Gracias a tu amor

—Hola, ¿Facundo como estas?— insisto en llamar. —siento que estas distante conmigo, no logro entender que pasa, hace unos meses atrás estábamos tan felices. —Elena, estoy ocupado, no puedo hablar en este momento, te llamo, adiós. El teléfono dejo de emitir ruidos, y yo quede sin palabra sin reacción más que mirar esa pantalla que tengo frente a mí, no puedo creer el cambio repentino que tiene Facundo conmigo, ¿Por qué se comporta así?, me paro del escritorio, voy al baño, para dejar caer un par de lágrimas y ver mi reflejo en ese espejo, no veo nada distinto, claro subí un poco de peso, pero es algo que no hace que me vea mal, estoy un poco más vieja, es un proceso normal, trato de sacar todos los pensamientos que atormentan mi mente, viendo que el amor de mi vida ha cambiado tanto conmigo, no seguiré pensando en eso, hare algo mejor, lo sorprenderé esta noche. Salgo de la empresa con una idea clara, paso a comprar todo lo necesario para esta noche, llego a nuestra casa, que con esfuerzo compramos cuando iniciamos nuestra vida juntos, hemos avanzado de a poco, él creo una empresa exitosa, fue un camino difícil, pero lo consiguió, lo apoye en todo lo que pude y más, para que realizara su sueño, yo llevo además años ahorrando para hacer el mío realidad, dejar los recursos humanos y tener mi propia empresa, quiero crecer en el mundo administrativo como la dueña, en estos momentos puedo conseguir mi sueño. Comienzo a preparar la cena, mirando la hora para que esté listo todo antes de la llegada de mi Facu, no he llamado, ni mandado mensajes para que podamos conversar, y no me diga que lo molesto, satisfecha con el resultado de la comida de esta noche, veo la hora ya Facundo está a punto de llegar de su trabajo, voy al baño, me doy una ducha corta, me dirijo a mi armario, saco un conjunto que muestra todas mis curvas, me veo sexy y hermosa, peino y maquillo. Bajo me preocupo de la cena, el postre, dejo la mesa puesta, para esperar la hora de llegada. Me siento en el sillón, viendo la hora, Facundo se ha tardado un poco, quizás alguna reunión de última hora. Decido llamar después de una hora de espera, no existe respuesta alguna, insisto un par de veces, no contesta ninguna llamada. Me siento en la mesa, y como cada una de las preparaciones que hice para dos personas, dejé los platos de Facu apartados, y me decido ir a nuestra habitación, me tiendo en la cama, mirando a la nada, hasta que mi vista se enfoca en el armario de Facundo, en un impulso me levanto de la cama, me dirijo a este mueble inmaculado, abro las puertas y mi mundo se derrumbó en un instante, no había nada de él, estaba vacío, como si nunca existió en este lugar. Me dejo caer al suelo, no entiendo, no entiendo que paso.