bc

Después de todo

book_age18+
1
FOLLOW
1K
READ
HE
submissive
sweet
campus
city
highschool
enimies to lovers
like
intro-logo
Blurb

⚠Advertencia: Oneshot inspirado en Almendra, por ello, puede contener spoilers.

Luego de todo lo que tuvieron que pasar y que Yunjae lograra sentir emociones, se reencuentra con Gon. Este último, confundido, intenta descubrir qué es lo que realmente siente por su amigo. Yunjae, por otro lado, se abre a las nuevas emociones y sensaciones que, hasta entonces no había podido experimentar.

Nota: Los personajes que aparecen en el relato pertenecen a Won-pyung Sohn, el crédito por los personajes es única y exclusivamente suyo. La historia, es propiedad mía. No adaptar sin permiso.

Yaoi-Hands-Mio.

chap-preview
Free preview
1
En cuanto vio a Gon, no pudo evitar que sus labios se curvasen en una pequeña sonrisa, que habían empezado a ser cada vez más habituales en su día a día. Ambos se saludaron y comenzaron a caminar distraídamente por la acera en silencio. Gon lo observó mientras caminaban y pensó en todo lo que habían tenido que pasar hacía dos años. Había sido un camino duro luego de las terapias del primer año y medio sin poder, siquiera, acercarse a Yunjae por la culpa de todo lo que había pasado, y de la escuela, que los mantuvo ocupados hasta la graduación. Pensó, feliz, que por fin podrían pasar tiempo como amigos realmente. Cruzaron la calle y fueron directamente hasta un parque cercano. Yunjae no dejaba de observar a su alrededor, encantado con las nuevas flores de la primavera. Se sentaron bajo un árbol antes de que Gon comenzara una conversación banal sobre el profesor Yun y sus muchos intentos de acercarse a él. Yunjae lo escuchaba con parsimonia, seguía siendo un chico de pocas palabras. —No has vuelto a ver a tu novia desde que se transfirió de escuela, ¿no? —No. Respondió tajante como era costumbre, haciendo aparecer una pequeña sonrisa en el rostro de su amigo. Yunjae se preguntó la razón por la que Gon había sonreído ante su respuesta. No recordaba que hubiera entablado alguna relación con Dora más que el incidente en el que ella había intervenido para defenderlo de Gon. ¿Acaso habían tenido algún otro altercado? Le parecía imposible, Dora no era el mismo tipo de persona que él. Decidió no decir nada y esperar a que su amigo dijera algo. —Es bueno volverte a ver, robot —dijo luego de unos instantes en silencio, haciendo que el corazón de su amigo se acelerara un poco. Recordó que había sido la misma sensación que había tenido con Dora en su momento. —Creo que no deberías llamarme "robot" ahora. No soy el mismo que antes. —Es solo un apodo amistoso, idiota —soltó una carcajada que se apagó rápidamente—. Sí que es bueno volver a verte. Repitió con un tono que no parecía suyo, Yunjae lo percibió un tanto dulce a lo que estaba acostumbrado. Le gustaba el Gon que estaba viendo luego de tanto tiempo, le gustaba tenerlo cerca una vez más. Continuaron con conversaciones banales hasta que el sol comenzó a caer, cuando Yunjae decidió volver con su madre, aún tenía que ayudarla en casa. Gon, extrañamente, se ofreció a acompañarlo excusándose con que aún tenía cosas de las que le gustaría hablar. Yunjae no pudo negarse, ya que su amigo lo obligó a caminar directamente en dirección a su casa. Hablaron de banalidades mientras caminaban y, como era costumbre, su amigo no dejaba de soltar obscenidades cada tres palabras. —¿Has llegado a acostarte con ella? —preguntó de repente a unos pocos metros de la casa de Yunjae, este lo miró inquisitivamente—. Ya sabes a lo que me refiero, amigo. "Eso". ¿Lo han hecho? Yunjae negó con la cabeza. —¿Por qué quieres saber? —No quiero que me adelantes en nada —entrelazó sus dedos detrás de su nuca sonriendo de una forma un tanto maliciosa. —Estoy seguro que ya lo has hecho —se paró justo frente a su hogar y lo miró. —Claro que sí, no soy tan lento como tú —sonrió—. Bien, nos vemos. Dicho eso, Gon se fue sin dejar que su amigo se despidiese también. Yunjae entró a su hogar y saludó a su madre, que estaba sentada cómodamente en el sillón. Al verlo, ella le sonrió con cariño, pidiéndole que se sentase a su lado para que le contase cómo le había ido con su amigo. Él le comentó superficialmente alguna que otra charla que había mantenido con Gon. Luego, a pedido de su madre, fue a su habitación hasta que ella terminara la cena y lo llamase. Gon, por su parte, se encontraba en su cuarto encerrado sin ganas de ver a su padre, ni a nadie que no fuera Yunjae. Se preguntó que le sucedía, desde el día que lo vio besándose con Dora, no había dejado de pensar en él, en lo mucho que le hubiera gustado estar en su lugar. En cuanto se percató de aquél pensamiento, lo apartó rápidamente dándose palmadas en las mejillas como si, de repente, hubiera perdido la cordura. Él no podía pensar en eso, no debía, eran hombres y a él le habían gustado las mujeres desde siempre. Pero aquel día que lo vio con Dora, simplemente no supo reaccionar, solo atinó a sonreírle y alejarse como un cobarde. Soltó un suspiro y miró el techo en la oscuridad de su habitación. Se le ocurrió que la única manera que tenía para descubrir qué era lo que pasaba entre él y Yunjae era pasando tiempo con él, todo el que le fuera posible hasta que determinara si lo que sentía era solo amistad, o había algo más que no le hacía demasiada gracia. Decidió que, a partir del día siguiente, iría a verlo todos los días que pudiera. Y así fue, toda la semana fue a visitarlo a Yunjae al menos una hora, en la que lo llevaba a recorrer las calles sin rumbo hasta que, sin que ninguno se diera cuenta, terminaran de nuevo en la casa de su amigo. A Yunjae le parecían extraños los paseos que hacían todos los días, pero no negaría que le gustaba estar con él y tener esas charlas banales que no habían podido tener el año y medio que estuvieron separados. En cuanto a Gon, simplemente se dedicaba a hablar de varias cosas como excusa para observarlo detenidamente y tratar de descifrar lo que le sucedía. El viernes, durante el paseo habitual durante esa semana, Gon pensó rápidamente que lo mejor sería que pasasen el fin de semana juntos, así tendría dos días enteros para definir sus sentimientos de una vez. Cuando llegaron a la casa de Yunjae, se quedó frente a su amigo, se pasó la mano desde la nuca hasta arriba e inspiró profundo. —¿Quieres quedarte en mi casa el fin de semana? —dijo tan rápida, repentina y atropelladamente que Yunjae apenas entendió la pregunta. —Sí, claro. —Ven a la hora del almuerzo. Te estaré esperando. Nos vemos. Se fue casi como un rayo a su casa, se sentía como un idiota. No tenía idea de por qué estaba tan avergonzado por algo tan estúpido como invitar a su amigo a su casa. Si fuera Bollo o alguien más, no lo invitaría para que no conocieran a su padre, pero Yunjae lo conocía, gracias a él, eran amigos. El día convenido, Gon esperó impacientemente hasta que Yunjae llegó, la ama de llaves lo llevó hasta la sala, donde se había pasado su amigo una hora moviéndose de manera inquieta. En cuanto lo vio, esbozó una sonrisa aliviado de que no hubiera faltado al compromiso. Se sentaron en el sofá corto tiempo, ya que, la ama de llaves los llamó para almorzar junto a su padre. El resto del día se la pasaron en su desordenada habitación bajo la continua vigilancia del profesor Yun, que aún temía que su hijo golpeara a Yunjae, aunque aquello hubiera quedado atrás luego de lo que habían tenido que pasar juntos. Gon no dejaba de maldecir en cuanto su padre los dejaba solos. Quería intentar hablar con su amigo, pero las continuas interrupciones de su padre no dejaba que lograra abrirse con él. Cuando por fin se hizo suficientemente tarde, Gon salió de su habitación y, sigilosamente, se cercioró de que su padre estuviese durmiendo. Luego, volvió con su amigo, él parecía que también se quedaría dormido. —Ey, Yunjae, no te quedes dormido, idiota. Quiero hablar contigo —dijo cerrando la puerta y trabándola para que su padre no los interrumpiera. Gon se acercó hasta la cama y se sentó junto a su amigo, que lo miró un tanto inexpresivo. Se sintió nervioso, sentía que las manos le temblaban un poco. Paseó la mirada por el desastre de su habitación mientras Yunjae esperaba pacientemente. Gon buscó las palabras correctas para comenzar a decirle lo que estaba sintiendo, pero no las encontraba, simplemente no sabía cómo debía hacerlo. —¿Ha sucedido algo con tu padre? —Ya te lo he dicho, ese imbécil no es mi padre —suspiró y lo miró con el ceño fruncido como si lo fuera a golpear en cualquier momento—. Escucha, robot, quiero preguntarte algo: ¿has besado a alguien más, además de esa chica? —¿Dora? —preguntó. —¡Sí, idiota, hablo de ella! ¿Has besado a alguien más? —Yunjae negó lentamente con la cabeza—. ¿No quieres intentarlo? Llevó su mano hasta la de su amigo como por instinto y la tomó apretándola un poco. El corazón de Yunjae comenzó a golpetearle el pecho con fuerza, recordaba que eso mismo había sentido con Dora, junto con una sensación de calidez. Lo miró fijamente a los ojos notando un pequeño brillo, luego bajó su mirada a sus labios; ¿se sentirían como los de ella? Hasta el momento, había tenido la misma sensación en el pecho ante su tacto, pero la sensación de su mano era completamente diferente. La mano de Gon era ligeramente más grande que la suya y su tacto era un poco áspero. —¿No quieres intentarlo? —repitió acercando el rostro a Yunjae. Gon decidió que no esperaría más, si lo hacía, se arrepentiría. Lo tomó de la mandíbula con cierta fuerza y lo besó igual de brusco. Ambos se sorprendieron al sentir la suavidad de los labios contrarios. Durante unos cuantos segundos, en la mente de Yunjae no había comparación posible con los labios de Dora ni con el beso que le había dado, este se sentía diferente, a pesar de la brusquedad de su amigo, sus labios se sentían como una caricia. Llevó su mano libre hacia la muñeca de la mano con la que Gon lo sostenía de la mandíbula, logrando que su agarre se aflojara. Al separarse, notó que su amigo tenía el ceño fruncido y la respiración agitada. —¿Por qué...? —No lo sé. Me estoy volviendo loco. Moría de ganas por probar si me gustas o no. Se quedó en completo silencio por unos instantes, pero la mirada inquisitiva de Yunjae lo obligó a continuar. —Sí... ya no puedo mentirme... —inhaló con fuerza—. He estado celoso de Dora todo este tiempo, aún cuando no está. No podía evitar sentirme un idiota por no ser el primero que te robase un beso. —Pensé que no creías en el amor, que querías experimentar el otro tipo de amor. —Cierra la boca —espetó un tanto avergonzado—. Solo quería intentar, no tengo por qué gustarte. Yunjae se soltó la mano que Gon aún tomaba con cierta fuerza, tomó su muñeca con cierta suavidad y la colocó en su pecho. Su amigo lo miró sin comprender en absoluto sus acciones. —¿Puedes sentirlo? —Tu corazón —el contrario asintió—. ¿Y eso qué? —Golpea rápido y con fuerza. Sé que esto significa que estoy enamorado. El doctor Shim me lo ha dicho cuando conocí a Dora. —Deja de nombrarla —interrumpió Gon con fastidio de tener que escuchar su nombre nuevamente. —Lo siento. —Sé que no lo haces. —Sí, lo hago —presionó ligeramente la mano de Gon en su pecho—. Creo que el que no siente eres tú. —¿Qué quieres decir? Con torpeza, Yunjae sorprendió a Gon un beso, al que tardó unos instantes en ser correspondido. Sus cabezas se movieron al mismo tiempo haciendo que sus labios se separasen y que sus frentes quedasen una contra la otra. Ambos recordaban esa posición, pero Gon estaba feliz de ser él quien estuviera así con su amigo y no siendo un espectador del otro lado de un cristal. Yunjae lo miró notando su sonrisa, era una distinta a las que había visto de él hasta entonces. —No quiero que sean los únicos. —¿De qué hablas? —Quiero decir... —se separó un poco de él para mirarlo—. Quiero que estemos juntos. —Ya lo estamos. —Como novios. —Nunca he tenido novio. Ni ningún tipo de pareja. —¿Qué hay de Dora? —No fuimos novios nunca. —Entonces, aprenderás ahora. —Está bien. —Lo haremos a escondidas, no quiero que vayan por la calle llamándome "maricón". Yunjae aceptó a aquella condición sin que le importase demasiado, se sentía bien teniéndolo cerca, fuera en público u ocultos en una habitación. Gon volvió a besarlo, esta vez con más suavidad y cariño que no sabía que podía demostrar. Pasaron una hora así, hablando entre beso y beso. Gon respondió algunas de las preguntas que su, ahora, novio le hacía, otras simplemente las silenció con la idea de buscar una manera de encontrar la información para responderlas. Luego, decidieron acostarse, Gon preparó rápidamente un colchón donde dormiría Yunjae y se desplomó en la cama, desde donde lo observó unos instantes en la oscuridad. Su novio se acostó boca arriba, apenas su cabeza tocó la almohada, cerró los ojos. Las semanas comenzaron a pasar, se veían a menudo y, luego de los paseos sin rumbo a los que Gon insistía hacer, se escondían, si podían, en su habitación. No quería que su padre se enterase lo que hacía con Yunjae cuando se encerraban, por ello, solían pasársela juntos cuando su padre estaba en la universidad o tenía demasiado trabajo para salir de su despacho.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
52.0K
bc

Bajo acuerdo

read
10.1K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.9K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
169.1K
bc

Navidad con mi ex

read
9.0K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.6K
bc

Yo, no soy él

read
88.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook