposo, incluso debe ser creíble nuestra relación para no tener problemas con el gobierno. Sin muchas opciones voy a seguir el consejo de mi amiga, aunque veamos cuál es su candidato perfecto, porque espero que el tipo no sea un pesado, viejo, calvo, gordo, ni amargado, así armándome de coraje camino a la cocina de la cafetería buscando a Lucía, hasta que la puerta de la bodega se abre viendo su silueta. –Hola Gaby, tienes una cara de quién estuvo toda la noche en vela, ¿Se puede saber el motivo? –dice haciéndose la tonta. –Hola Lucía, creo que sabes mejor que nadie mis problemas, además no podía dormir a pierna suelta si me dejaste pensando en tu idea descabellada– rebato con un tono de frustración. –Y ¿Qué decidiste? ¿Te casarás? –pregunta con una mirada en curiosidad. –¡Sí! Pero no con cualquier idiota que me presentes, primero quiero conocer a tu candidato perfecto y respondo– negocio y me mira pensativa. –De acuerdo, me parece lo más adecuado. Voy a llamar a mi amigo y te aviso cuando conocerás a tu príncipe azul– contesta y resoplo. –¡Príncipe azul! Debe ser un ogro, igual veamos que sorpresita me tienes, ya que no tengo más opciones– refuto con mi rostro comprimido. Aron Ayer todo el día me dedique a conseguir el dinero, fui a la ferretería donde trabajo para pedir un préstamo, pero por poco y me echan, aunque no me impidió dejar el lugar para buscar a cada amigo pidiéndoles dinero prestado, más recibí de todos la misma respuesta, no tengo dinero, no soy beneficencia, hasta fui a las casas de empeño para ver que podía obtener por un viejo reloj que me dejo mi padre, sin embargo me ofrecieron una miseria, el punto es que no conseguí ni maldito dólar, entonces corren las horas anunciando que dentro de poco seré hombre muerto, como tal estoy tocando la puerta del departamento de Travis para aceptar su loca idea, así en un segundo miro su sonrisa estúpida. –Hola Aron, me pregunto, ¿Por qué estás tocando mi puerta? ¿Me lo dirás? –averigua con un tono de cinismo. –Travis no te burles de mí, sabes porque estoy tocando tu puerta. Quiero conocer a la mujer desesperada que pagará por casarme con ella, pero te advierto que no he dicho que lo haré– repito con mi voz llena de frustración. –¡Todavía! Pero estoy seguro de que lo harás, vas a terminar casándote. Pasa al interior mientras me contacto con la chica– refuta con seguridad. En la tarde Después de un par de llamadas, Travis pudo contactarse con una amiga de la chica, como tal hemos quedado en reunirnos en una cafetería en la zona oeste, pero mentiría si dijera que no estoy nervioso, porque no se trata de una simple cita, más bien de alguna forma de este encuentro depende mi vida, pues esta mujer puede convertirse en mi salvación, aunque nada está dicho todavía, igual apenas bajo del auto de mi amigo, tengo los latidos del corazón acelerados, las manos sudorosas y la boca seca, así me detengo una fracción de segundo en la entrada dándome ánimos. Aron solo es una cita, no te casarás todavía, me repite mi subconsciente hasta que ingresamos contemplando el lugar con curiosidad, viendo unas cuantas mesas a un costado de la barra, con algunos clientes sentados, una mesera en el fondo, así nos sentamos en los taburetes que están cerca de la barra, para preguntar por la chica al sujeto de la caja registradora. –¡Amigo! Busco a Gabriela Cepeda, tenemos una cita con ella, ¿La conocerás? –averigua Travis. –Muchacho es aquella chica con el uniforme de mesera, la que atiende a la pareja mayor. Ahora le aviso. ¡Gaby estos chicos te buscan! –Gracias amigo. Aron, ¿Qué te parece la mujer? ¿Te casas con Gabriela? –averigua Travis con una mirada envuelta en curiosidad dejándome pensativo un segundo, hasta que la chica se acerca a nosotros. –Hola chicos, deben ser los amigos de Lucía, soy Gabriela Cepeda, ¿Quién de ustedes es Aron? –se presenta la mujer haciéndome tragar saliva, sin tener claro que responderle. Gabriela Toda la mañana inquieta pensando en la decisión que tomé, pero aun nada está dicho, porque necesito conocer a “mi príncipe azul”. Aunque no pretendo que sea un galán de cine, tipo Brad Pitt, con ojos azules, cabello rubio, más bien soy realista, quiero que mi futuro esposo por lo menos sea un sujeto presentable, simpático, agraciado, sobre todo que no dejemos dudas de ser una pareja, además necesito tener la certeza que el hombre no quiera estafarme, de lo contrario, me quedaré sin dinero, sin papeles, peor que antes y no puedo darme el lujo de equivocarme. Porque muchas cosas están en juego, no solo mi trabajo, sino mi libertad, ya que a la gran mayoría de inmigrantes los tienen retenidos en una cárcel hasta que su caso sea revisado, y ni loca quiero estar una temporada soportando maltratos entre los barrotes, después de las cosas que he vivido para tener un mejor porvenir. Sin embargo, di un paso confiando en Lucía, más que todo esperando que sea la mejor solución a mis problemas, me repetía dentro de mi burbuja mientras estaba sirviendo las mesas, hasta que Rafael me avisa que unos chicos me buscaban, y en ese momento caigo en cuenta que depende de la primera impresión saber si encontré a mi salvador. Respiro y exhalo buscando la forma de guardarme los nervios, pues sin exagerar estoy más nerviosa que cuando tuve mi primera cita, hasta me tiemblan las manos, pero yo misma me doy ánimos. Gaby ni siquiera es una cita real, es como una pequeña entrevista de trabajo donde tú eres la que lleva las riendas, en cambio él sujeto es quién debe impresionarte para obtener el puesto, ¿A quién quiero mentir? Si también debo hacerlo, porque soy la más interesada en casarnos, así sin muchos preámbulos estoy delante de ellos, teniendo que presentarme lo más natural posible. –Hola chicos, deben ser los amigos de Lucía, soy Gabriela Cepeda, ¿Quién de ustedes es Aron? –pronuncio viendo los rostros de los sujetos. ¿Cuál de ellos será mi príncipe? El sujeto cabello rubio, no está nada mal, tiene su encanto, pero en cambio el otro hombre, tiene un aire interesante, bellos ojos verdes, la barba lo hace lucir sexy, además esa mirada penetrante podría desarmar a cualquier mujer, lo malo es que tiene el rostro lleno de moretones, ¿Qué le habrá sucedido? –Hola Gabriela, mucho gusto soy Travis, y este es mi amigo Aron, es un poco tímido y también está afectado porque sufrió un robo, pero es gran sujeto. Aron Como cualquier hombre de mi edad he tenido unas cuantas relaciones sin llegar a formalizar por culpa de mi vicio, además que nunca sentí ese cosquilleo, esa conexión, ni siquiera las mariposas en el estómago, más bien todo se resumía a lo físico. Aunque por primera vez me siento atraído por una mujer de una forma peculiar, ni siquiera puedo explicarlo, porque por un segundo no lograba articular ni una sola palabra ante la presencia de Gabriela, pues su mirada profunda me descoloco como jamás lo sentí, es que esta mujer es hermosa, tiene unos labios carnosos que te invitan a besarlos, además una piel bronceada, unos ojos marrones que serían la perdición de cualquier hombre. Sin embargo, no estoy seguro de nada, porque no es tan simple como repetir si acepto ante un juez, y terminó nuestro acuerdo, estoy consciente que debe haber más detalles que mi amigo no ha considerado, esa fue la razón para pedir a Gabriela charlar a solas. –¡Aron! Aun no me has dicho que decidiste, pero no lo pienses tanto, porque una mujer hermosa como ella conseguirá pronto otro candidato para casarse, si es que ya no lo tiene, y tú te quedarás sin nada– advierte con su rostro comprimido. –Travis solo el hecho de unir tu vida a otra persona es una decisión importante, pero en mi caso es mucho más complicado porque no me casaría por amor, sino por un acuerdo, además ella no me entregará tan fácil el dinero cuando se concrete la boda, porque seguro debe haber más peticiones, y eso es lo que quiero averiguar– argumento y él me fulmina con sus ojos. –Aron no te pongas tan exigente, porque recuerda que se te acaba el tiempo, y dentro de poco los matones del casino estarán en tu puerta terminando su trabajo, así que te toca aceptar lo que ella te pida– rebate con su voz llena de malestar.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Navidad con mi ex

read
7.9K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
83.4K
bc

Bajo acuerdo

read
4.1K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
151.8K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
47.4K
bc

Tras Mi Divorcio

read
503.4K
bc

Yo, no soy él

read
86.9K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook