bc

Los secretos del CEO

book_age18+
2.8K
FOLLOW
33.2K
READ
HE
playboy
drama
bxg
city
friends with benefits
like
intro-logo
Blurb

Mojigata, santurrona, lela, incrédula y un sinfín de cosas más eran las que usaban para describir a Megan, una chica tímida de familia conservadora.

Ella nunca ha estado con un hombre, sus bases son claras, su virtud es para después del matrimonio, para su futuro esposo, para el hombre que ame.

Pero llegó él y dejó todo eso en el olvido.

Ian es el hombre más encantador del mundo, relajado, amoroso y algo mujeriego. Boxeador de medio tiempo y empleado administrativo en otro o eso es lo que todos piensan porque él guarda un secreto, en realidad muchos secretos.

Ahora la verdad y la mentira se ven a la cara.

Ian sumó bases con Megan y las perdió después de desaparecer por un mes.

Él la quiere a ella de nuevo.

Ella no quiere nada más con él.

Él es la representación de mentiras.

Ella las odia.

Ian va a poner todo de sí para recuperar a Megan, pero ella ya no es la misma…

chap-preview
Free preview
Capítulo 1 Decepciones
Primavera Megan Los hombres fueron algo prohibido en mi vida, el venir de una familia conservadora plantó una gran cantidad de interrogantes en mi mente, muchos más de los que estaba dispuesta a admitir, no cuando la palabra sexo era un tabú tan grande como el tener relaciones fuera del matrimonio, yo no estaba en ese lugar, no podía plantear ni siquiera tener algo desde ese punto, no era para mí, nunca lo sería. Tenía bases firmes más de las que cualquier persona podría tener, las cosas siempre me gustaron de una manera, no tenía escalas, era blanco o era gris, no había término medio, los matices no formaban parte de la ecuación y no importa lo que dijeran, bajo ningún concepto cambiaría eso. Pero llegó él y las cosa se tornaron un poco más oscuras y complicadas, llegó él con su sonrisa encantadora y mi muro se tambaleó por completo, ya no estaba segura de lo que pensé en un momento, ya no podía pensar en que algunas cosas solo suceden cuando uno se casaba, porque había probado ese placer, lo prohibido y todo extrañamente cambio, todo se volvió más complejo y complicado. La primera vez que vi a Ian estaba con Luna, ella me había llamado para hablar de trabajo, para proponerme algo.  Cuando llegué la encontré con un castaño que vestía informal, sus ojos marrones me observaron de arriba abajo mientras me removía, tenía el rostro anguloso y barba poblada que formaba un candado alrededor de sus labios. Era guapo, bien formado y con una apariencia de mujeriego importante, todo en él mostraba peligro y yo huía de esas cosas pues mis padres no me enseñaron eso, yo no salía con hombres así, era una mujer de bien, una chica respetada, que tenía un gran valor, al menos eso creí hasta que acepté salir con él. Estaba saliendo de la universidad cuando se acercó a buscarme, estaba vestida para la ocasión, maquillada, arreglada y lista para el fracaso, sin embargo, no lo hizo, al contrario. Ian me abrió la puerta de su coche y me ayudó a entrar, durante el viaje ninguno de los dos dijo nada solo nos quedamos en silencio hasta que llegamos a un restaurante de clase media dónde nos bajamos. Volvió a abrir mi puerta, me mostró el camino y corrió la silla para mí, era atento y eso me gustaba, luego se sentó frente a mí y sonrió. —   Tengo que admitir que estoy nervioso – sonrió de una manera que no creí posible.   —   ¿Nervioso? ¿Por qué? – cruce mis brazos y él me miró.   —   Temo quedar como un idiota frente a ti, para ser honesto, Luna no para de hablar de lo inteligente que eres y siendo honesto me da miedo decir alguna tontería – rasco su nuca.   —   No creo que lo hagas - sonreí tranquila – Dime algo de ti Ian – tomó aire.   —   Bueno, soy empleado en una empresa, me encargo de las cuentas, nada muy divertido, solo lo básico, boxeo como hobby, siendo honesto me ayuda a bajar mis niveles de estrés, a poder mantenerme centrado. – junte mis cejas.   —   ¿Te estresas mucho? – movió su cabeza.   —   En ocasiones si, mi familia me estresa, sobre todo mis padres – hice una mueca.   —   Eso es una pena, la verdad. La mesera llegó y dejo las cartas en la mesa, cuando nos preguntó que íbamos a beber Ian me observo a mí, no importaba que la chica se inclinara para hacer que él viera su escote, como revoloteaba las pestañas una y otra vez mientras esperaba que dijéramos algo.   —   Meg – sonreí - ¿Qué quieres tomar? – pensé un momento. —   Creo que agua está bien – afirmó. —   Que sean dos aguas – miro el menú – Yo quiero una carne asada con guarnición de verduras – otra vez me observo. —   Los raviolis para mí – le dimos de nuevo el menú y se fue haciendo muecas. – Creo que se ha decepcionado – la seguí con mi mirada. —   Lo superara, ahora dime – volví mi atención a él - ¿Qué haces de tu vida? ¿Qué estudias? – pensé un momento. —   Creí que Luna te había hablado de mí – chasqueo la lengua. —   Pero quiero saber las cosas por ti – explico tranquilo. – Adoro a Luna, pero prefiero las palabras de tu boca. —   Bueno, veamos – carraspee – Estudio administración de empresas, aunque hago dos cursos aparte, uno para la parte contable y otro de idiomas – sonrió. —   ¿Cuántos idiomas sabes hablar? – relamí mis labios y su vista fue a esa zona. —   Por lo pronto dos, español y francés – movió el rostro pensativo. —   Eso es bueno, te va a servir mucho en un futuro – sonreí. —   ¿Tú hablas algún idioma? – movió el rostro. —   Casi cinco – subí mis cejas asombrada mientras nos dejaban las bebidas en la mesa. —   ¿Cinco? – afirmó. —   Español, italiano, alemán, francés y portugués – movió la mano – El último estoy aprendiendo – junte mis cejas, —   ¿Por qué tantos idiomas? – pude ver un breve asomo de nervios en su rostro, algo que matizo en segundos. —   Digamos que mis padres eran un poco exigentes, no le gustaba el tiempo perdido, mientras los demás chicos jugaban yo estudiaba – pase mi mano por la mesa y toque la suya. —   Lo lamento, en verdad, es una pena, quisiera decirte que te entiendo, pero no sé lo que es eso – sus ojos fueron a mi mano – Lo siento – negó. —   No, no es eso, creo que me sorprendió un poco – tomo aire - ¿Cómo son tus padres? – sonreí. —   Increíbles, ellos llevan años casados, tienen un matrimonio grandioso, se aman, se cuidan, pero solo fueron bendecidos con una hija – subió sus cejas. —   ¿Bendecidos? – afirme. —   Mis padres son muy religiosos, quizás eso es lo único que se podría considerar algo exagerado, ellos piensan que el matrimonio es para toda la vida, el sexo sola mente dentro de este, los métodos anticonceptivos no son una opción – abrió sus ojos – Vamos a misa los fines de semana y solía cantar en el coro de la parroquia, ahora no lo hago tanto, vine a la universidad, ya no voy a misa, pero mantengo mis bases – afirmó despacio. —   Es decir que no convivirías con alguien al menos que estes casada – afirme. - Pero ¿Cómo sabes que es el indicado? – pensé mis palabras un momento. —   Supongo que cualquier relación que empieza por lo carnal no llega a muy lejos, los seres humanos pueden tener piel, sentirse atraídos, quizás en sus relaciones íntimas se prendan fuego, pero el fuego se apaga, a la larga lo hace, lo que no se apaga es lo que uno forma con el otro, los lazos que logramos formar, ya sabes, conocer al otro enamorarse de él – sonrió de lado – Crees que estoy loca – no fue una pregunta. —   No, no es eso. Ian se quedó mirándome un rato más en completo silencio, sus ojos analizaron mi rostro y luego pasaron por mi cuerpo, debía de verme como un bicho raro, igual que lo hacían las demás personas, para él no era más que otra niña tonta con sueños de amor eterno, me había pasado, muchas veces, durante años. Supongo que estaba en mi cabeza que algo así iba a pasar, que las cosas se iban a ir por una tangente y quedaría en nada, pues las cosas, en esta época, simplemente llegaban a un punto, mi familia era chapada a la antigua, cada parte de ella, yo me mantuve ahí porque era lo que conocía. —   ¿Has tenido novios Megan? – sus palabras me volvieron a la realidad La comida ya estaba delante de mí, no tenía idea de cuando la habían dejado, ni mucho menos me había percatado de que alguien se acercara, estaba concentrada en él, en sus gestos de descontento, de enojo y quizás hasta de disconformidad. Quería irme de aquí, sabía que no había sido buena idea venir, aceptar la salida, sabía que no éramos compatibles, pues veníamos de mundos diferentes, él era todo la modernidad y yo seguía con las bases de mi familia, lo que mis padres me habían enseñado, no andaba de fiesta, no tomaba alcohol, nunca participe de fiestas de fraternidades, era una nona en muchos aspectos, media tonta en otros. La mojigata como decían por ahí. —   No – respondí con sinceridad. – A los chicos no le gustan las mujeres reservadas. —   ¿Reservadas? – afirmé. —   Claro, el sexo no es algo que haga en mis salidas – comenzó a reir. —   Eso seguramente se debe a que solo has salidos con idiotas, aunque con lo que dices de tu familia tiene lógica, es normal que no te acuestes con alguien con el que simplemente sales, necesitas un compromiso de la otra parte – afirme. —   Exacto, no es algo que haga porque sí – comenzó a comer. —   Pero no es algo de lo que te deberías privar, el sexo es algo común en las relaciones humanas, te diría que una gran base de toda relación, cuando no hay de eso, llegan las frustraciones, el estrés y el deseo puede complicar las cosas – negué. —   No creo que tenga ese problema. – Ian sonrió de lado —   Sabes que creo, creo que estás tan obsesionada con creer lo que te dijeron que te niegas a ver tu propia realidad - junte mis cejas. – A vivir. —   ¿Qué se supone que significa eso? – relamo sus labios. —   Veamos, no tengo nada en contra de la religión, mi familia es creyente, pero… - movió la mano – Creo que deberías sacar tus propias conjeturas con respecto a lo que quieres en tu vida, no creo que, por conocer a alguien, salir con él y sentir deseo te vuelvas alguien malo – se acercó un poco – Malo es robar, matar… - lo interrumpí. —   Mentir – afirmó despacio. —   Exacto, pero conocer a alguien no es malo, digo, quizás si conoces a alguien, te gusta, las cosas salen bien – movió la mano – Luego ustedes pueden pasar al otro nivel, los besos, toqueteo caliente como adolescentes y si eso te hace sentir cómoda, el gran paso, ya sabes probarse de forma más íntima, aunque te aseguro que lo ideal sería que salieras con alguien con experiencia – sonreí. —   Me imagino que esa persona de la que hablas eres tú – llevo la mano a su pecho. —   Me siento verdaderamente halagado, que me tengas como tú primera opción es algo – comencé a reír. —   No primera, ni media, ni última, tienes tatuado mujeriego en la cara – negó. —   Eso no es así – volví a comer. —   ¿Cómo conoces a Luna? – tomo aire. —   Vine aquí a trabajar, en ese momento salía con la hermana de un amigo, las cosas iban bien, pero a ella… - pensó. —   Le pusiste la ornamenta y se fue – negó divertido. —   Vine en un viaje, me choque a Luna en la salida de su trabajo, tuvimos un accidente, termine empapado, ella me ayudó y nos hicimos amigos, estaba en pareja en ese entonces y ella era linda, pero yo no estaba para eso. – suspiro – Sin embargo, la que era entonces mi novia si estaba muy interesada en mi posición económica – cruzo los brazos – En fin, las cosas no salieron bien, con ella, pero hice una nueva amiga en un momento poco agradable, es todo lo que dire. Medite sus palabras, parecía bastante reacio a hablar de su vida privada, apenas era capaz de decir una frase entera, sin embargo, parecía bastante interesado en mi vida, saber de mi familia, comprender quien era yo y como me movía, se mostro atento, carismático y educado, aunque me causaba desconfianza, algo me decía que no me ilusionara con él, supongo que su porte de don juan no ayudaba. —   Deja de mirarme como si fuera un mentiroso, estoy siendo sincero – miro mi plato - ¿Quieres otra cosa? No has comido nada – negué y volví a comer. —   No es eso, solo tengo curiosidad – cruce mis manos - ¿Qué te hizo así? – junte sus cejas. —   ¿De que hablas? – parpadeo desconcertado. —   Bueno, te pones ahí todo fuerte y seguro, pero creo que es solo una fachada – me incline – Yo estoy segura de lo que soy, soy esto, una chica de veintiséis años, que no ha tenido un novio, que este año recién se viste de esta manera, no he besado, no tengo idea lo que es el sexo y creo en que algo nos gobierna, no sé si igual que mis padres, pero lo quiero averiguar sola, quiero ver que puedo hacer sola y estoy segura que a mi vida llegara alguien que me acepte así – ladeo su rostro. —   Creo que hay muchos hombres que te aceptaran así – sonrió – Eres como una piedra preciosa, escondida entre medio de tantos diamantes, sin embargo, uno no quiere el diamante, porque es relativamente más fácil de encontrar, pero tú, eres como una Tanzanita – mordí mi labio. —   ¿Tanzanita? – no podía creer lo que escuchaba. —   La piedra más preciosa y rara de todas, eso eres tú – sentí el calor subir por mis mejillas – Y créeme Megan, me voy a encargar de conquistarte. Su promesa se coló por mis odios como un augurio dulce, Ian era encantado, me gustaba, pero esperaba espantarlo después de lo que dije, esperaba que mi sinceridad encendieran todas las alertas en su sistema, que algo le dijera que yo pretendía una relación seria, algo duradero, que le dejara en claro que yo no era un juego, no era su juego. Algo que al parecer conseguí, porque después de mi charla con él, de que me llevara a casa y besara mi mano, después de que me prometiera llamarme de nuevo, desapareció. Ian se esfumo, tan rápido como llego. Quizás esa debió ser mi primera advertencia, la primera cita, su desaparición por un mes, quizás ese era mi pase de salida, quizás era lo que necesitaba para comprender que lo nuestro no funcionaría. La vida me advirtió, me dijo como sería esto, el destino me mostro a que estaba jugando, como pasarían las cosas, aquella cita solo fue el comienzo de todo lo que pasaría, su primera desaparición un mensaje que me negué a escuchar, los meses siguiente a mi primer perdón, un sueño. Ian fue un ángel y un demonio. Ian dejo mis expectativas en el suelo, mato mi confianza y trazo un camino lleno de grietas en mi interior, ahora mientras vuelvo a la ciudad me pregunto como hare para verlo de nuevo a la cara, como hare para enfrentar de nuevo las cosas con él, estaba dispuesta a todo, sobre todo a sacarlo de mi vida. Solo necesitaba que firmara los papeles del divorcio.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

La esposa rechazada del ceo

read
168.7K
bc

Navidad con mi ex

read
8.9K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.8K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
51.9K
bc

Bajo acuerdo

read
9.8K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.3K
bc

Yo, no soy él

read
88.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook