Mi obsesión

Esta obra está registrada en safecreative bajo el número de registro 2301093117537. Esta historia contiene lenguaje inapropiado, aborda temas delicados como: suicidio, muerte, traición, abuso de sustancias, etcétera. Se recomienda discreción. ************************************* Quizás no debería recordar tanto, después de todo, ya ha pasado mucho tiempo; fui una chica que le encantaba recordar todo, dominar hasta el más mínimo detalle y sabía que si quería dominar al mundo tenía que empezar conmigo. Los veintisiete es una edad algo extraña, compañeros de escuela con quienes compartí un lapso de mi vida ya habían formado una familia, otros más se hallaban trazando sus carreras, otros apenas iniciándose en ello, otros más viviendo de fortunas heredadas por sus padres o simplemente disfrutando de viajes que con un sueldo de asalariado no podrían pagar, pero con un préstamos bancario por supuesto que sí, incluso otros pasaron por los terribles veintisiete y su maldición, pero ahí estaba yo, en medio de todo, mi única familia, Paloma mi hermana menor y Bruce, nuestro perro, mitad labrador mitad bóxer, una extraña amalgama que ya había tenido la fortuna de convivir con nosotros alrededor de nueve años; ya no era jovial ni juguetón, se había vuelto un poco huraño y dormilón. En ese tiempo continuaba con el negocio de mi padre, hacer que los espectáculos musicales fueran completamente una experiencia, había concluido mis estudios en ingeniería en audio en una escuela europea que cerró desde hace un par de años y Paloma era relacionista internacional, por lo que juntas se nos hizo fácil llevar la compañía. Después de haber trabajado tanto desde el momento en que papá se fue logramos que la compañía llegara a ser conocida para espectáculos musicales internacionales, por lo que el sueño de papá que alguna vez forjó en la cochera junto a un montón de acetatos y una consola vieja se extrapoló a ser una compañía con influencia en Europa donde prácticamente yo estaba al frente. * * * Era un verano bastante caluroso, era algo incómodo llevar pantalón por lo que esa vez opté por utilizar una falda y una blusa verde esmeralda de satén sin mangas con mis clásicos tacones chanel y un gran bolso n***o que hacía juego con mis zapatos, había recibido una llamada a mi móvil, esa llamada cambió mi vida en escasos dos y medio minutos. - ¿Hola? - Hola ¿Habla Brenda Escalante? - Hum, sí ¿En qué puedo ayudarle? - Habla Aline, secretaria del manager de la banda Metallica y quisiéramos consultarle algo importante. Al otro lado de la linea se escuchó una voz masculina pidiendo el teléfono enérgicamente, segundos más tarde empezó a hablar conmigo. - Señorita Escalante, le llamo porque requerimos de los servicios de L’Music en un evento que se realizará en Japón. - Por supuesto- respondí apretando los labios- ¿Qué día se le hace más prudente agendar? - Verá, es de forma urgente, el evento es en una semana. -Entiendo – respondí sorprendida – Claro que tengo espacio disponible para que un representante vaya y… - En realidad quisiera que fuera usted misma – respondió el hombre interrumpiéndome golpeadamente – haga usted la cotización y si le interesa, podemos hacer el trato. Quedé impresionada por la insistencia a lo que accedí rápidamente. - Ok, claro que sí, la cotización la enviará mi secretaria, aunque le comento que por la premura del tiempo aumentará el precio un porcentaje. - Enterado En ese momento, él gritó fuertemente a Aline y ordenó que se coordinara conmigo, ella hizo mención que los gastos de viáticos y alojamiento correrían por parte del contratista y que un vuelo saldría de Liverpool en tres horas. El pensar que tenía que viajar más de 24 horas era demasiado abrumador, sin embargo, nunca había ido a Japón, por lo que me excitaba pensar en la idea de ir allá, por otro lado, jamás pensé que me fuera a llamar ese manager, había tenido una relación estrecha con Kirk Hammet porque mi padre lo conocía, incluso lo llevó varias veces a casa y de vez en cuando asistía a los eventos en los que participábamos, pero no era suficiente como para recibir una llamada de uno de los mánagers más reconocidos a nivel mundial. En ese momento corrí a la oficina que se hallaba en la cómoda calle de Storrsdale en Liverpool y vi a Paloma quien se paseaba en círculos por su oficina. - Hey Brenda, tenemos trabajo- me dijo sonriente y con voz juguetona – Llamó Kirk hace unas horas y me atreví a darle tu número. - Ya lo sé, me llamó su manager hace unos minutos, quieren que chequemos unos pendientes para un evento que se realizará en Tokio. - Sí, algo así me dijeron, va a estar muy pesado el viaje hermanita- Respondió con su clásica sonrisa encantadora. – Pero no te preocupes, ya están tus maletas en el recibidor y en unos minutos llega el auto por ti. - ¿Les mandaste las cotizaciones?-Pregunté monótonamente - Sí, desde hace 10 minutos. - Ok, muchas gracias. ¿Contactaste a Daniel para que vaya conmigo? - No es necesario, va a ir a Manchester mañana a ver un contrato, así que está completamente fuera ¿Por qué no te llevas a Clarisse? Ella es un buen elemento. - Porque Clarisse va a tener una reunión con el comité de los juegos panamericanos así que no puedo cargarle la mano de trabajo, sería nuestra primera aparición en un evento de esa magnitud- hice una pausa grande en lo que guardaba mi pasaporte y otros documentos– pero sabes, mejor llama a Charles; espero sepa hablar japonés - Te pondrán traductor hermanita, no te preocupes, ahora ve y pon orgulloso a papá. En ese entonces Daniel era mi novio, teníamos una relación de casi diez años, era muy bueno hablando, muy espontáneo, le caía bien a mucha gente y muchos más pensaban que era gracioso, sabía desenvolverse tanto con Europeos como con latinos, dominaba varios idiomas y era atractivo, cómo no iba a serlo si tenía el cabello dorado y rizado, los ojos color azul, labios rosados y una nariz respingada, siempre olía bien y se vestía bien, incluso si sólo iba a caminar conmigo por las tardes, alguien completamente diferente a mí, yo solo me dedicaba a realizar mi trabajo, escuchar, hacer magia y poner precio al servicio sin olvidar mi baja estatura, mi tez morena, ojos grandes de color marrón sin chiste y cuerpo de una típica latina, en mí predominaron los rasgos de papá, pero Daniel sabía vender ideas, también era relacionista internacional. Lo conocí un agosto cuando fui a dejarle una tarea a mi hermana a su colegio, nuestras miradas se cruzaron, aunque no fue amor a primera vista, era muy atento y sin duda llamaba la atención, después de un Late y una salida al cine comenzamos una relación y luego lo invité a trabajar para la pequeña compañía de mi padre; Clarisse había sido compañera mía y Charles era nuestro contador, ambos muy buenos en lo que hacían. Finalmente terminé de acomodar mis cosas y me fui junto con Charles al aeropuerto, todo transcurrió normal, no hubo demora ni algún inconveniente, abordamos y esperamos las veintiséis horas de vuelo hasta llegar a Japón. En cuanto aterrizamos fuimos al hotel a darnos un baño, quedamos Charles y yo en reunirnos a unas calles del Tokio Dome y como era costumbre mía. Había llegado caminando veinte minutos antes de la hora acordada. Una vez reunidos caminamos a las oficinas del recinto donde conocí a Koichi Kimura, el contratista quien nos recibió muy calurosamente y comenzó a contarnos que la otra empresa que habían contratado resultó ser una estafadora pero le salía más caro cancelar el evento que pagarnos a nosotros, sin más palabras, procedimos a firmar el contrato, fue ahí donde conocí a un serio y cortés abogado de nombre Keitaro, tengo que reconocer que era un hombre bastante alto y delgado, con dedos muy largos, tez pálida con cabello rebelde, café y corto; me llamaba la atención ver en sus orejas disimuladas marcas de perforaciones, nueve para ser exactos, cinco en la oreja izquierda y cuatro en la oreja derecha, utilizaba lentes oscuros y un traje color gris oscuro; en la mano derecha llevaba un portafolios de cuero, a medida que se iba acercando pude observar otra perforación en la nariz y una más en la ceja e identifiqué un peculiar aroma a cigarrillos. Buenas tardes, mi nombre es Takagi Keitaro, soy el abogado del señor Kimura y vengo a presentarles el contrato- dijo con un inglés entendible y una voz grave. - Señor Takagi- respondió Charles- mi nombre es Charles Smith, soy el contador de la compañía y ella es la señorita Brenda Escalante, la representante legal. - Mucho gusto señorita Escalante. Dijo el atento abogado dando una ligera reverencia hacia mí, se me hizo algo extraño ya que en Europa y Latinoamérica regularmente nos estrechamos las manos. También fue curioso que se presentara primero por el apellido, luego descubrí que es común hacerlo de esa manera en ese país. - Mucho gusto- respondí secamente aunque no hice ninguna reverencia. Charles y Takagi Keitaro se quedaron hablando un buen rato sobre las cláusulas del contrato y otras cosas, mientras hacían eso solicité permiso al señor Kimura para revisar las instalaciones y las cosas con que contaban, me comentó que se presentarían bandas nacionales con renombre en el extranjero así como bandas norteamericanas y europeas, un festival muy rockero, bandas como Baby Metal, VAMPS, One OK Rock y Dir en Gray se presentarían, así como Iron Maiden, Metallica, Aerosmith, Ozzy Osborn, Bullet for my Valentine y Lacuna Coil, además de otras pequeñas bandas locales que no me dio tiempo de saborear sus melodías en el camino, sus nombres estaban impresos en un sinfín de volantes muy contrastantes donde predominaba el color n***o, hubo buena difusión del evento, por lo que sabía que no podía defraudar a miles de espectadores que se reunirían en ese recinto y que esperaban con ansias deleitarse con cada una de esas bandas, así que tenía que resaltar a cada banda, hacer los ajustes y arreglos necesarios para que lucieran, era bastante trabajo. * * * Pasé varias horas caminando en círculos, imaginando el evento, revisando los puntos fuertes de aquél lugar, las oportunidades de resaltar el volumen, las explosiones de la pirotecnia y las luces, llegada la noche, Charles vino conmigo. - Brenda, no quería interrumpir pero, ya está revisado el contrato, es justo, puedes tener la plena confianza de firmarlo. - Ok, gracias- dije un poco distraída - Yo me retiro, ya es noche y me gustaría descansar un poco. El staff llega mañana por la mañana y otros colaboradores del evento vendrán también, me dijo el señor Takagi que están bajo nuestras órdenes. - Muy bien, ve a descansar. Gracias por todo Charles. Ya se retiraba charles cuando repentinamente dio la vuelta y me dijo - Brenda, de verdad, vaya a descansar, fue un viaje largo, podría hacerle daño. - Gracias Charles- dije con la misma distracción, como había contestado al principio, él simplemente se marchó. Cualquier persona podía decir que yo era muy seca y quizás algo prepotente, sin embargo, más bien me sumergía demasiado en mis pensamientos; algo que tenía bastante desarrollado era la imaginación y me apasionaba por lo que hacía además de agregarle un toque de perfeccionismo, así era mi trabajo, ese era mi sello para L’Music, lo que enorgullecía a papá. Por lo regular no notaba las horas cuando trabajaba, solo miraba de reojo el reloj y las nueve de la mañana se convertían en las nueve de la noche y luego las nueve de la noche en siete o nueve de la mañana, ese día no fue la excepción, eran las tres y media de la mañana cuando estaba realizando anotaciones en una libretilla cuando alguien interrumpió mis pensamientos. - Señorita Escalante- dijo una voz grave varonil, a lo que volteé de inmediato – Perdón, no quise distraerla- Añadió la voz, era Takagi - Señor Takagi- respondí velozmente. - Es muy noche y hace frío – me dijo tiernamente – vine a recoger mi portafolios que olvidé en la oficina, pensé que no habría nadie, pero el celador me dijo que usted seguía aquí. - Ajá- De mi boca no salían más palabras, estaba concentrada en lo que estaba haciendo y no quería perder la idea. - Disculpe mi mal inglés, casi no hay gente que venga de Europa. - No se preocupe, le entiendo a la perfección. - En fin, recogeré mi portafolios – dijo el amable hombre mientras retrocedía. Yo bajé la mirada a mis anotaciones y me volví a sumergir en mis pensamientos, veinte minutos más tarde, la misma voz interrumpió mis pensamientos. Le traje un café y un paquete de galletas, hace frío a estas horas. - Muchas gracias- Le dije mientras fijaba mi vista en sus lentes cuadrados de pasta, él intentó mantener la mirada pero repentinamente sonó su móvil. - Me tengo que ir, que pase buena noche- Dijo mientras se iba - Hasta luego- respondí.