bc

Forbidden

book_age18+
1.2K
FOLLOW
4.2K
READ
forbidden
badgirl
others
drama
comedy
bxg
city
like
intro-logo
Blurb

Isabella a sus catorce años, ha vivido toda su vida en la calle, en la miseria y ha sobrevivido, a través de peleas clandestinas. Tiene una forma brusca y tosca de ser, su madre era prostituta y jamás conoció a su padre. Todo cambia en su vida cuando conoce a Igor, un profesor noruego más de diez años mayor, quién de inmediato, se preocupa por ella y justo ante eso, la cercanía y el cariño, ella desarrolla sentimientos hacia alguien que jamás podrá corresponderle, es ilegal.

Esto es: PROHIBIDO.

COMPLETADA

chap-preview
Free preview
Preambulo
Preámbulo El pan. ¿Qué es lo que se te viene a la mente cuando piensas en pan? Sí, pan: Harina, sal, levadura, mantequilla, huevos, justo como el que hornearía tu abuela o el señor de la esquina, o puede que de inmediato pienses en la revolución francesa y en sangre, hambre, dolor, porque todos sabemos que la carencia de este alimento fundamental desencadenó toda una guerra que libró miles de muertes y más en eso es en lo que solía pensar. El pan, en cómo solo unos 300g de pan saciarían mi hambre por completo. Tal vez no quedaría satisfecha, pero mi estómago dejaría de rugir y aguantaría tal vez… unas doce horas más hasta que abran el comedor comunal. Entonces pensaba un plan de batalla. ¿Cómo robar el pan que le están sirviendo a ese grupo de extranjeros en esa mesa? Digo, sé muy bien que robar pan es algo miserable, pero ese es del que te dan gratis en los restaurantes de renombre y estábamos frente ni más ni menos que al restaurante ítalo-francés más caro de todo el sector y todo ese combo de rubianes, se notaba que no les dolería mucho que una pulga de 158 cm y doce años, se robe el pan que dejarán que lo sobrevuele las moscas o que tal vez los meseros los reúsen en otra mesa indebidamente, porque no lo tocarán. -¿Otra vez pensando en robar pan francés?-Se quejó Ana María y exhalé.-No es buena idea, esos a quién piensas robarle son los nuevos profesores del colegio en que nos palanqueará la Claudia.-Escuché lo que dijo Ana, pero de inmediato lo olvidé. -No gané la pelea de esta noche, ni la de la tarde y no tengo ni un centavo. Me vale robarles a profesores, abogados o a quién sea, muero de hambre. -Yo tampoco tengo dinero Isabella, pero en unos quince minutos el viejo Emanuel me llevará a cenar y luego a su hotel. Puedo decirle que llevaré a una amiga, lo haría gratamente feliz y te pagaría por lo menos unos cuarenta mil. -No paso por ahí. -El que tiene hambre en verdad, busca los medios para solucionarlo, de cualquier manera. Exhalé.-No vendiendo la que tengo en medio. La dejé atrás y puse mi plan en marcha, pero en tan sólo treinta segundos, mi plan fracasó terriblemente y terminé con la nariz rota, por completo. No era una fisura ni esas fracturas leves, fue una fractura total que decoraría aún más mi rostro bañado en tonos verdes, morados y tal vez algunas salpicaduras de sangre vieja, o tal vez nueva, ya ni lo sé. Ni bien me acerqué y tomé la mayor cantidad de pan que cabía en mis manos, vi que el gerente del lugar, quién ya me tenía entre ojos, huyó detrás de mí junto a dos de los escoltas del lugar y ni bien corrí unos seis metros, el hombre calvo, grande y espantoso, me tomó por mis hombros, me hizo girar y con un solo golpe contundente ejecutado impecablemente con el puño cerrado sobre un costado de mi nariz, me aventó al suelo, en dónde golpeé mi rostro también y los panes cayeron dispersándose sobre la acera. Me costó levantarme, no sé hace cuánto no recibía un golpe así, tal vez era el más fuerte que había recibido hasta el momento. Vaya, un nuevo récord para mi lista. Me puse de pie, y vi la sangre caer sobre la acera. Entonces limpié la sangre de mi nariz con mi camiseta blanca, la que me habían dado por repartir volantes para el partido conservador y sé que el hombre me amenazó y gritó probablemente cosas horribles, pero mi mente se bloquea cuando me dirige la palabra gente que no me interesa en lo absoluto. Era fácil de suponer que diría: estoy harto de ti, hija de puta, no vuelvas por acá o te mataré, cosas por el estilo y cuando terminó de hablar, se alejó y chasqueé la lengua. Entonces recogí los panes que habían caído por la acera, los limpié con mi sudadera y mordí uno de ellos. -Mierda, ¿en verdad te golpearon?-Vi a un sujeto hablarme y por sus características físicas, mi mente se desconectó. Tampoco es que su acento tan complicado despertara mi interés. -Ajá. -¡Es inconcebible que golpeen de esa manera a una niña por algo tan mezquino como eso! -¿Hurtar pan?-Chasqueé la lengua.-Una vez una mujer me echó a dos pitbulls por dormir en su terraza. Estoy básicamente acostumbrada. -Te llevaré a un hospital.-Exhalé fuertemente y limpié de nuevo mi nariz. El rubianes parecía tener buenas intenciones, y se le agradece el gesto grandemente, pero yo no vivía de gestos y no me gustaba deberle favores a nadie. Sé cómo se cobran estos favores después, en especie. Lo vi hacer sonar un auto n***o, muy llamativo, con unas llaves. No sé cómo había hecho eso. -Sube.-Dijo y abrió la puerta de copiloto. -No tengo dinero, tampoco seguro médico.-Confesé. -No te preocupes por eso, sólo sube. -Si voy a un hospital y que me abran, cosan la nariz, yo que sé, saldrá por un ojo de la cara. -Niña, sólo sube y haz silencio.-Sentenció y sujetó mi brazo. Básicamente me hizo entrar en su auto, aunque no empleando mucha fuerza y luego, al acelerar lo miré un par de segundos. ¿Violador? Podría serlo, recuerdo que una vez en casa de la Claudia vimos la película de un hombre que asesina a su vecina, que era una niña y este tipo era rubio. Siempre los violadores en TV estadounidense son rubios, como este sujeto que tengo a un par de centímetros, quién por su cabellera rubia, ojos azules y estatura, parecía serlo. Pero no tenía bigote ni cincuenta y tantos, tampoco manejaba un auto de los ochenta ni estaba quedándose calvo, así que no sería un pedófilo de TV o no sé si tal vez de radio. Pero bueno, en fin. Podría ser tal vez un sujeto que trabaja para el gobierno y ven en una pulga lamentable y sin recursos como yo, la perfecta opción para experimentos, tal cual como cuando utilizaron gente para experimentos japoneses. Podrían… no sé, inyectarme vacunas en contra del sida, clamidia, herpes genital o progeria congénita. Tal vez la malaria sería más económica. Aunque, también podría ser un actor de cine. Sí, creo que es la opción más factible y realista. Es actor de cine, tal vez de películas románticas o de acción, o incluso de teatro o cine porno. Es muy probable que sea actor porno. La Claudia siempre dice que los actores porno están buenísimos y aunque siempre me enseña hombres caucásicos, de más de cuarenta años, puedo reconocer la belleza cuando la veo y este actor porno lo era. ¿Será que planea practicar conmigo su próxima película? -Oye, rubianes. No harás porquerías conmigo. -¿Ah? -Ya sabes, no te hagas. -Estás ensuciando mi auto.-Se quejó y noté que estaba llenando todo de migajas de pan, así que los metí en los bolsillos de mi sudadera. -Lo lamento. -Primero, no me llamo “rubianes”, me llamo Igor. Segundo, no planeo hacer “porquerías” contigo porque debes tener a lo mucho diez años y yo, este año cumplo veintisiete. -Tengo doce.-Corregí.-Creí que tenías más. -¿Me veo mayor?-Preguntó y asentí.-¿Cuántos me ponías? -Cincuenta y dos. -¿De verdad?-Preguntó aterrorizado y rodé los ojos. -No.-Admití. Pareció aliviado, no entendí por qué.-¿Qué clase de nombre es Igor? -Es común en mi país. -Pensé que todos los gringos se llamaban Richard. -Nací en Noruega. Justo en ese momento se detuvo en frente de un enorme y nada atractivo hospital. ¿Noruega? ¿cómo es que alguien de un país nórdico terminó aquí? Vamos, no estoy desmeritando a Barranquilla ni mucho menos, pero es realmente lejos. Luego, una mujer me hizo sentarme sobre una silla de ruedas y me llevó hasta un pequeño cuarto. Entonces limpió mi nariz con algodón y no sé qué era el líquido, para luego llevarme hasta otro lugar, donde me tomaron una muestra de rayos X, y luego, miró a… no recuerdo su nombre, pero sí su país, el vikingo. -La niña tiene rota la nariz.-Dijo en un tono nada amigable y enseguida noté que el vikingo se sintió intimidado.-Espere aquí un segundo y no salga, mis colegas alertaron a las autoridades cuando lo vieron ingresar con una niña en tan deplorable estado. ¿Deplorable? ¿me llamó deplorable? ¿qué quiere decir deplorable? -Oiga, yo no le hice eso.-Se defendió y de inmediato, noté por donde iba todo esto. -Sólo espere aquí y…-La interrumpí. -El dueño de un restaurante me golpeó por robar y este sujeto, que estaba en el lugar, me trajo aquí. La mujer abrió la boca, pero luego la cerró. Salió de la habitación y dijo que en un rato vendría una enfermera a hacerme “una pequeña operación”. Entonces nos dejó solos y vi al vikingo sentarse en una de las sillas blancas de un costado, mientras yo esperaba sentada en la camilla. El lugar era pequeño, muy iluminado y, sobre todo, frío, muy frío. La camilla no tenía sábanas ni nada. -¿Estás bien?-Preguntó y asentí.-Pareces incómoda. -No es nada.-Mentí. -Supongo que es por estar en un lugar con un hombre que no conoces. -Mmm.-Lo pensé unos segundos.-Aún no descifro si eres violador o actor.-Enarcó una ceja y soltó una leve carcajada. -Lo de violador, puedo entenderlo, ¿pero actor? -Tienes la pinta. -¿Ah?-Vikingo, hay que hablarle correctamente el español, recordé. -Encajas en el perfil de actor, digo, por el rostro y cuerpo.-No dijo nada. No sé si se incomodó por lo que le dije o si habrá creído que fue una insinuación de mi parte, lo cual sería un grave error. No me gustan los vikingos, menos rubios, ni altos, que no hablen bien el español o que tengan veintisiete años. Aunque primordialmente, el hecho de que sea actor porno no sé si me incomode, sería hipócrita de mi parte cuando la Claudia es puta fija y Ana María, es puta ocasional, mis mejores amigas. Al rato, después de la eternidad que tomó el procedimiento que me hicieron en la nariz, del cual prosiguió una enorme gaza nada bonita o agradable en mi rostro, nos dijeron que podíamos irnos y vi al vikingo intentar pagar la cuenta, pero al parecer, tenía un seguro médico de esos que da el estado a la plebe como yo y no lo sabía. Salimos, caminamos hacia el estacionamiento del frente y nos detuvimos frente a su auto. Él iba a ingresar, pero al ver que no lo hice, se acercó nuevamente. -¿Necesitas regresar al hospital? ¿te duele mucho?-Preguntó y negué con la cabeza. -Gracias por… traerme y preocuparte. No te sientas obligado a llevarme, ya hiciste bastante. Exhaló, irritado y me miró a los ojos. -Son pasadas las diez de la noche. No puedo dejarte aquí sola a la deriva, necesito llevarte a tu casa. -Mmm.-Rodé los ojos. A pesar de que estaba bastante acostumbrada a mi situación, que va de una vida entera, no sé por qué en ese momento, con ese ítem en específico, sentí vergüenza.-Casa lo que digan casa… no tengo. -Mmm, ¿te quedas en la calle? -Algo así, supongo.-Pude notar que se sintió incómodo también, aunque lo llamo de esta forma, porque sé que lo que en realidad sintió fue lástima y decidí ignorar el tema. Saqué de uno de los bolsillos, uno de los panes y lo mordí. -Debes tener hambre, yo también tengo. No alcancé a comer nada cuando tú apareciste.-Comentó con una sonrisa y prosiguió:-Vamos a comer algo por aquí cerca, ¿te parece? Y luego solucionamos el tema de donde puedes quedarte. -No, yo… tengo algo que hacer por aquí cerca.-Mentí.-Pero, gracias por todo. De verdad. -Niña. -Lamento arruinar tu noche.-Me alejé un poco, no podía permitir que hiciera más por mí. No estoy acostumbrada a eso, siempre he sobrevivido por mi cuenta y que alguien quiera ayudarme sin motivos, no lo sé… no lo veo como algo factible y por más que sucediera, no podría ser una carga, eso nunca.-Que te vaya bien. -Niña.-Corrí, pero al llamarme de nuevo dos veces, volteé hacia atrás y lo miré de reojo.-¿Tu nombre es De la Cruz?-Preguntó y asentí. -Isabella, Isabella De la Cruz.-Sonrió, lo miré una última vez y me alejé.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
52.1K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
169.3K
bc

Bajo acuerdo

read
10.2K
bc

Navidad con mi ex

read
9.0K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.9K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.7K
bc

Yo, no soy él

read
88.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook